viernes, 10 de mayo de 2013

La Lucha Sexual de los Jóvenes, parte 4



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IV. Las Perturbaciones en las relaciones sexuales.   

Muchos jóvenes sufren trastornos sexuales y es necesario que sepan de forma muy clara que se trata de una cuestión de educación, de algo que concierne a nuestro orden social. Muchos de estos trastornos pueden ser curados fácilmente cuando aparecen si se conoce exactamente su naturaleza; pero pueden trasformarse en perturbaciones permanentes si se ignoran sus verdaderas condiciones.
Uno de los problemas que con más frecuencia plantean los jóvenes se refiere a las posibilidades de luchar contra la frigidez en la joven y la eyaculación precoz del muchacho. Para responder, debemos establecer previamente  cuáles son los trastornos y cómo se producen (figura 2).



Tanto en el joven como en la muchacha existen tres clases de trastornos importantes. En el joven son:

1. La erección defectuosa o incompleta,
denominada impotencia.

Esta reposa, con excepción de los casos en que está condicionada físicamente, en un miedo inconsciente a la relación sexual, o sobre el temor a los órganos sexuales femeninos. Se exteriorizan la mayor parte de las veces como un sentimiento de inferioridad. Haciendo conscientes las representaciones de miedo inconscientes que originan la impotencia, ésta se puede curar. Con frecuencia se trata solamente de un temor general al otro sexo, condicionado por una educación que inhibe el desarrollo de la excitación sexual por representaciones de miedo. No se puede ser excitado sexualmente cuando se tiene miedo.
Jamás la erección puede ser forzada por la voluntad, pues se trata de un proceso afectivo inconsciente, y toda intención consciente o toda violencia provocan lo contrario. Cuando en estos estados de gran ansiedad no se desespera, sino que se permanece tranquilo todo el tiempo necesario, y la muchacha no comete la torpeza de burlarse del muchacho, la erección se produce pronto o tarde, si, por otra parte, el muchacho está sano.
Si el muchacho ha gustado una vez del placer sexual, su potencia se afirma progresivamente a medida que las relaciones sexuales se hacen habituales.

2. Eyaculación precoz

La eyaculación precoz impide el clímax y el relajamiento completo. No hay suficiente tiempo para la concentración de la excitación en el órgano sexual; toda la excitación sexual presente no puede ser descargada. Para la joven, la eyaculación precoz le impide ser completamente satisfecha. Este trastorno es también resultado de la represión sexual infantil y de la formación de la ansiedad sexual. Reposa en precipitación ansiosa ante el acto sexual o en una sobreexcitación anterior al acto.
Se puede suprimir este trastorno evitando la precipitación en la práctica del acto sexual y comenzando lentamente y con precaución.

3. El trastorno de la capacidad de goce

Cuando un joven sufre un trastorno de la erección o de eyaculación precoz, se trastorna también la capacidad de gozar. Pero ocurre con mucha frecuencia que jóvenes bien dotados no experimentan el clímax y el relajamiento completo correspondientes al placer final. Esto es debido, ante todo, a las inhibiciones engendradas por la actual educación, que impiden entregarse plenamente al acto.
A esto se añade que no todos los jóvenes son capaces de trabar relaciones en las que se pueda establecer la armonía sexual recíproca, en parte a causa de dificultades psíquicas internas, en parte debido a la miserable situación social.
No se trata de juzgar este hecho moralmente, sino médica y políticamente. Un cambio muy frecuente de compañero excluye precisamente la armonía sexual y, en consecuencia, la satisfacción completa de necesidades de sexualidad y de ternura en el acto sexual.

No queremos alegar principios morales, sólo reconocemos un principio moral, que se puede enunciar así: tenemos necesidad de tus fuerzas para la gran tarea ( que todos debemos cumplir) para la emancipación de los hombres de toda servidumbre; libérate cuanto te sea posible de la moral burguesa y regula, también cuanto te sea posible, tu sexualidad.

Existe en las muchachas por las mismas razones que en los jóvenes, aunque más pronunciadamente, trastornos que presentamos gráficamente en la figura 3.


La línea punteada representa el desarrollo normal, plenamente satisfactorio, de la excitación sexual de la muchacha, y las otras cuatro líneas representan cuatro diferentes trastornos.

1. La insensibilidad total, llamada
“frigidez sexual” 

Esta va paralela, corrientemente, con dolores, o con un gran hastío de la muchacha durante el acto sexual. Es l a línea A. Tales muchachas no sienten satisfacción durante la relación, sino más bien horror por ésta y disgusto.

2. La líniea B representa la defectuosa
sensibilidad de la vagina

La muchacha siente cierto placer durante la relación, pero no puede obtener la plena satisfacción sexual.

3. La línea C muestra el caso particular de una muchacha que siente un placer completamente normal durante el acto sexual, pero que lo rechaza justamente antes del orgasmo. Esto se debe al miedo a la excitación, que se eleva bruscamente y turba la conciencia. Algunas jóvenes sienten este miedo conscientemente y temen que les ocurra algo terrible. Estas jóvenes gozan hasta un cierto grado, pero no experimentan el clímax normal verdadero. Las dos clases de perturbaciones B y C necesitan un tratamiento psíquico, o bien desaparecen con el tiempo, si el compañero procede con suficiente habilidad y cuidado respecto a la muchacha.

4. La línea D representa el trastorno siguiente:

La muchacha está sobrexcitada y parece sentir un goce intenso, pero no puede elevarse hasta el orgasmo. Estas jóvenes sufren mucho, pues se encuentran constantemente en un estado de excitación sexual nunca satisfecho.

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