miércoles, 30 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 12

LA ESPIRITUALIDAD. 
TRANSPERSONALIDAD DE LA TERAPIA GESTALT


Lo transpersonal alude a experiencias que afectan a la conciencia y a una extensión de la identidad que va más allá de la individualidad y de la personalidad. Se refiere al desarrollo del potencial humano que trasciende los límites del ego, que va más allá del autoconcepto o bien, de la autoimagen condicionada y empobrecida con la que nos identificamos.
El individuo que no sabe de usar los dualismos interpreta neuróticamente la realidad.

Se puede decir que la psicoterapia constituye de por si un tipo de abordaje espiritual. El hecho de prestar atención a lo que está ocurriendo en nuestro interior puede ser considerado como un acto espiritual. Así para C. Naranjo, el percatarse, la toma de conciencia es ya algo transpersonal, más importante que alcanzar estados alterados de conciencia.

La espiritualidad o transpersonalidad de la terapia gestalt se puede ver a través de: Continuum atencional gestáltico y meditación vipassana: Cuando se ejercita este continuo del darse cuenta se enfoca la actividad de la mente, esto es, el pensar, imaginar o recordar, y se acentúa la atención en los contenidos emocionales y sensoriales. Esta práctica de la atención al presente es semejante a una meditación verbalizada. Abandonar la mente y volver a los sentidos en el aquí y ahora sería similar a la meditación vipassana.

La técnica vipassana es un proceso de limpieza y un camino de purificación, mediante una sensibilidad atenta, sutil y una actitud de ecuanimidad. Y el desapego mental es condición compartida con el continuum atencional.

La integración gestáltica de polaridades:

Tiene un implícito sentido espiritual. En gestalt no hablamos de dualismos sino de integración. La polaridad clave de la teoría gestalt es contacto-retirada. La lectura espiritual del contacto-retirada se traduce como expansión-contracción de la conciencia, como ampliación de la conciencia del contacto.

La influencia del zen: C. Naranjo resalta varias similitudes entre zen y gestalt, como la invitación a suspender el pensamiento conceptual, la apreciación de la espontaneidad y un estilo cortante y severo por parte del maestro-terapeuta.

Aceptación de la nada, del vacío:

Del vacío estéril al vacío fértil. Es la aceptación de la no-experiencia, el camino de todo proceso terapéutico. Perls abandonó la metáfora de la figura de fondo en aras de la vacuidad, reconocible en su forma de trabajar el vacío (estado neutro de conciencia:  indiferencia creativa o punto cero).

El chamanismo:

Es otro aspecto esencial de la espiritualidad gestáltica. Perls se parecía al chaman, guía experimentado, conductor consciente, versátil y con movimiento orgánico entre los dominios de lo sensorial, afectivo, cognitivo, interactivo e imaginativo. Si el chamán puede ser un guía es porque ha sufrido y atravesado su propia patología. El aspecto chamánico más reseñable de la espiritualidad gestáltica es su carácter no santurrón. Perls decía de si mismo que era 50% hijo de Dios y 50% hijo de puta.

EL TERAPEUTA GESTALT

Perls definía las tres posturas básicas del terapeuta:
La a-patía psicoanalítica: neutralidad indulgente con poca implicación e intervenciones mínimas.
La em-patía rogeriana: ponerse en el lugar del cliente para comprenderle mejor y vibrar con él.
La sim-patía Gestaltista: ofrecer al cliente la verdadera presencia de un compañero atento y competente dentro de un auténtico diálogo “yo-tu“.

El terapeuta Gestaltista no se encierra en un silencio frío ni se refugia en una actitud de neutralidad permanente, por el contrario, manifiesta su simpatía, comparte sus ideas y sentimientos (en el marco de una “utilización terapéutica” de su contratransferencia´). No está obligado a acompañar al cliente a todas partes, con una "aceptación incondicional" de sus comportamientos excesivos o por el contrario de sus repetidas invitaciones, sino que puede permitirse rechazar algunas de sus propuestas. En este caso se trata de una actitud terapéutica original bastante específica de la Gestalt. Son los aspectos relacionales lo que determinan lo más genuino de la gestalt; la actitud e implicación del terapeuta que concibe su tarea como un oficio artístico más que como un rol técnico.

Perls formuló la oración gestáltica: “Yo hago lo mío y tu haces lo tuyo. No  estoy en este mundo para llenar tus expectativas. Y tu no estás en este mundo para llenar las mías. Tu eres tu y yo soy yo. Y si por causalidad nos encontramos, es hermoso. Si no, no puede remediarse.”

Las tareas del terapeuta son apoyar lo genuino y confrontar lo falso-evitativo, dando por hecho que la conciencia y espontaneidad que se alienta en el paciente, el terapeuta las ha incorporado a lo largo de su trabajo personal y está en contacto con ellas.
Para eso el terapeuta puede utilizarse como instrumento: el terapeuta gestáltico utiliza sus propios sentimientos, su resonancia afectiva, de forma activa en la terapia: en este sentido él es su técnica. El hecho de que el terapeuta comparta a menudo sus sentimientos personales, el aprovechamiento deliberado de su experiencia contratransferencial, de resonancia con lo que dice o hace el cliente, es una herramienta muy específica de la terapia Gestalt.

Ser persona es lo que iguala a terapeuta y paciente y a la vez lo que los diferencia, en el sentido de que el terapeuta ha hecho más camino y por eso puede ser acompañante-guía del paciente. La jerarquía no es de rol sino de madurez.


lunes, 28 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 11


EL CUERPO Y LAS EMOCIONES EN LA GESTALT

Que la Gestalt ocupa un lugar relevante entre las terapias psico-corporales parece incuestionable, sin embargo se discute el alcance y la profundidad de su abordaje corporal por comparación con las terapias de corte reichiano.
Para Perls la rigidez corporal es sinónimo de retroflexión, concepto que aquí sustituye a la noción de coraza muscular y deja de estar al servicio del trabajo, la actividad y la relación con el mundo para volverse contra si. Aquí hay una clara diferencia con Reich: el bloqueo no se organiza alrededor de conflictos y sucesos internos, sino en relación al contacto con el entorno.

La otra diferencia es que a Perls le interesaba la experiencia fenomenológica del paciente sobre su propio cuerpo, más que el movimiento y la expresión. Enfatiza la sensación y la conciencia, lo cual modifica el concepto de resistencia.
La resistencia se reintegra a través de la conciencia de la sensación y esta sensación es más importante que el contenido reprimido, por ejemplo el recuerdo del pasado. La escena recobrada carece de importancia, lo que importa es el sentimiento y la actitud infantiles con que se la vivió. Los sentimientos infantiles no importan como pasado que deber revivirse sino porque son algunas de las más hermosas potencialidades que deben recobrarse para la vida adulta: espontaneidad, imaginación, conciencia directa de las cosas y manipulación.

Los principios teóricos de la Gestalt no conllevan la obligación de una movilización corporal: el enfoque global fenomenológico, la teoría del self, el darse cuenta en el proceso en curso en el aquí y ahora de la relación, la detección de las perturbaciones del ciclo de contacto y de las resistencias...todo esto apenas requiere de la intervención activa del cuerpo.

Entre los gestaltistas hay quienes piensan que el abordaje corporal clásico de la terapia gestalt es suficiente y quienes por el contrario lo perciben deficiente y abogan por una síntesis de gestalt y otras metodologías.

La gran mayoría de los que actualmente practican la Gestalt conceden un lugar privilegiado a las vivencias corporales del cliente, como también a las del propio terapeuta. Además se interesan tanto por la sensorialidad receptiva (¿que sientes en este momento?) como por la actividad motriz del organismo (te propongo que te levantes y des unos pasos...) y no dudan en moverse ellos mismos modificando si se da el caso, la distancia material o estableciendo momentáneamente un contacto corporal pudiendo llegar hasta la ternura terapéutica o la confrontación física. Ya no se trata sólo de hablar del cuerpo sino más bien de hablar con el cuerpo, a través del cuerpo...

Desde el punto de vista del estilo terapéutico y en relación con lo anterior, podemos determinar dos formas de hacer gestalt que corresponden a lo que C. Naranjo llama aspectos dionisíacos/apolíneos (dionisiaco = espontaneidad, fluidez  del impulso y apolineo = atención, responsabilidad....) y Perls definía como espontaneidad/ deliberación:
- estilo orgánico: lo corporal se enfoca fenomenológicamente atendiendo a los mensajes que transmite la respiración, postura, gestos, voz... el terapeuta acompaña este proceso sin forzarlo, solo ampliando la conciencia del mismo con todos los medios de que disponga (señalar, reflejar, exagerar...) siendo el principal remitir al paciente a su propia conciencia corporal.

