jueves, 27 de noviembre de 2014

La Traición al Cuerpo, parte 9

El muñeco

Otra distorsión común de la imagen corporal normal es la que revelan los dibujos en los que el cuerpo humano aparece como un muñeco. A menudo, también la apariencia física de una persona -por lo general la de una mujer- sugiere cierta cualidad de muñeca en la personalidad, es decir,  irreales y sin transmitir sentimiento alguno.

En la personalidad esquizoide, la imagen del ego se desarrolla como reacción a la imagen del cuerpo. El ego no puede aceptar el valor negativo que representa el cuerpo. Crea su propia imagen de la personalidad, en oposición a una imagen corporal inaceptable. De esta forma, ambas imágenes contrastantes se desarrollan simultáneamente como respuesta a fuerzas externas que fracturan la unidad de la personalidad. Para explicar estas fuerzas, se requiere analizar la estructura del carácter del paciente con referencia a sus experiencias infantiles.

El “muñeco” o la “muñeca”, pueden explicarse como una maniobra inconsciente para reprimir y eliminar sentimientos sexuales que se perciben como extraños y peligrosos. Al convertirse en maniquí, la persona adormece su cuerpo y se despersonaliza. El rechazo por su físico se relaciona con sensaciones raras que se experimentaron en el vientre y genitales. La tendencia a adormecer el cuerpo -es decir, a despersonalizarse- constituye una reacción contra esas sensaciones, a las que se perciben como una amenaza contra la integridad de la persona

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