martes, 17 de junio de 2014

El Arte de Amar, parte 1

Resumen del conocido libro de Erich Fromm

“El Arte de Amar” 

¿Qué es el Amor? ¿Por qué nos parece tan familiar y a la vez tan extraño? ¿Por qué si todos lo buscamos, casi nadie lo tenemos? ¿Cómo es que empezamos nuestra vida buscando y pidiendo amor, y las terminamos frecuentemente tristes y solitarios?…….
Y más extraño es que a pesar de este evidente conflicto, nadie voltea a ver cuales son las causas. ¿Qué esta fallando en nosotros, y aún en la sociedad, que nos está condenando a vivir encerrados en nosotros mismos?.A pesar de la franca deshumanización que sufrimos, nadie parece hacer nada por remediarlo. Nadie dedica un tiempo a meditarlo. Todo parece tener más importancia: éxito, prestigio, dinero; dedicamos toda nuestra energía a conseguir tales objetivos, y no dejamos nada para entender los problemas del amor.”¿Será acaso que el “amor”, que sólo beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no conviene invertir muchas energías?”

Investiguemos un poco: ¿Por qué no encontramos el amor?. Si hacemos caso a Erick Fromm, que nos advierte de antemano.        “Todos los intentos de amar están condenados al  fracaso, a menos que procuremos, del modo más activo, desarrollar nuestra personalidad total”. Y luego continúa: “ la satisfacción en el amor individual, no puede lograrse sin la capacidad de amor al prójimo, sin humildad, coraje, fe y disciplina”.
¿Qué significa todo esto?. Visto así, el amor ya no parece un problema tan sencillo.

El primer paso es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir.
Casi todos piensan que no hay nada que aprender en el amor, que el amor es una experiencia placentera, cuya ocurrencia es cuestión de azar, algo con lo que se tropieza si hay suerte.
De igual forma, se cree ilusamente que el problema consiste en conseguir el objeto; que amar es sencillo y lo difícil es encontrar un objeto para amar. Tal actitud puede compararse con la de un hombre que quiere ser Pintor, pero que en lugar de aprender el arte, sostiene que debe esperar el objeto adecuado, y que pintará maravillosamente bien cuando lo encuentre.

 Se cree similarmente, que lo importante es ser amado, y no tanto aprender a amar. Todos queremos que se nos ame, y por eso buscamos el éxito, el poder y las riquezas; buscamos ser atractivos; perseguimos popularidad y sex appeal casi a cualquier precio.
Por otro lado, vivimos en una cultura basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. Una mujer o un hombre atractivos  son los premios que se quieren conseguir. Se pretende lograr un buen negocio. Dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado “el mejor objeto disponible en el mercado”. Buscamos un partido ventajoso.

Otra evidente causa de lo escaso del amor en nuestra sociedad, es que muchos confunden la experiencia inicial de “enamorarse”, con la de permanecer enamorados. “Dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al principio no saben todo esto: en realidad consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar “locos” el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando solo muestra el grado de su soledad anterior.

Comencemos el aprendizaje de éste tan vital arte, con el estudio de la teoría:

El  duelo esencial, el conflicto fundamental en la existencia del hombre, es el hecho de que ha emergido del reino animal, ha trascendido a la naturaleza, a progresado sobre su adaptación instintiva. Esto queda representado simbólicamente en el mito de Adán y Eva, expulsados del paraíso terrenal.  Y trascendido el  estado primario, el hombre solo puede ir hacia adelante, desarrollando su razón, encontrando una nueva armonía humana en reemplazo de la prehumana, que está irremediablemente perdida.
Desde que el hombre toma conciencia de sí mismo como una entidad separada, toma conciencia de su soledad, de que ha de morir,  de que morirán sus seres queridos, de su desvalidez frente a las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad, todo ello hace de su existencia separada y desunida una insoportable prisión.
La vivencia de esta “separatidad”, provoca angustia, es por cierto, la fuente de toda angustia. Por otra parte produce vergüenza y un sentimiento de culpa. “La conciencia de la separación humana- sin la reunión por el amor- es la fuente de la vergüenza, es al mismo tiempo la fuente de la culpa y la angustia.

La necesidad más profunda del hombre es entonces, superar su separatidad, abandonar la prisión de su soledad. El fracaso absoluto en el logro de tal finalidad significa la locura.
El hombre de todas las edades y culturas enfrenta el mismo problema; como lograr la unión, como trascender la propia vida individual y encontrar compensación. Las respuestas han variado a lo largo del tiempo, aunque en forma general, pueden resumirse en las siguientes tres.

La primera que analizaremos consiste en diversas formas de “estados orgiásticos” . En un estado de transitoria exaltación, el mundo exterior desaparece, y con él, el sentimiento de separatidad con respecto al mismo. En nuestra sociedad actual, las adicciones al alcohol, las drogas, el sexo, etc., son los medios a disposición. Cuando la experiencia orgiástica concluye, se sienten más separados aún, y ello los impulsa a recurrir a tal experiencia con frecuencia e intensidad crecientes.

Otro intento de unión, que está lejos de ser la solución, es la relación basada en la conformidad con el grupo. En la sociedad occidental contemporánea, la unión con el grupo es la forma predominante de superar el estado de separación. Se trata de una unión en la que el  ser individual desaparece en gran medida y cuya finalidad es la pertenencia al rebaño. Los sistemas dictatoriales utilizan amenazas y el terror para inducir esta conformidad. La mayoría de la gente ni siquiera tiene conciencia de su necesidad de conformismo.
De sobra decir,  que la unión por la conformidad, dictada por la rutina, suele resultar insuficiente para aliviar la angustia de la separatidad.

La tercera respuesta que en forma general a dado el hombre para superar su desolación, consiste en la “actividad creadora”, sea la del artista o la del artesano. En cualquier tipo de actividad creadora, la persona que crea se une con su material, que representa el mundo exterior a él.
La unidad alcanzada en la fusión orgiástica es transitoria; la proporcionada por la conformidad es solo pseudo unidad; la que se logra por el trabajo productivo  no es interpersonal, no involucra a  nuestros semejantes. Por tanto, constituyen meras respuestas parciales al problema de la existencia.

La solución plena está en el logro de la unión interpersonal, la fusión con otra persona, en el amor. “Este deseo de fusión interpersonal constituye la pasión fundamental del hombre, es la fuerza que sostiene a la raza humana, al clan, a la familia, a la sociedad”. la incapacidad de alcanzarlo significa insania o destrucción.

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