- Estilo sistemático: supone la inclusión de técnicas corporales de cualquier enfoque que necesiten un entrenamiento y dedicación sistemáticos. El terapeuta generalmente coordina (directivamente) el trabajo corporal y después elabora gestálticamente aquello que se movilizó.
En el arco entre ambos estilos caben todo tipo de implicaciones corporales del propio terapeuta (desde el que permanece sentado hasta el que se mueve y participa en ejercicios) y respecto al paciente (desde privilegiar su comunicación verbal hasta proponer experiencias físicas de movimiento, contacto, ejercicios bioenergéticos, etc...En cualquier caso más que un tema teórico es un asunto personal. Es decir, que cada terapeuta trabajará con las herramientas técnicas y conceptúales que mejor se adecuen a su personalidad, lo cual incluye tanto a sus recursos como a sus limitaciones.

En Gestalt se atiende en todo momento con “un darse cuenta” constante lo que surge de forma espontánea, tal como viene y cuando viene. El terapeuta está especialmente atento a todas las manifestaciones corporales de su cliente: a las posturas y movimientos aparentes, pero también a los microtextos semiautomáticos, una especie de “lapsus del cuerpo” que revela procesos a menudo inconsciente, por ejemplo dar golpecitos con los dedos, balanceo del pie.... Por supuesto también controlan el tono de voz, el ritmo de la respiración, así como la circulación sanguínea perceptible por la palidez o enrojecimiento de la piel. No pierde de vista que el cuerpo es a la vez expresión personal (estoy cansado) y lenguaje o comunicación interpersonal (te demuestro que estoy cansado).

En gestalt el síntoma corporal se utiliza como puerta de entrada permitiendo un contacto directo con el cliente. Así pues más que tratar de interpretar el comportamiento de los demás, se animará al cliente a prestar atención a lo que siente: se trata de la toma de conciencia global o darse cuenta. Eventualmente se le sugerirá que amplifique su sensación o su síntoma a fin de percibir mejor este último como a través de una lupa y dejarle hablar de alguna manera. Así mediante sucesivas asociaciones de sensaciones, gestos, imágenes, sonidos o palabras, a menudo emergen súbitas tomas de conciencia (insihgts) que descansan en comportamientos actuales o bien comportamientos antiguos estereotipados que se han convertido en inconscientes. El terapeuta interviene activamente aunque eso no significa que dirija. Invita, por ejemplo a amplificar los fenómenos observados, incluso a experimentar actitudes nuevas y eventualmente reacciona él mismo aunque no es él quien decide la dirección de la acción. El propio cuerpo del terapeuta también le ayudará a acompañar al cliente de forma activa, con una implicación controlada. Su sensación corporal espontánea le servirá de brújula para orientarse en sus relaciones terapéuticas.

Del cuerpo a la palabra o de la palabra al cuerpo: a partir de la amplificación de un gesto o de una postura se llega de forma progresiva a una toma de conciencia: es el camino clásico del cuerpo a la palabra. Pero en Gestalt también se procede en sentido inverso, de la palabra al cuerpo, sobre todo mediante técnicas de acción deliberada, inspiradas en el psicodrama. En realidad se trata en todo momento de trabajar al mismo tiempo el plano físico, emocional, intelectual, social, espiritual. No se trata de momentos de trabajo corporal alternados con otros de intercambio verbal. La Gestalt propone un enfoque global, holístico.

viernes, 25 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 10


CONTACTO - RETIRADA 
TÉCNICAS DE LA GESTALT

La técnicas gestáltica es la metodología con que la terapia gestalt aborda la tarea del darse cuenta.
Desde el inicio Perls diferenciaba entre reglas y juegos:
-Reglas: entendidas como propuestas actitudinales,reglas implícitas que dan forma al encuadre gestáltico: el principio del ahora, yo-tu, lenguaje impersonal y persona, el continuo atencional, no murmurar y convertir las preguntas en afirmaciones.

- Juegos: entendidos como técnicas o experimentos concretos que fomentan el darse cuenta, el aquí y ahora y responsabilizarte de la experiencia: diálogos, hacer la ronda, asuntos pendientes, “me hago responsable“, “yo tengo un secreto“, juego de las proyecciones, juego de los opuestos, contacto retirada ...
De forma resumida detallamos algunas técnicas:

La silla vacía 

La silla vacía se ha convertido en un emblema de la gestalt. Más que una técnica, es espacio para la conciencia, un escenario para la experiencia. La silla de enfrente es el espacio privilegiado del darse cuenta. Cuando la persona “pasa” por ese espacio, le da voz e incorpora aquello a lo que antes era ciego, proyectado o evitado.

Amplificación

A menudo el terapeuta sugiere amplificar gestos inconscientes, considerados en cierta forma como “lapsus del cuerpo” reveladores de procesos en curso inapreciables para el propio cliente. Se amplifican gestos, movimientos, tonos de voz..

Monodrama

Se trata de una variante del psicodrama donde el protagonista interpreta el mismo por turnos, los diferentes papeles de la situación que está evocando. Por ejemplo, interpretar sucesivamente a si mismo y su madre.... El monograma permite de diversas maneras explorar, reconocer e integrar mejor las polaridades de una relación, sin pretender reducirlas arbitrariamente a un término medio artificial y empobrecedor.

Puesta en acción Gestaltista 

Consiste en interpretar una escena, real o imaginaria, de un modo simbólico. Esto favorece sobre toda la expresión, la descarga emocional, la liquidación de un determinado número de situaciones inacabadas generadoras de comportamientos neuróticos repetitivos, de guiones de vida inapropiados o anacrónicos. La puesta en acción deliberada, favorece la toma de conciencia proponiendo una acción visible y tangible (encarnada), movilizando el cuerpo y la emoción, permitiendo de esta forma vivir al cliente la situación más intensamente, representarla (en el sentido de hacerla nuevamente presente), experimentar y explorar sentimientos mal identificados, reprimidos o hasta el momento desconocidos.

Sueños

Los sueños no se interpretan sino que se actualizan vivencialmente. El sueño se entiende como portador de un mensaje actual. Le dice al paciente qué situación vive y especialmente cómo cambiar la pesadilla de su existencia en un darse cuenta de qué lugar ocupa en la vida.
No sólo se trabajan los sueños sino también qué pasa cuando no se recuerdan los sueños o cuando se interrumpen.

Las fantasías dirigidas 

La finalidad de la conducción de fantasías es la ampliación de la autoconciencia, así como proponer al paciente vivenciarse en acción. Las fantasías permiten entablar contacto con algo evitado, establecer contacto con una persona que no está disponible o con una situación inclonclusa, explorar lo desconocido y explorar aspectos nuevos o desacostumbrados de uno mismo.

Darse cuenta

Consiste en estar siempre atento al flujo permanente de sensaciones físicas, sentimientos, ideas, a la sucesión interrumpida  de “figuras” que aparecen en el primer plano de nuestras preocupaciones y en el “fondo“, formado por el conjunto de la situación que vivimos y de la persona que somos. Esto al mismo tiempo en el plano corporal, emocional, imaginario, racional o comportamental.

El terapeuta también está siempre atento la mismo tiempo a un darse cuenta interno de sus propios sentimientos y a un darse cuenta externo de todo lo que ocurre a su alrededor y especialmente de lo que le ocurre a su cliente.

Reglas de comunicación 

Se recomiendan unos modos de expresión y se tratan de frustrar e inhibir otros, de forma que se establezca un modo de comunicarse basado en las siguientes reglas:
Hablar en primera persona y en tiempo presente: la forma impersonal diluye la responsabilidad de lo que se dice. El plural también favorece la ocultación. El presente facilita la actualización de la vivencia y de los contenidos emocionales.

Responsabilizarse de la expresión

Implica introducir en el discurso alguna frase que facilite el hacerse cargo de lo que dice el paciente del tipo “ me hago responsable de esto…”
Sustituir la conjunción “pero” por “y” como forma de evitar la dicotomía del lenguaje. Integrar en vez de disociar.

Utilizar el “cómo” en lugar del “por qué“. El “por qué” solo sirve para conseguir alguna explicación o racionalización. El “cómo” permite un entendimiento más profundo de lo que sucede, nos da perspectiva, orientación.
Evitar preguntas y convertirlas en afirmaciones. Si se hace este cambio, el fondo de donde surgió la pregunta se abre y se dan las posibilidades para que el interrogador encuentre la respuesta por si mismo.

