viernes, 18 de julio de 2014

Poder Popular, parte 3


 La creación de nuestra propia verdad 

¿Cómo crear un movimiento libertario que nos conduzca hacia una nueva forma de organización social, democrática y ecológica? Tenemos que ser capaces de organizar una sociedad que funcione en base a la democracia política directa, así como a la democracia económica, la democracia en el ámbito social y la democracia ecológica.
Se hace necesario aumentar el nivel de conciencia comunitaria de los ciudadanos.
La creación de nuestra propia verdad. El proyecto de romper el cerco a nivel colectivo.

Pero hay que tener poder antes de llegar al poder. Al lado del poder de las clases dominante, se genera un poder autónomo que forja sus propias instituciones, desarrolla una cultura propia, con sus propios discursos, sus propios símbolos, sus propias instituciones y prácticas. Así, al lado del poder, se va construyendo un poder paralelo, que también puede crecer organizadamente.
El poder popular, debe mantener su autonomía y plantear el nivel de organización de la lucha.
El poder popular no es mandar sobre otros, sino es la idea de “poder hacer”, de poder construir. Recuperar nuestra palabra. Insertarnos en el proceso histórico.
Generando conciencia y organización popular con la practica revolucionaria.
El poder popular es una relación que se construye de manera fraternal y cotidiana.

Vale considerar que si no se interviene en la realidad, la realidad nos interviene a nosotros.
Aunque haya que desarrollar el poder popular en un ecosistema hostil, y tengamos que disfrazarlo para que no sea abolido.

Hay que pensar minuciosamente acerca de los métodos más efectivos para desintegrar las dictaduras con éxito y con el menor costo posible en vidas y sufrimiento.
En ningún momento debe asumirse que el desafío contra los dictadores será una empresa fácil y poco costosa. Todas las formas de lucha tienen sus complicaciones y costos.

Las dictaduras, en particular, tienen características especiales que las hacen vulnerables al desafío político diestramente implementado.
A pesar de la apariencia de fuerza, todas las dictaduras tienen sus debilidades, sus ineficiencias internas, sus rivalidades personales, sus funcionamientos institucionales defectuosos, y sus conflictos entre organizaciones y distritos.

El intento de golpe de Estado de línea dura en la URSS en agosto de 1991, por ejemplo, fue bloqueado en unos días por el desafío popular. De ahí en adelante muchas de las naciones bajo un dominio semejante, recuperaron su independencia en sólo días, semanas o meses.

Haría falta calcular bien el grado de lealtad a la dictadura de las fuerzas militares, tanto soldados como oficiales, y determinar si son susceptibles de ser influidos por las fuerzas democráticas. ¿Pudieran los soldados comunes y corrientes ser unos presos descontentos y asustados del régimen? ¿Se podría poner en contra del régimen a muchos de los soldados y oficiales por razones personales, familiares o políticas? ¿Qué otros factores harían a los soldados y oficiales vulnerables a la subversión democrática?

Como puede verse, la lucha noviolenta es una compleja técnica de acción social, que comprende una multitud de métodos, una serie de mecanismos de cambio y unos requisitos conductuales específicos.
Para un desafío político exitoso contra una dictadura, es esencial que la población capte la idea de la nocooperación. Como se ilustró en el cuento del “Amo de los Monos” ,  la idea básica es sencilla. Si un número suficiente de subordinados se rehúsa a seguir cooperando por un tiempo suficiente a pesar de la represión, el sistema opresivo se debilitará y acabará por desplomarse

El grado de libertad o tiranía que existe bajo cualquier gobierno es un reflejo de la determinación de los súbditos a ser libres, y de la voluntad y capacidad de éstos de ofrecer resistencia a los esfuerzos que el gobierno haga para esclavizarlos.

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