viernes, 3 de octubre de 2014

El amor, el sexo y la salud del corazón, parte 9


La cólera reprimida

Otros varios estudios han sugerido que la hostilidad puede ser un factor determinante  de la aparición de enfermedades del corazón. Descubrieron que los niveles altos de potencial de hostilidad y “cólera interna”  - en otras palabras, cólera reprimida- “estaban en estrecha correlación con una mayor gravedad de la arteriosclerosis coronaria (CAD)”.

Estas emociones producen un exceso de norepinefrina, que actúa para movilizar todos los órganos del cuerpo, incluido el corazón, para hacer frente a una amenaza o una crisis. Si una persona actúa de forma adecuada para enfrentar a la crisis, la hormona, tras cumplir su cometido, no tiene efectos perjudiciales para ninguna parte del cuerpo. Pero la cólera contenida mantiene a una persona en situación de crisis todo el tiempo. El corazón es puesto en la situación de ser estimulado constantemente mas con imposibilidad de actuar.

Y la mayoría de las personas de nuestra cultura tienen un grado u otro de cólera reprimida. ¿En qué punto se convierte en una amenaza para la vida?
¿Por qué un ataque ocurre cuando ocurre? ¿Qué tensión inmediata de una vida individual puede desencadenar un ataque?
Se ha dicho que la pérdida de un empleo con frecuencia actúa como causa precipitante de un ataque cardíaco. La pérdida de un ser querido a causa de la muerte también puede desencadenarlo. Dado que el corazón está implicado en el amor, pero no directamente en la hostilidad y la cólera, es razonable pensar que los trastornos en el amor están en la base de la enfermedad del corazón. En este caso, una crisis inmediata en la vida amorosa de una persona puede ser un factor central para precipitar un ataque cardíaco.

El propio Friedman ha llegado a la conclusión de que la falta de amor es responsable de la conducta de tipo A. “Creemos ahora”, ha escrito, “que una de las causas que más contribuyen a fomentar la inseguridad es el hecho de que la persona de tipo A no recibiera, en los primeros años de su infancia, amor incondicional, afecto y estímulo por parte de uno de los padres o de ambos“. En esta situación, el individuo de tipo A no tiene más que una salida: embarcarse en “una lucha continua, en un intento incesante de realizar o triunfar, cada vez más, en cada vez menos tiempo”.

James Lynch también ha sugerido que una falta de amor puede causar la enfermedad del corazón. Lo que impulsó a Lynch a estudiar las “consecuencias médicas de la soledad” fue la observación de que el contacto humano puede tener un efecto positivo en el corazón de animales estudiados en el laboratorio, así como en el corazón de pacientes de las unidades coronarias.

El contacto humano

El contacto humano afecta la circulación de la sangre. Los seres humanos necesitan algún tipo de contacto amoroso. Muchas personas buscan este contacto en el matrimonio, pero no todas lo encuentran. A causa de su miedo al amor, los cónyuges con frecuencia se tratan uno al otro como adversarios y se enzarzan en luchas de poder.
Se disponen de pruebas suficientes para establecer una conexión entre las discordias matrimoniales y la aparición de enfermedades coronarias y la muerte prematura.
Sin embargo, no todos los hombres cuyo matrimonio era difícil sufrieron ataques al corazón. Es lícito suponer por tanto, que unos hombres supieron enfrentarse mejor que otros a la tensión de la discordia matrimonial.

Muchos de nosotros vivimos con las tensiones del conflicto matrimonial y con la realidad o la amenaza de ruptura de relaciones como un hecho de la vida moderna. Es importante comprender la naturaleza de estas tensiones si queremos hacerles frente con eficacia.

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