No olvidemos que en gestalt las técnicas son inseparables de quien las utiliza, y están subordinadas a la adecuada actitud del practicante. Sin la actitud apropiada cualquier técnica se resiente por más profesional o genuina que parezca.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 9


Confluencia

Consiste en estar siempre de acuerdo con lo que los otros piensan y dicen. Se da una pérdida de límites entre uno mismo y el otro. Se produce un exceso de contacto, como un quedarse pegado. Las personas confluyentes no aportan ninguna crítica, ni objeción, ni originalidad.

Perls considera a la diferenciación como el antídoto contra esta identificación masiva, acompañándose del contacto y de la enunciación clara. Atendiendo a las propias necesidades y enunciándolas con claridad, uno descubre cuáles son sus direcciones personales exclusivas y puede obtener lo que desea.

El aspecto saludable de este mecanismo es la trascendencia, que es la capacidad de expandir los límites del individuo, del ego. Esta habilidad de trascender es inseparable de la capacidad para individuarse. Venimos de una confluencia (útero materno) y vamos hacia otra (la fusión con el todo) y entre ellas media todo un proceso de individuación en el que juega un papel de equilibrio la experiencia de trascender.
La disolución de la confluencia y de la introyección es similar.

Retroflexión 

Significa volver la hostilidad contra si mismo. Es una forma de auto dirigirse la agresión, en lugar de expresar lo que se siente en el momento en que aparece y decírselo a la persona que provoca tal sentimiento. Consiste en marcar excesivamente el límite entre yo y el entorno, de forma que en vez de traspasarlo y contactar, el individuo se vuelve hacia o contra si. Freud denominó a este mecanismo la vuelta contra si y se hace a si mismo lo que le gustaría hacer a los demás.

Lo que fundamentalmente retroflectamos son sentimientos negativos, siendo en este sentido un mecanismo de autocastigo.  También se entienden como retroflexiones las somatizaciones, puesto que son daños orgánicos que provocamos en vez de responder al entorno.
El odio dirigido contra uno, el narcisismo, el autocontrol y la autodestrucción son, según Perls, las retroflexiones más importantes. La retroflexión es una constante retirada patológica puesto que evita contactar con el mundo sobre todo a través de los sentimientos negativo-agresivos.

El aspecto sano de este mecanismo es la disciplina que siempre supone un esfuerzo, un cierto castigo que va en contra de alguna tendencia personal, pero que en este caso va a favor de la propia persona. Al retroflector, le viene muy bien aprender a confluir, puesto que le permite superar sus dificultades de contacto. Y por otro lado, en la medida que pueda expresar sus quejas hacia fuera (proyectar), se facilitará la reconciliación interna, se desbloquea la energía estancada.
Una persona obtiene mucho si es capaz de cambiar un mecanismo por otro, puesto que cambia el énfasis del síntoma, y movilizando de otro modo su energía, afloja una cualidad básica de la neurosis como es la fijación.

Deflexión

Consiste en una maniobra que tiende a evitar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real desviando lo que emerge en el aquí y ahora. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la verborrea, tomando a risa lo que se dice, evitando mirar al interlocutor, yéndose por las ramas...etc. El aburrimiento, la apatía, la desenergetización son también deflexiones que desvitalizan la relación.

Deflectar es un mecanismo activo en el que la energía es utilizada para evitar el centrarse en si mismo.
El antídoto de la deflexión es centrar a la persona en el aquí y el ahora, a través de técnicas de frustración.

En resumen las dos formas creativas de trabajar con los mecanismos, entendiendo que lo creativo es el rodeo que permite soslayar las defensas, son: movilizar el mecanismo opuesto para desbloquear la fijación o aprovechar la estructura sana del mecanismo (su aspecto creativamente recuperable).


lunes, 21 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 8

Gestalts inacabadas

El trabajo sobre las gestalts inacabadas es un ejemplo típico de la atención que presta la terapia gestalt a las huellas del pasado. Se trata de integrar el elemento del pasado en un conjunto significativo, como si constituyera una de las polaridades de la existencia del cliente.
La gestalt inacabada aparece cuando el ciclo de satisfacción de necesidades no se ha desarrollado de forma completa. La situación puede quedar inacabada y pasa a constituir un elemento preconsciente de presión interna ya sea movilizador o fuente de neurosis.
Algunos gestaltistas consideran la transferencia como una gestalt inacabada: figuras parentales del pasado que se interponen en una relación actual cuya autenticidad queda enturbiada.

 La neurosis en Gestalt

La terapia gestalt adoptó el punto de vista  de la salud en lugar del criterio patológico. En este sentido, la neurosis supone un oscurecimiento de la conciencia, un deterioro del darse cuenta con distintos grados de perturbación.

Perls parte de un punto de vista que no es psicológico sino holístico y no sigue el pensamiento causal que explica el presente según los acontecimientos del pasado. Para él, la neurosis es una perturbación del ritmo contacto/retirada y un cúmulo de gestalts inconclusas. Ambas cosas confluyen en la autorregulación orgánica.
Para Perls, en el neurótico, su ritmo de contacto-retirada está descompuesto. No puede decidir por si mismo cuándo participar y cuándo retirarse, porque todos los asuntos inconclusos de su vida, todas las interrupciones de los procesos en transcurso, han perturbado su sentido de la orientación.

Perls describe también la neurosis a través de una de sus funciones, la habilidad de manipular: la neurosis es la sustitución del autoapoyo por apoyo ambiental (manipulación frente autoapoyo). El neurótico carece en gran medida de una de las  cualidades esenciales que promueven la supervivencia: el autoapoyo.

La consecuencia de la manipulación es el juego de la autotortura. Se trata de una guerra interna entre aspectos de uno mismo. A estas partes Perls las llamó “perro de arriba” (topdog) y “perro de abajo“ (underdog). El perro de arriba se expresa en forma autoritaria, virtuosa, ejemplar, siempre tiene la razón, exige y amenaza. Tras él resuena lo social, la norma interiorizada, lo superyoico. El perro de abajo se muestra defensivo, adulador, víctima. Se justifica y pospone compromisos. Tras él resuena lo orgánico, el impulso emocional, la inclinación genuina. Cada uno intenta controlar al otro, y así se perpetúa la autotortura. Ninguno es mejor que el otro, puesto que como juego neurótico ambos se necesitan y por ambas partes se intenta mantener la contienda. La  integración o cura sólo se puede lograr cuando cesa la mutua necesidad de control entre ambos. Solo entonces se escucharán el uno al otro.

Mecanismos de defensa

En gestalt la palabra resistencia o mecanismos de defensa se emplea en un sentido distinto del que lo hace el psicoanálisis donde designa una resistencia inconsciente al tratamiento y tiene una connotación negativa. En gestalt no toda defensa es necesariamente disfuncional: puede que se trate de un mecanismo de defensa o de urgencia especialmente bien adaptado a la situación. Sólo los mecanismos anacrónicos, rígidos o repetitivos dan a entender un funcionamiento patológico.

Las principales resistencias son cinco: CONFLUENCIA, INTROYECCIÓN, PROYECCIÓN, RETROFLEXIÓN Y DEFLEXIÓN. Funcionan como mecanismos de defensa, es decir como  reflejos provisionales de seguridad, pero que a menudo resultan excesivos, inoportunos y anacrónicos, de manera que la armadura, considerada como una protección, ha acabado siendo un estorbo y más molesta que útil.

Introyección 

Consiste en incorporar sin ningún filtro selectivo lo que recibimos del entorno. No llegamos a integrarlo sino que lo tragamos pasiva e indiscriminadamente. Pueden ser mandatos familiares, normas o máximas culturales, valores morales…

La tarea principal para deshacer la introyección consiste en establecer dentro del individuo un sentido de las elecciones que le son accesibles, y fortalecer su capacidad para diferenciar el “yo” del “tu“.El introyector está falto de una adecuada discriminación entre lo propio y lo ajeno. Por eso Perls habla de la “asimilación” como antídoto. La asimilación significa cuestionar, confrontar, masticar y digerir lo introyectado, que está gobernado por los “debería” morales de los otros.

Una forma creativa y paradójica de asimilar el introyecto es rescatar el aspecto saludable de la introyección. Y este aspecto es la Tradición. Reconocer la tradición, lo que nos viene dado, supone una economía de energía y significa aprovechar lo  recibido (origen, programación, incluso patología familiar heredada).
Otro modo de reconversión creativa de los mecanismos es movilizarla energía entre opuestos. Mediante el trabajo de polaridades logramos amplificar la conciencia y desbloquear la fijación. En este caso sería introyección vs proyección.

