lunes, 8 de septiembre de 2014

La entrega al cuerpo y a los sentimientos, parte 11


El corazón inteligente

El ser humano completo es aquel que de un estado enfermo, transmuta y trasciende hacia un estado de salud y sanación. Aquel que encuentra después del laberinto de la vida, su luz interior.
Aunar la razón y el corazón y formar así el corazón inteligente, para comprender y experimentar la realidad.

Si uno percibe su rigidez o tensión, puede darse cuenta de su temor, lo que liberará sus recuerdos infantiles.

Si queremos ayudar a que las personas se liberen de sus emociones negativas, es necesario comprender las fuerzas que dan origen a tales emociones; y para eso, primero debemos aceptar la realidad de esos sentimientos y no juzgarlos.

Al sacar a la luz la experiencia enterrada, se reduce la vergüenza, lo que permite sentir la herida y su miedo.

El equilibrio es un sinónimo para el control de uno mismo; la buena coordinación de sentimiento y acción, de los movimientos involuntarios o espontáneos; y de los movimientos voluntarios o deliberados; del ego y del cuerpo.
Si alguna parte del cuerpo no participa en algún grado en el movimiento, la persona carece de coordinación, experimentará, por tanto, una falta de equilibrio.

El hecho de juzgar destruye una relación basada en el amor.
El amor exige comprensión, el juzgar requiere  omnisciencia.
Si el sentimiento de igualdad no esta presente, la relación se convierte en la de amo y sirviente.
Como carecemos de fe, nos valemos de un sistema de premios y castigos para motivar el aprendizaje. Se cambia una relación amistosa por una de poder.
La autodisciplina debe reemplazar a una disciplina autoritaria y obsoleta.
Esto está en la línea de la autoconciencia y de la autoexpresión, que necesariamente incluyen conceptos de autodominio y autocontrol.
El niño que aprende a autorregularse a sí mismo tendrá fe en su propio cuerpo y en sus funciones, y se convertirá en una persona autodirigida y capaz de autodisciplina.
Las reglas no deben ser rígidas ni los límites inflexibles, ya que su finalidad es aumentar la seguridad del niño y no negar su libertad.

Toda persona depresiva está atrapada en los cuernos de un dilema.

La vida espiritual es en realidad la vida interna del cuerpo.
La plenitud del espíritu, solo el cuerpo puede ofrecerla
La reconciliación entre el cuerpo y el espíritu no puede alcanzarse negando en nombre del espíritu.
El sentimiento es la vida interior; la expresión es la vida exterior. Una vida plena requiere una rica vida interior (rica en sentimientos), y una vida exterior libre ( libre  para expresarse).
En las competencias atléticas, rendimos homenaje al cuerpo desespiritualizado, y en las aulas y oficinas reverenciamos una mente incorpórea.

Hablamos del amor, pero veneramos el poder.
En el acto de amar, uno abre su corazón a otro y al mundo.
El poder del amor, y de la resonancia energética, como importantes catalizadores del cambio. La comunidad como poderosa influencia de la transformación personal.
Esta en curso la revolución espiritual.

La vida es un proceso continuo, un constante desvelar posibilidades y potencialidades que están ocultas en el presente. Si no se tiene esperanza y compromiso hacia a el futuro, la propia vida se paralizaría, lo que sucede a los deprimidos.
Sentir esta sensación de estar conectado y actuar de acuerdo a esto, es la característica del hombre de fe, de un hombre que tiene fe en la vida. Con un lugar en su corazón para cada niño, y respeto por sus mayores.

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