lunes, 14 de octubre de 2013

Bioenergética y Gestalt una visión integradora, parte 5

Técnicas bioenergéticas (continuación)


Masaje

Otra técnica que se puede utilizar en bioenergética es el masaje. Es una contraparte a los ejercicios activos en los que se requiere un esfuerzo para producir resultados. Se usa para suavizar tensiones en partes del cuerpo que no se movilizan mucho al respirar o al hacer ejercicios bioenergéticos.
Hay varias clases de masaje y muchas técnicas para darlo. En general se pueden dividir en dos categorías: a) El masaje suave de relajación para suavizar la rigidez general y para dar calor y energía a los tipos faltos de contacto, b) el masaje fuerte y profundo que se usa para disminuir o quitar las tensiones que hay en distintas partes del cuerpo y aflojar la  capa que envuelve el músculo, limita su movimiento, e impide el flujo de la energía por todo el cuerpo.

En bioenergética se usa el masaje suave o el profundo con la idea de hacer aflorar los problemas psicológicos que se han vuelto inconscientes, que se han hecho crónicos y se mantienen y robustecen por la coraza muscular, para luego trabajarlos verbalmente o con las otras técnicas hasta llegar a la raíz que les dieron origen. No se trata de dar masajes de pura relajación, circulación o energetización, porque si no se tratan los problemas psicológicos que dieron origen a esas tensiones y contorsiones éstas volverán a aparecer por la influencia de los mismos problemas no resueltos.

 Por eso el terapeuta bioenergético debe fijarse más en aquellas partes del cuerpo que aparecen más distorsionadas o más flácidas porque son las que llevan a los problemas básicos del paciente, para luego trabajar esas partes con detenimiento y cuidado.

Meditación

El fin de todas las técnicas es ayudar al paciente a ponerse en contacto con los sentimientos, emociones y experiencias de su vida que fueron reprimidas. Bajo este punto de vista la meditación es una técnica eficaz para ponerse en contacto con el mundo interior...

Entendemos por meditación un estado de tranquilidad y silencio interior y exterior en que el paciente ha suprimido toda actividad física y mental. La meditación produce en el cerebro una actividad eléctrica que ayuda a conectar la actividad de ambos hemisferios y hace más fácil la integración del consciente con el inconsciente.

Puede parecer extraño incluir la meditación como técnica porque en la meditación no hay grito ni pataleos sino silencio, relajación y comunicación energética, empática y sincera entre el paciente y el terapeuta. La meditación como técnica usada con pericia y adecuación al momento terapéutico en que se encuentra el paciente puede producir una gran conmoción y profundidad en el proceso. La meditación como técnica puede usarse tanto en tratamiento individual como de grupo.

 LA ESPIRITUALIDAD EN EL CUERPO

Hablar de espiritualidad en psicología ha sido todo un riesgo y un avance. Ha sido la aparición de la psicología humanista en occidente a la que se llamó "tercera fuerza" respecto al psicoanálisis y al conductismo, lo que permitió este avance. La psicología humanista pretende entre sus objetivos sobrepasar los límites tradicionales de la psicología para incluir métodos de comprensión de la experiencia humana y la experiencia del potencial de cada uno. Insistir en las experiencias que favorecen la realización de Sí mismo, la responsabilidad individual, autenticidad y transcendencia, proponer una percepción de la persona total: corporal, mental, emocional y espiritual...

Dentro de esta tercera fuerza se encuadra claramente la bioenergética. Para Lowen la espiritualidad esta incorporada en el cuerpo. Lowen no utiliza la palabra espiritual en su connotación abstracta o mental sino como espíritu, pneuma o energía . Define el espíritu como la energía o fuerza vital de un organismo manifestado a través de la expresión de la personalidad del individuo: La cantidad de espíritu  que tiene una persona se determina por lo viva y animada que es, literalmente por la cantidad de energía que tiene.

La relación entre energía y espíritu es inmediata. Cuando una persona se excita y aumenta su energía, su espíritu crece.
La espiritualidad produce salud. Lowen dice: nuestra espiritualidad procede de esta sensación de conexión con una fuerza u orden superior a nosotros. Si aceptamos que los seres humanos son criaturas espirituales entonces tenemos que aceptar también que la salud está relacionada con la espiritualidad. Estoy convencido de que la pérdida de la sensación de conexión con las demás personas, los animales y la naturaleza produce un trastorno serio de la salud mental. Objetivamente la salud mental se refleja en la vitalidad del cuerpo, que puede observarse en el brillo de los ojos, el color y la temperatura de la piel, la espontaneidad de la expresión, la vibración del cuerpo y la gracia del movimiento.

Así pues, la salud de una persona depende del equilibrio entre la mente del cuerpo y el espíritu, entendido como fuerza vital del organismo.
Una de las metas de la bioenergética es la trascendencia y la ampliación de la conciencia, pero para Lowen, la trascendencia no tiene sentido sin sus raíces corporales.
Partiendo desde el cuerpo es desde donde se realiza un proceso de crecimiento que nos lleva a un Yo más rico y seguro.

El proceso de crecimiento es continuo y nunca es regular. Con la asimilación de la experiencia hay periodos de nivelación para preparar al organismo para una nueva subida. Cada subida lleva a un nuevo alto o cima y crea lo que llamamos una experiencia cumbre. Cada experiencia cumbre debe integrarse en la personalidad para que se de un nuevo crecimiento, para que se pueda expandir la consciencia y para que el individuo llegue a un estado de sabiduría.

La conclusión es que la capacidad de ser consciente esta unida a los procesos energéticos del cuerpo, es decir, a la cantidad de energía que tiene una persona y a la libertad con que puede circular.
La consciencia refleja el estado de excitación interior. En realidad, es la luz de la llama interior proyectada en dos pantallas: la superficie del cuerpo, y la de la mente.

Por tanto, cuando aumenta la energía y si el sistema esta sano y desbloqueado, la consciencia se expande. Se abrirán nuevas zonas de la mente, se establecerán nuevas conexiones. La bioenergética busca identificar a la persona con su cuerpo, considerando éste, como un sistema funcional que incluye mente y espíritu.
 
La bioenergética considera el sistema como un conjunto de energías que tiende al equilibrio. Del nivel de energía depende la capacidad de la persona para moverse, sentir el placer, experimentar la realidad y expresarse. La bioenergética se propone eliminar los bloqueos tanto de la musculatura como del carácter psíquico, para que pueda aumentarse la energía y se descargue de una manera realista y placentera para llevar al máximo el crecimiento de la persona, de la expresión de la personalidad y de la consciencia.

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