Proyección

Es la cara inversa de la introyección. Es la tendencia a hacer responsables a los demás, al mundo, de lo que es propio, de modo que nos hace posible renunciar a aquellos aspectos de nuestra personalidad que encontramos difíciles, ofensivos  y poco atractivos.
Es decir se proyectan sentimientos, intenciones o acciones de las que uno no se hace cargo. La proyección es una patología de la retirada, puesto que al proyectar algo propio fuera, además de desconectarse de sí, la persona evita el contacto real con los demás.

Lo que perciben en el otro es la realidad propia no reconocida. Dice Perls, el proyector hace a los otros lo que les acusa que le están haciendo a él.
El antídoto por excelencia de la proyección es reapropiarse de lo proyectado, es decir, ampliar la capacidad de darse cuenta de si mismo y del mundo.
El aspecto sano de este mecanismo es el conocimiento tanto de aquél sobre el que se proyecta, como del propio proyector si se detiene a reapropiarse de lo que proyecta. Las proyecciones serían pistas de conocimiento para ir a la búsqueda de lo propio, que no sabemos que es nuestro hasta no encontrarlo fuera.

Otro abordaje paradójico consiste en movilizar la energía entre opuestos, en este caso la relación polar entre introyección- proyección. El introyector traga sin masticar lo extraño a él incorporado del ambiente, mientras que el proyector vomita como extraño, como perteneciente al ambiente aquello que es propio. Jugar con estas polaridades es ya una pauta terapéutica. Así, discriminar entre los introyectos y aquellos otros valores propios, ayuda a reincorporar lo proyectado, pudiéndose reconocer más fácilmente como algo que le pertenece.
También se puede plantear un juego de movilización de energía ente proyección- retroflexión.

viernes, 18 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 7


¿Que es la terapia Gestalt?  (continuación)

Las fronteras del contacto entre el individuo y su entorno - el ajuste creativo

Es en las fronteras del contacto donde tienen lugar los hechos psicológicos. La frontera donde se sitúa la experiencia no separa al organismo de su entorno, limita al organismo, lo contiene y lo protege y al mismo tiempo toca su entorno. La frontera pertenece al mismo tiempo al interior y al exterior: forma parte de dos mundos distintos pero interrelacionados.
Todos los trastornos del contacto o resistencias pueden considerarse como problemas.

La salud se traduce en un ajuste creativo permanente en las fronteras del contacto entre el organismo y su entorno. No se trata de un simple ajuste adaptativo; tampoco de una creatividad individual que no tenga en cuenta el contexto, sino que se trata de
“Un ajuste creativo“, es decir, de un compromiso o más bien de una síntesis que permita a cada uno existir a su antojo pero teniendo en cuenta las normas locales y temporales. Trata de conciliar la adaptación social y la creatividad individual, la situación y su lectura personal...

Enfoque holístico del hombre

El hombre es aprehendido en su globalidad, en sus cinco dimensiones principales: física, afectiva, racional, social, espiritual. Desde esta perspectiva global, holística (del griego holos, el todo) la terapia de la Gestalt aspira pues al mantenimiento  y desarrollo de un bienestar armonioso en esas cinco dimensiones y no a la curación o la reparación de un problema concreto.

El derecho a la diferencia

Este respeto por la originalidad del funcionamiento psíquico de cada uno es una de las piedras de toque del enfoque gestaltista. Soy yo quien otorga un sentido a cada acto de mi vida y si deseo  cambiar, debe ser siendo yo mismo, yo mismo pero de otra manera y nadie más que yo mismo: es la famosa teoría paradójica del cambio del gestaltista Arnold Beiser.

La experimentación

En la búsqueda de las hipotéticas causas pasadas de los problemas, Perls sustituye el saber por qué, por la búsqueda experimental de soluciones: experimentar el cómo a través de eventuales puestas en acción. La puesta en acción favorece la toma de conciencia, el darse cuenta, a través de una acción tangible re-presentada y experimentada en todas sus polaridades.

La experiencia permitirá saborear antes de engullir, evitando así alimentar las introyecciones que paralizan nuestra espontaneidad y ponen trabas a nuestra originalidad... todo el mundo experimenta por si mismo aquello que le conviene, teniendo en cuenta su historia, su educación, su medio social y sus opciones ideológicas.

El ciclo de contacto-retirada

Toda acción individual o interacción relacional se desarrolla a través de varias fases, constituyendo el ciclo de la experiencia, también llamado “ciclo de satisfacción de las necesidades“. Se trata de la descripción paso a paso del proceso que acontece cuando una necesidad orgánica emerge y pugna por su satisfacción. Es una explicación dinámica que sigue una gestalt en su tendencia a completarse.

El ciclo empieza a partir de una situación de reposo o punto 0, a partir de ahí emerge la necesidad en forma de SENSACIÓN (paso 1). La sensación es difusa, todavía no tiene nombre, se registra en forma de señales sensoriales más o menos inconcretas que señalan un estado de déficit del organismo. El siguiente evento (paso 2) es el DARSE CUENTA, LA TOMA DE CONCIENCIA, que no es sino darle nombre a la sensación. Le sigue la movilización de energía o ENERGETIZACIÓN (paso 3) que es un estado de excitación corporal, una preparación para entrar en acción. El cuarto paso es la ACCIÓN: comienza el movimiento o la conducta dirigidos a satisfacer la necesidad. Le sigue el CONTACTO (paso 5), donde la necesidad del organismo se resuelve intercambiando con el entorno y el último paso (paso 6) es la RETIRADA o vuelta al estado de reposo una vez satisfecha la necesidad hasta que emerja el nuevo ciclo.

En términos operativos el ciclo tiene dos estadios: una parte preparatoria (sensación- conciencia-energetización) y una parte resolutoria (acción-contacto-retirada).
Este ciclo no siempre se desarrolla de una forma regular. Cuando dicho proceso se interrumpe y bloquea, se trabajan los mecanismos neuróticos que perturban las diferentes secuencias. Perls definía al neurótico como una persona que se entrega de forma crónica a la auto-interrupción en el ciclo.

Estas son las distintas resistencias que aparecen para interrumpir el ciclo:
La introyección, que interfiere entre sensación y conciencia.
Todos los introyectos en cuanto normativa moral se oponen a lo orgánico. El introyecto fundamental es “no sientas tu organismo“, que remite a la represión o “cambia la conciencia de tu impulso y ponle otro nombre” (falseamiento).

Entre conciencia y energetización actuaría la deflexión que es una desenergetización, un apagar los motores antes de que se calienten.

Entre energetización y acción interfieren las proyecciones en cuanto que su función es precisamente :desresponsabilizarse de la movilización propia, no actuarla, sino proyectarla en la acción del otro.

Entre acción y contacto ubicamos la retroflexión, cuya esencia es no contactar con el exterior sino volverse contra si. Es una acción autopunitiva, para evitar la inter-relación
Entre contacto y retirada interfiere la confluencia.

Hay personas cuya dificultad neurótica tiene más que ver con la primera parte: son expresivas, actúan, contactan pero con muy poca conciencia de si, así que la actividad terapéutica debería dirigirse más explícitamente hacia uno de los pilares de la gestalt, el darse cuenta.
Otras personas tienen más capacidad de introspección pero les falta la acción así que la terapia tiene que dirigirse más a plasmar en el mundo (acción-contacto) lo que han descubierto de si.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 6


¿Qué es la terapia Gestalt?


De los muchos apellidos con que se ha denominado a la terapia gestalt el más simple y descriptivo es: “la terapia del darse cuenta”

La Terapia Gestalt se sitúa en la confluencia del psicoanálisis, las terapias psico-corporales de inspiración reichiana, el psicodrama, los enfoques fenomenológicos y existenciales y las filosofías orientales.

La Gestalt desarrolla una perspectiva unificadora del ser humano, integrando al mismo tiempo sus dimensiones sensoriales, afectivas, intelectuales, sociales y espirituales, permitiendo así la experiencia global, donde el cuerpo puede hablar y la palabra encarnarse.

Pone énfasis en la toma de conciencia de la experiencia actual ( el aquí y el ahora) y rehabilita la experiencia emocional y corporal. Favorece un contacto verdadero con los demás, un ajuste creativo del organismo con el entorno, así como una toma de conciencia de los mecanismos interiores que nos empujan con demasiada frecuencia a conductas repetitivas y caducas.

Pone de relieve nuestros procesos de bloqueo o de interrupción dentro del ciclo normal de la satisfacción de nuestras necesidades y desenmascara nuestras evitaciones, miedos e inhibiciones, así como nuestras ilusiones.

En gestalt se intenta evitar todo lo que no está o no se desarrolla en el presente, incluso si el conflicto que aparece hace referencia a un experiencia del pasado o a un temor del futuro se trae ese material al aquí y ahora porque sólo en el presente se puede llevar a cabo la integración.

El darse cuenta es siempre aquí y ahora y siempre cambiando, evolucionando y trascendiéndose a si mismo. No puede ser estático sino un proceso de orientación que se renueva en cada momento.

El continuo de atención tiene muchas similitudes con la meditación, por ejemplo, la atención desnuda del budismo. C. Naranjo afirma que la conciencia meditativa constituye el autoapoyo más profundo.

La responsabilización 

Persl, (pionero de esta corriente), daba mucha importancia a la responsabilidad de cada individuo. La responsabilidad no es un deber, es un hecho. Somos responsables de nosotros mismos querámoslo o no.

La Gestalt dedica mucha atención a evitar al máximo cualquier alienación del cliente. Le invita a que se responsabilice plenamente de sus acciones, sentimientos y pensamientos. Responsabilidad significa simplemente estar dispuesto a decir “yo soy” o “yo estoy” o “qué soy” (Perls)

La autorregulación orgánica.

En Perls, descubrimos la creencia optimista  en una autorregulación satisfactoria del organismo. Esto entraña una fe en lo orgánico frente a lo social o extrínseco. Supone creer que todo individuo posee en si mismo el potencial que puede llegar a necesitar. Cuando se interviene o impide la autorregulación orgánica aparece la neurosis en tanto interrupción del ciclo contacto-retirada, o la acumulación de situaciones inconclusas.

Las polaridades complementarias

En la terapia gestalt, se  fomenta la exploración de los extremos opuestos, pero complementarios: masculino-femenino, adaptación-creación, sumisión- revolución, frustración-gratificación, etc.

Todos tenemos dentro un sistema de opuestos. La existencia de polaridades en el hombre no es algo nuevo, lo nuevo desde la perspectiva gestáltica es la concepción del individuo como una secuencia interminable de polaridades: unas aparecen en un momento y otras en otro pero todas están ahí y forman parte de nosotros.
Cuando en gestalt se polariza, no se intenta dividir a la persona sino limpiar el campo para favorecer la integración. Al integrar rasgos opuestos se completa nuevamente la persona.

lunes, 14 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 5

Técnicas bioenergéticas (continuación)


Masaje

Otra técnica que se puede utilizar en bioenergética es el masaje. Es una contraparte a los ejercicios activos en los que se requiere un esfuerzo para producir resultados. Se usa para suavizar tensiones en partes del cuerpo que no se movilizan mucho al respirar o al hacer ejercicios bioenergéticos.
Hay varias clases de masaje y muchas técnicas para darlo. En general se pueden dividir en dos categorías: a) El masaje suave de relajación para suavizar la rigidez general y para dar calor y energía a los tipos faltos de contacto, b) el masaje fuerte y profundo que se usa para disminuir o quitar las tensiones que hay en distintas partes del cuerpo y aflojar la  capa que envuelve el músculo, limita su movimiento, e impide el flujo de la energía por todo el cuerpo.

En bioenergética se usa el masaje suave o el profundo con la idea de hacer aflorar los problemas psicológicos que se han vuelto inconscientes, que se han hecho crónicos y se mantienen y robustecen por la coraza muscular, para luego trabajarlos verbalmente o con las otras técnicas hasta llegar a la raíz que les dieron origen. No se trata de dar masajes de pura relajación, circulación o energetización, porque si no se tratan los problemas psicológicos que dieron origen a esas tensiones y contorsiones éstas volverán a aparecer por la influencia de los mismos problemas no resueltos.

 Por eso el terapeuta bioenergético debe fijarse más en aquellas partes del cuerpo que aparecen más distorsionadas o más flácidas porque son las que llevan a los problemas básicos del paciente, para luego trabajar esas partes con detenimiento y cuidado.

Meditación

El fin de todas las técnicas es ayudar al paciente a ponerse en contacto con los sentimientos, emociones y experiencias de su vida que fueron reprimidas. Bajo este punto de vista la meditación es una técnica eficaz para ponerse en contacto con el mundo interior...

Entendemos por meditación un estado de tranquilidad y silencio interior y exterior en que el paciente ha suprimido toda actividad física y mental. La meditación produce en el cerebro una actividad eléctrica que ayuda a conectar la actividad de ambos hemisferios y hace más fácil la integración del consciente con el inconsciente.

Puede parecer extraño incluir la meditación como técnica porque en la meditación no hay grito ni pataleos sino silencio, relajación y comunicación energética, empática y sincera entre el paciente y el terapeuta. La meditación como técnica usada con pericia y adecuación al momento terapéutico en que se encuentra el paciente puede producir una gran conmoción y profundidad en el proceso. La meditación como técnica puede usarse tanto en tratamiento individual como de grupo.

 LA ESPIRITUALIDAD EN EL CUERPO

Hablar de espiritualidad en psicología ha sido todo un riesgo y un avance. Ha sido la aparición de la psicología humanista en occidente a la que se llamó "tercera fuerza" respecto al psicoanálisis y al conductismo, lo que permitió este avance. La psicología humanista pretende entre sus objetivos sobrepasar los límites tradicionales de la psicología para incluir métodos de comprensión de la experiencia humana y la experiencia del potencial de cada uno. Insistir en las experiencias que favorecen la realización de Sí mismo, la responsabilidad individual, autenticidad y transcendencia, proponer una percepción de la persona total: corporal, mental, emocional y espiritual...

Dentro de esta tercera fuerza se encuadra claramente la bioenergética. Para Lowen la espiritualidad esta incorporada en el cuerpo. Lowen no utiliza la palabra espiritual en su connotación abstracta o mental sino como espíritu, pneuma o energía . Define el espíritu como la energía o fuerza vital de un organismo manifestado a través de la expresión de la personalidad del individuo: La cantidad de espíritu  que tiene una persona se determina por lo viva y animada que es, literalmente por la cantidad de energía que tiene.

La relación entre energía y espíritu es inmediata. Cuando una persona se excita y aumenta su energía, su espíritu crece.
La espiritualidad produce salud. Lowen dice: nuestra espiritualidad procede de esta sensación de conexión con una fuerza u orden superior a nosotros. Si aceptamos que los seres humanos son criaturas espirituales entonces tenemos que aceptar también que la salud está relacionada con la espiritualidad. Estoy convencido de que la pérdida de la sensación de conexión con las demás personas, los animales y la naturaleza produce un trastorno serio de la salud mental. Objetivamente la salud mental se refleja en la vitalidad del cuerpo, que puede observarse en el brillo de los ojos, el color y la temperatura de la piel, la espontaneidad de la expresión, la vibración del cuerpo y la gracia del movimiento.

Así pues, la salud de una persona depende del equilibrio entre la mente del cuerpo y el espíritu, entendido como fuerza vital del organismo.
Una de las metas de la bioenergética es la trascendencia y la ampliación de la conciencia, pero para Lowen, la trascendencia no tiene sentido sin sus raíces corporales.
Partiendo desde el cuerpo es desde donde se realiza un proceso de crecimiento que nos lleva a un Yo más rico y seguro.

El proceso de crecimiento es continuo y nunca es regular. Con la asimilación de la experiencia hay periodos de nivelación para preparar al organismo para una nueva subida. Cada subida lleva a un nuevo alto o cima y crea lo que llamamos una experiencia cumbre. Cada experiencia cumbre debe integrarse en la personalidad para que se de un nuevo crecimiento, para que se pueda expandir la consciencia y para que el individuo llegue a un estado de sabiduría.

La conclusión es que la capacidad de ser consciente esta unida a los procesos energéticos del cuerpo, es decir, a la cantidad de energía que tiene una persona y a la libertad con que puede circular.
La consciencia refleja el estado de excitación interior. En realidad, es la luz de la llama interior proyectada en dos pantallas: la superficie del cuerpo, y la de la mente.

Por tanto, cuando aumenta la energía y si el sistema esta sano y desbloqueado, la consciencia se expande. Se abrirán nuevas zonas de la mente, se establecerán nuevas conexiones. La bioenergética busca identificar a la persona con su cuerpo, considerando éste, como un sistema funcional que incluye mente y espíritu.
 
La bioenergética considera el sistema como un conjunto de energías que tiende al equilibrio. Del nivel de energía depende la capacidad de la persona para moverse, sentir el placer, experimentar la realidad y expresarse. La bioenergética se propone eliminar los bloqueos tanto de la musculatura como del carácter psíquico, para que pueda aumentarse la energía y se descargue de una manera realista y placentera para llevar al máximo el crecimiento de la persona, de la expresión de la personalidad y de la consciencia.

viernes, 11 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 4

Los ejercicios bioenergéticos (continuación)

Los ejercicios no resuelven esos temas que necesariamente han de ser tratados en terapia. Pero son esenciales complementos.

No solo es suficiente con liberar a una persona de las ansiedades sexuales que pueda tener en su mente. Es también necesario liberar a su cuerpo de la tensión y restaurar la movilidad de su pelvis.
Para ser efectivo, debe comenzarse con alguna actividad vibratoria de las piernas. Tarde o temprano esto se extenderá hacia arriba hasta incluir la pelvis.

 A continuación es importante desarrollar el sentimiento de estar tomando tierra puesto que la sexualidad adulta se halla relacionada con le sentido de independencia y plantarse sobre los propios pies. La toma de tierra da a una persona el sentimiento de independencia y madurez que hace de su expresión sexual una actividad responsable de su ser total.

Finalmente la respiración de un individuo ha de ser abierta y profunda en el vientre de modo que los movimientos pélvicos estén coordinados con las ondas respiratorias. Igualmente es sumamente importante no poner rígido el trasero. Estas tensiones representan el temor de abandonarse.

El ejercicio general recomendado por Ramírez para mantener las piernas y los chakras del tórax con energía y buen tono es trotar durante 20 o 30 minutos.

Otros ejercicios van encaminados al desbloqueo emocional.
Si una persona está bloqueada en su capacidad de expresar sentimientos traerá muerte a su cuerpo y reducirá su vitalidad. Los ejercicios proporcionan a la gente una oportunidad para practicar la expresión del sentimiento de un modo organizado y para familiarizarse con ella.

Pero igual que se le anima a expresar sus sentimientos también se la anima a obtener un control, consciente sobre su expresión. El propósito de este control no es el inhibir o limitar el sentimiento sino el de hacer su expresión efectiva, y apropiada. Por ejemplo un estallido histérico puede ser considerado como una expresión de sentimiento pero es a menudo un derroche de energía y relativamente poco efectivo. No es realmente una forma de autoexpresión pues la erupción se produce contra la intención consciente de la persona.

 Lowen  proporciona medios de expresión en el marco terapéutico. Anima al paciente a que llore y a que diga cosas que tenían que decirse pero no se decían. No basta con decir al terapeuta lo que se debería haber dicho...´ Lowen hace que la persona lo diga y lo sienta.

La expresión y liberación de las emociones negativas no se hace casualmente, sino sistemáticamente dentro del contexto de la estructura de carácter predominante en el paciente. Se utilizan ejercicios como golpear una cama con las manos o con una raqueta mientras se gritan cosas que tenían que decirse para expresar y desvigorizar el enfado; también puede retorcerse una toalla...

Movilizar toda la potencia de voz es uno de los caminos más efectivos para evocar sentimientos. Muchos pacientes han suprimido sus lloros y gritos al descubrir que esta situación provocaba a menudo una reacción hostil en sus padres. Incluso bajo el estres de un fuerte dolor son capaces de frenarse antes de llorar con lo cual el dolor queda estructurado dentro del cuerpo como tensión muscular.

Un grito produce una reacción vibratoria intensa que libera temporalmente al cuerpo de parte de su rigidez. Para ayudarle a los pacientes se suele aplicar una presión sobre los músculos escalenos anteriores del cuello. La espasticidad de estos músculos inhibe el llanto y el grito.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 3


Tratamiento

Es labor del terapeuta saber cuales son las carencias y patologías que tiene la persona que le viene a pedir ayuda y le impiden actuar adecuadamente y alcanzar el placer de la vida. Este es el fin del diagnóstico.
El diagnóstico en bioenergética tiene un matiz de transitoriedad, de provisionalidad. Partimos de hipótesis, que facilitan la labor de ayuda, no de encasillamientos.
El diagnóstico además, tiene que facilitar el paso al autodiagnóstico. El paso de lo que dicen de mí, a lo que yo digo de mí, es capital. Se trata de que el paciente tome conciencia y experimente ese descubrimiento, ya que la curación depende significativamente de las actitudes y vivencias hacia uno mismo.

Según Lowen, la meta de la Bioenergética es ayudar a la gente a recuperar su naturaleza primaria, que es el estado de ser libre, el estado de ser agradecido y la cualidad de ser hermoso. La libertad, la gracia y la belleza son los atributos naturales de todo organismo animal.

La libertad, es la ausencia de límites interiores para el flujo de sentimientos, la gracia, es la expresión de ese flujo en movimiento, mientras la belleza es una manifestación de la armonía interior que engendra ese flujo.

En el tratamiento terapéutico, el cuerpo es la clave de todo. Del descubrir que se tiene cuerpo, se debe pasar a ser cuerpo, a vivir el cuerpo habitado de sensaciones, emociones y necesidades.

El proceso terapéutico es un trabajo de cooperación mutua entre el paciente y el terapeuta, que no se limita a la hora de la consulta. La labor del terapeuta consiste en ayudar al paciente a independizarse. Por tanto, puede darle tareas de respiración y ejercicios bioenergéticos para que haga en casa y pueda tomar conciencia de sus problemas, su origen y su posible solución sin necesidad de explicaciones teóricas.

Técnicas Bioenergéticas.

Aquí no sólo se habla tanto, sino se trabaja con el cuerpo mediante el contacto físico, la respiración, el movimiento expresivo y la postura.
El objetivo de todas las técnicas es elevar el nivel de energía y liberar los bloqueos del cuerpo. Pueden enumerarse: la respiración, los ejercicios bioenergéticos, el masaje y la meditación.

La Respiración: el primer paso en la ayuda terapéutica es aumentar la capacidad respiratoria del paciente.
Aunque se observa inmediatamente, y se experimenta enseguida el resultado de la respiración más profunda y plena, los ejercicios respiratorios no son suficientes para reducir las tensiones y restaurar los patrones respiratorios naturales. Hay que comprender esos patrones y saber por qué se ven trastornados y hay que aprender a descargar las tensiones que impiden el patrón respiratorio natural.

Los ejercicios bioenergéticos

Como psicoterapia corporal, la bioenergética se ha dado a conocer como un trabajo fuerte con el cuerpo, en el que el terapeuta provoca a sus pacientes para que surjan las emociones reprimidas por medio de las tensiones musculares. Para esto trabaja sobre los músculos contraídos, prescribe posiciones estresantes y movimientos expresivos al tiempo que exhorta a sus pacientes a que se abandone a las emociones que emerjan. Para todo ello se ayuda de los ejercicios bioenergéticos.

Difieren de otros ejercicios gimnásticos y atléticos por su base teórica y su finalidad. Los ejercicios bioenergéticos tienen como propósito diagnosticar los problemas psicológicos que originaron las tensiones que dificultan el flujo natural de la energía, y su objetivo es resolver los problemas que produjeron las tensiones a fin de que el paciente pueda gozar plenamente la vida. Los ejercicios de gimnasia pueden dar más fuerza y energía al cuerpo, pero no se pueden llamar bioenergéticos porque no guardan relación alguna con los problemas psicológicos que limitan la energía vital.

La simple práctica de los ejercicios bioenergéticos no es suficiente para reducir los patrones de tensiones y bloqueos musculares y resolver los problemas que produjeron las tensiones. Hay que comprender esos patrones y hay que aprender a descargar adecuadamente las tensiones. Esto se realiza por una doble vía. Por un lado la práctica de los ejercicios y por otro el análisis concienzudo de todos los factores que han contribuido al problema.

Uno de los ejercicios básicos es el de enraizamiento o de toma de tierra. Es un ejercicio básico porque es indispensable para que cualquier carga y descarga de la energía baje al suelo y no produzca síntomas neuróticos o psicóticos por la acumulación de energía en otras partes. La toma de tierra es la clave del trabajo bioenergético. Tomar tierra es un modo de decir que la persona tiene sus pies sobre el suelo. Puede también extenderse a significar que una persona sabe dónde se planta y por lo tanto sabe quién es. Tomando tierra una persona tiene una posición es decir, es alguien.

La toma de tierra supone que la persona descienda, que baje su centro de gravedad, que se sienta más cerca de la tierra. El resultado es el de aumentar su sentido de la seguridad. Conforme el centro de gravedad del cuerpo cae hacia la pelvis, con los pies sirviendo de soporte energético, podemos sentir nuestro ser centrado en el abdomen inferior, en el vientre. Cuando la persona está centrada en este punto, se dice que tiene hara, es decir, está equilibrada tanto psicológica como físicamente.

El vientre es literalmente el asiento de la vida. El cuerpo se asienta sobre el cesto de la pelvis. A través de la pelvis tenemos contacto con los órganos sexuales y con las piernas. La pérdida de contacto con este centro vital desequilibra a una persona y conduce a la ansiedad e inseguridad.

Para lograr el enraizamiento se recomienda mantener en todo momento las rodillas flexionadas. Bloquear las rodillas al estar de pie, convierte toda la parte inferior del cuerpo desde las caderas hacia abajo en una estructura rígida, que funciona entonces como un soporte mecánico o como un medio mecánico de locomoción. Esto nos impide fluir hacia la parte inferior del cuerpo e identificarnos con ella.
Para la bioenergética, las presiones psicológicas son el equivalente de los pesos físicos para el cuerpo. Si intentamos soportar estas presiones con rodillas bloqueadas, recibimos y cargamos esa fuerza en nuestra espalda.

Otra de las recomendaciones a la hora de trabajar el enraizamiento es dejar salir el vientre. El vientre adentro niega la autonomía, espontaneidad y sexualidad en una persona. Además hace la respiración abdominal muy difícil. El vientre metido hacia adentro elimina todos los sentimientos sexuales en la pelvis. Debajo existe una gran rigidez. Lo mismo que la barriga grande.

La calidad de la vibración en el cuerpo nos indica en qué estado está. Las vibraciones groseras son un síntoma de que la excitación o carga no fluye libremente. Las vibraciones demasiado groseras denotan que la corriente de excitación está fluyendo a través de músculos que son espásticos o que se hallan en un estado de tensión crónica. Cuando las tensiones son descargadas o el músculo se relaja, las vibraciones se vuelven más finas, apenas perceptibles sobre la superficie pero experimentadas como un ronroneo.

Una de las razones por las que el vientre es contenido adentro es para controlar y limitar el sentimiento sexual. Esta contención restringe también seriamente la respiración y reduce el sentido de toma de tierra. Si buscamos estar vibrantemente vivos, la pelvis debe ser liberada y el flujo de sentimiento sexual abierto.

Los ejercicios bioenergéticos de vibración, enraizamiento y de soltar la zona de la cadera permiten ponerse en contacto con la naturaleza sexual. Los recuerdos sexuales reprimidos de tiempos de la infancia pueden ser recuperados y las sutiles relaciones sexuales existentes entre padres e hijos desveladas.

Los ejercicios no resuelven esos temas que necesariamente han de ser tratados en terapia. Pero son esenciales complementos.

lunes, 7 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 2

Mecanismos de defensa y carácter: 

Los tipos bioenergéticos.

Las defensas van apareciendo en el curso de la vida.
Se van estructurando en capas defensivas como círculos concéntricos.
La primera capa, empezando desde afuera, es la capa del ego, que contiene las defensas psíquicas: negación, proyección, reproche, desconfianza, racionalizaciones. Le sigue la capa muscular que es donde se encuentran las tensiones musculares crónicas que apoyan y justifican las defensas del ego y al mismo tiempo protegen al individuo contra la capa interior de sentimientos reprimidos que no se atreve a expresar. Después esta la capa emocional o de sentimientos, donde se incluyen las emociones reprimidas de ira, pánico o terror, desesperación, tristeza, dolor….y por último llegamos a la capa del corazón, de donde emana el sentimiento de amar y ser amado.

La terapia no puede limitarse a la primera capa. Aunque el individuo adquiera conciencia de sus tendencias a negar, proyectar, etc., este conocimiento rara vez afecta las tensiones musculares crónicas o libera los sentimientos reprimidos.

En Bioenergética, los distintos tipos de defensa se estudian bajo la estructura del carácter prevaleciente. El carácter se define como un modelo fijo de comportamiento, el modo típico en que un individuo lleva a cabo su lucha por el placer. Se estructura en el cuerpo bajo la forma de tensiones musculares crónicas y normalmente inconscientes, que bloquea o limitan los impulsos.

El carácter es también una actitud psíquica que se apoya en un sistema de negaciones, proyecciones y racionalizaciones y se adapta al ideal de un ego que afirma su valor. Ambas cosas, la actitud mental y la coraza muscular, constituyen el carácter o tipo bioenergético. Así, el carácter tiene dos aspectos: uno psicológico, y otro somático o muscular.

En Bioenergética, las diferentes estructuras de carácter o tipos de defensa se clasifican en cinco básicos:

Carácter esquizoide: usa su fuerza muscular para reprimir sus impulsos. Con todo, esa energía puede estallar si la represión es demasiado fuerte. La energía se vuelve hacia el centro del organismo. Muestra una personalidad dividida disociando el pensamiento con los sentimientos.
Lowen atribuye esto al rechazo y hostilidad de la madre al nacer el niño, de tal manera que éste siempre siente que se atenta contra su vida y  bienestar.    Esquizoide= la existencia frente a la necesidad.

 Carácter oral: Tipo débil emocional y somáticamente. La energía fluye del centro a la periferia pero no es abundante y va más hacia la parte superior y la cabeza que hacia los genitales y piernas. La parte superior de su cuerpo es más fuerte que la inferior. Es un niño grande que anhela constantemente atención, ayuda y cariño de los demás. Se cansa fácilmente y carece de constancia y perseverancia para realizar lo que quiere, porque espera como niño que le venga de afuera lo que desea. Su respiración es superficial, su contacto con el mundo es tímido e inseguro.
Lowen atribuye esto a la privación de una madre cariñosa sea por ausencia prolongada, por muerte, o por tener demasiado trabajo ya sea en casa o afuera. Por ese abandono o descuido primario, el tipo oral no pide ni busca lo que necesita por temor a ser rechazado.
Oral= la necesidad frente a la independencia.

Carácter masoquista: Estas personas están completamente cargadas, pero mantienen esa carga en su lugar para sentir como si estallaran. Tienen la energía embotellada. Son sumisos hasta el punto de no producir sus sentimientos interiores de ira, hostilidad y superioridad. El masoquista ha aprendido a humillarse y sujetarse externamente doblando la espalda y metiendo el trasero como perro regañado, pero interiormente esta lleno de resentimiento y negatividad. Las tensiones somáticas se encuentran principalmente en la garganta y en el ano de tal manera que el masoquista habla con quejas continuas y defeca con esfuerzo.
Lowen atribuye su causa a los cuidados excesivos y a las restricciones exageradas de los padres, especialmente de una madre dominante que impone su voluntad a la fuerza, aplastando toda la resistencia de parte del niño, o haciéndose la víctima para obligar al niño a doblarse con sentimientos de culpa.
Masoquista= la cercanía frente a la libertad.

Carácter psicopático: Este tipo niega sus sentimientos. Hace hincapié en el control y la fuerza. Energéticamente hay un serio desplazamiento de la energía hacia la cabeza. Su mayor temor es que se aprovechen de él. Carece de seguridad interna por lo que se esfuerza constantemente por sujetar servilmente y dominar a otros a fin de tener la ilusión de fuerza. Por eso niega todo sentimiento y hace alarde de fuerza, incluso en la actividad sexual.
Lowen dice que de pequeño sintió violada su dignidad por la seducción solapada de uno de los padres. Al crecer, trata de desarrollar la parte superior de su cuerpo para sujetar y abusar de otros como lo hicieron con él.

Carácter Rígido: el tipo rígido tiene un cuerpo bien desarrollado y lleno de vitalidad, pero carece de libertad de entrega y de descarga. Su estructura semeja un tubo rígido cargado de energía especialmente en sus extremidades por lo que el rígido se muestra frecuentemente obstinado en su modo de pensar y compulsivo en su sexualidad y en toda su conducta, ahogando toda expresión de sentimientos y amor. Tiene miedo a entregarse.
La causa la pone Lowen en la frustración que tuvo cuando niño al expresar su amor a sus padres y no recibir respuesta ni reciprocidad. Rígido= la libertad frente al sometimiento.

La personalidad de un individuo se determina por su vitalidad o sea por la fuerza de sus impulsos y las barreras que ha levantado para controlarlos.
Los terapeutas bioenergéticos consideran al paciente como un individuo único que esta luchando por los placeres

viernes, 4 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 1

Bioenergética y Gestalt una visión integradora


Bioenergética es entender a nuestro cuerpo como manifestación de nuestro espíritu. En nuestro cuerpo, un milagro de la naturaleza, producto de miles de millones de años de evolución, reside la energía eterna que es creadora del cosmos.
La terapia bioenergética ayuda a regresar al cuerpo. Recuperar la sexualidad, la respiración, el movimiento, el tacto, el gusto y la expresión de la personalidad.

El principio básico de la Bioenergética es que tu eres tu cuerpo. Tu cuerpo es tu modo de ser en el mundo. La energía procedente del cuerpo, la energía que tiene una persona y como la usa determina su personalidad y se refleja en ella.

Otro principio básico de la bioenergética es la unidad cuerpo-mente. La mente y el cuerpo tienen funciones diferentes y con independencia, pero trabajan interconectadas y unidas.
El individuo puede a través de su mente, dirigir la atención hacia dentro o hacia afuera, hacia el cuerpo o hacia los objetos externos.
Cuando la mente dirige la atención hacia el exterior y lo que ocurre le afecta, la experiencia que en realidad le llega es su efecto en el cuerpo. En este sentido, la experiencia es un fenómeno corporal. Sólo se experimenta (y posteriormente se analiza) lo que tiene lugar en el cuerpo. Es por eso que hablamos de unidad cuerpo-mente.

Lo que piensa y siente un hombre también puede leerse en la expresión de su cuerpo.
Las emociones son hechos corporales, son literalmente movimientos y alteraciones dentro del cuerpo que generalmente se traducen en alguna acción exterior.
Por tanto, ser consciente del propio cuerpo es una manera de saber quien es uno, de conocer también la mente.

Además de estos, hay otros dos principios que sustenta la bioenergética son: el del placer y el de la realidad. A nivel corporal el placer fomenta la vida y el bienestar del organismo; el dolor se experimenta como una amenaza para la integridad del organismo. Cuando una situación contiene una experiencia de placer unida a una amenaza de dolor, se experimenta ansiedad.

El principio de realidad, en tanto que opuesto al principio del placer, exige la aceptación de un estado de tensión y aplazamiento del placer de acuerdo a los requerimientos del exterior. A cambio promete que dicha acción llevará a obtener un mayor placer o a evitar un mayor dolor en el futuro.

Tanto el principio del placer como el de realidad dependen del estado de bioenergía del cuerpo. Uno no puede encontrarse con la realidad si no se tiene energía que mover.
Una persona sana produce constantemente energía y se mueve hacia el mundo donde encuentra el placer. Si la energía no se descarga de manera adecuada al estar en contacto con la realidad se produce angustia y un “impulso interior”. Sin una salida adecuada, la defensa del cuerpo consiste en derramar el exceso de energía en los músculos ya rígidos, o reducir su nivel. La persona saldrá del mundo y reducirá su capacidad para el placer.

La sensación del placer se define como la percepción de un movimiento expansivo del cuerpo- exploración, extensión, toma de conciencia. Cerrarse, apartarse, contenerse y retraerse no son experiencias de placer y en realidad pueden ser experiencias de dolor o ansiedad.
El dolor sería consecuencia de un impulso que se encuentra con un bloqueo. Para evitar el dolor, se levanta una barrera contra el impuso. Así se evita el dolor, pero entonces tampoco se podrá sentir el placer.
Sin una salida adecuada, la defensa del cuerpo consiste en derramar el exceso de energía en los músculos ya rígidos o reducir su nivel.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Pedagogía del Oprimido, parte 18 (final)

Organización

En tanto en la teoría de la acción antidialógica, la manipulación útil a la conquista se impone como condición indispensable al acto dominador, en la teoría dialógica de la acción nos encontramos con su opuesto antagónico: el de la organización de las masas populares.

De este modo, al buscar la unidad, el liderazgo busca también la organización de las masas, factor que implica el testimonio que debe prestarles a fin de demostrar que el esfuerzo de liberación es una tarea en común.

El testimonio es, en la teoría dialógica, una de las connotaciones principales del carácter cultural y pedagógico de la revolución.
Entre los elementos constitutivos del testimonio, se cuentan la coherencia entre la palabra y el acto de quien testifica; la osadía que lo lleva a enfrentar la existencia como un riesgo permanente; la valentía de amar que, creemos quedó claro, no significa la acomodación a un mundo injusto, sino la transformación de este mundo para una creciente liberación de los hombres; la creencia en las masas populares, en tanto el testimonio se dirige hacia ellas, aunque afecte, igualmente, a las élites dominadoras que responden a él según su forma normal de actuar.

Todo testimonio auténtico implica la osadía de correr riesgos, siendo uno de ellos el de no lograr siempre, o de inmediato, la adhesión esperada de las masas populares.
En la medida en que el testimonio no es un gesto que se dé en el aire, sino una acción, un enfrentamiento con el mundo y con los hombres, no es estático. Es algo dinámico que pasa a formar parte de la totalidad del contexto de la sociedad en que se dio. De ahí en adelante, ya no se detiene.

Así como en la acción antidialógica la manipulación “al anestesiar a las masas populares”, facilita su dominación, en la acción dialógica la manipulación cede el lugar a la verdadera organización.

No es posible confundir la disciplina indispensable a toda organización con la mera conducción de las masas.
Sin liderazgo, disciplina, orden, decisión, objetivos, tareas que cumplir y cuentas que rendir, no existe organización, y sin ella se diluye la acción revolucionaria.

El liderazgo que insiste en imponer su palabra de orden, no organiza sino que manipula al pueblo. No libera ni se libera, simplemente oprime.
Sin embargo, el hecho de que en la teoría dialógica el liderazgo no tenga derecho a imponer arbitrariamente su palabra, no significa que deba asumir una posición liberalista  en el proceso de organización, ya que conduciría a las masas oprimidas -acostumbradas a la opresión- a desenfrenos.
La teoría dialógica de la acción niega tanto el autoritarismo como el desenfreno. Y, al hacerlo, afirma tanto la autoridad como la libertad.
La verdadera autoridad se afirma en la delegación o en la adhesión simpática.

Por lo tanto, en la teoría de la acción dialógica, la organización que implica la autoridad no puede ser autoritaria y la que implica la libertad no puede ser licenciosa.
Por el contrario, lo que ambos, como un solo cuerpo, buscan instaurar es el momento altamente pedagógico en el que el liderazgo y el pueblo hacen juntos el aprendizaje de la autoridad y de la libertad verdadera, a través de la transformación de la realidad que media entre ellos.

Síntesis cultural

Hemos afirmado, que toda acción cultural es siempre una forma sistematizada y deliberada de acción, que incide sobra la estructura social. Toda acción cultural tiene su teoría. O está al servicio de la dominación o lo está al servicio de la liberación de los hombres.

Lo que pretende la acción cultural dialógica, no puede ser la desaparición de la dialecticidad permanencia-cambio, sino superar las contradicciones antagónicas para que de ahí resulte la liberación de los hombres.

En la síntesis cultural, los actores no llegan al mundo popular como invasores.
Es en este sentido que toda revolución, si es auténtica, es necesariamente una revolución cultural.

Dado que en la síntesis cultural no existen los invasores, ni tampoco existen los modelos impuestos, los actores, haciendo de la realidad el objeto de su análisis crítico, se van insertando, como sujetos, en el proceso histórico.

El saber del liderazgo se rehace en el conocimiento empírico que el pueblo tiene, en tanto el conocimiento de éste adquiere un mayor sentido en el de aquél.
Todo esto implica que sólo a través de la síntesis cultural se resuelve la contradicción existente entre la visión del mundo del liderazgo y aquella del pueblo, con el consiguiente enriquecimiento de ambos.

El liderazgo revolucionario no puede constituirse al margen del pueblo, ya que esto sólo lo conduce a una inevitable invasión cultural.
Ni invasión del liderazgo en la visión popular del mundo, ni adaptación de éste a las aspiraciones, muchas veces ingenuas, del pueblo.

Todo nuestro esfuerzo en este ensayo fue hablar de una obviedad: tal como el opresor para oprimir requiere de una teoría de la acción opresora, los oprimidos, para liberarse, requieren igualmente de una teoría de acción.

Necesariamente, el opresor elabora la teoría de su acción sin el pueblo, puesto que esta contra él. A su vez, el pueblo, en tanto aplastado y oprimido, introyectando al opresor, no puede, solo, construir la teoría de la acción liberadora. Sólo en el encuentro de éste con el liderazgo revolucionario, en la comunión de ambos, se constituye esta teoría.

Si nada queda de estas páginas, esperamos que por lo menos algo permanezca: nuestra confianza en el pueblo. Nuestra fe en los hombres y en la creación de un mundo en el que sea menos difícil amar.