lunes, 9 de septiembre de 2013

Pedagogía del Oprimido, parte 9


Capítulo 3 (continuación)

Qué haremos, por ejemplo, si tenemos la responsabilidad de coordinar un plan de educación de adultos en un área campesina, que revela, incluso, un alto porcentaje de analfabetismo? El plan incluirá la alfabetización y la post alfabetización. Estaríamos obligados, por tanto, a realizar la investigación de las “palabras generadoras” así como la de los “temas generadores” en base a los cuales tendríamos el programa para ambas etapas del desarrollo del plan.

Concentrémonos, con todo, en la investigación de los “temas generadores”.
En un primer encuentro, los investigadores necesitan obtener que un número significativo de personas acepte sostener una comunicación informal con ellos y en la cual les hablarán sobre los objetivos de su presencia en el área. Explicarán el porqué, el cómo y el para qué de la investigación que pretenden realizar y que no pueden hacer si no se establece una relación de simpatía y confianza mutuas.
 Si se acepta la reunión y se adhieren al proceso, deben los investigadores estimular a los presentes para que, de entre ellos, aparezcan quieres quieran participar como auxiliares. De este modo, se inicia con un diálogo sin rodeos, entre todos.

Una serie de informaciones sobre la vida en el área, necesarias para su comprensión, tendrá sus recolectores en estos voluntarios.
Conjuntamente con el trabajo del equipo local, los investigadores inician sus visitas al área, como observadores simpáticos, con actitudes comprensivas frente a lo que observan.
Irán registrando incluso aquellas cosas que, aparentemente, son poco importantes. El modo de conversar de los hombres; su forma de ser. Su comportamiento en el culto religioso, en el trabajo. Irán registrando las expresiones del pueblo, su lenguaje, sus palabras, su sintaxis, que no es lo mismo que su pronunciación defectuosa, sino la forma de construir su pensamiento.

Esta descodificación de lo vivo implica, necesariamente, el que los investigadores sorprendan el área en momentos distintos. Que la visiten en horas de trabajo en el campo; que asistan a reuniones de alguna organización popular, observando el comportamiento de sus participantes. Es indispensable que la visiten en horas de descanso, que presencien actividades deportivas; que conversen con las personas en sus casa, en fin, que ninguna actividad, en esta etapa, se pierda en esta primera comprensión del área.

Los investigadores deben redactar un pequeño informe, cuyo contenido será discutido por el equipo reunido en seminario, y en el cual se vayan evaluando los hallazgos, tanto de los investigadores como de los auxiliares de la investigación y representantes del pueblo.
Dichas reuniones de evaluación, constituyen un segundo momento de la “descodificación” al vivo que los investigadores realizan de la realidad que se les presenta.

Podríamos pensar que en esta primera etapa de la investigación, al apropiarse de los núcleos centrales de aquellas contradicciones a través de su observación, los investigadores estarían capacitados para organizar el contenido programático de la acción educativa.
Lo básico, es estudiar a que nivel de percepción de sus contradicciones se encuentran los individuos del área.
Aunque las “situaciones límite” sean realidades objetivas y estén provocando necesidades en los individuos, se impone investigar con ellos la conciencia que de ellas tengan.

La segunda fase de la investigación comienza precisamente cuando los investigadores, con los datos que recogieron, llegan a la aprehensión de aquel conjunto de contradicciones.
A partir de este momento, siempre en equipo, se escogerán algunas de éstas contradicciones, con las que se elaboraran las codificaciones que servirán para la investigación temática.

En el proceso de la descodificación los individuos, exteriorizando su temática, explicitan su “conciencia real” de la objetividad.
En la medida en que, al hacerlo, van percibiendo como actuaban al vivir la situación analizada, llegan a lo que antes denominábamos “percepción de la percepción anterior“. Perciben en forma diferente la realidad y, ampliando el horizonte de su percibir, van sorprendiendo más fácilmente, en su “visión de fondo“, las relaciones dialécticas entre una y otra dimensión de la realidad.

Promoviendo la percepción de la percepción anterior y el conocimiento del conocimiento anterior, la descodificación promueve, de este modo, el surgimiento de una nueva percepción y el desarrollo de un nuevo conocimiento.

Una vez preparadas las codificaciones y estudiados por el equipo interdisciplinario todos los posibles ángulos temáticos contenidos en ellas, los investigadores inician la tercera etapa de la investigación.
En ésta, vuelve al área para empezar los diálogos descodificadores, en los
“círculos de investigación temática”.

En las reuniones de análisis de este material debieran estar presentes los auxiliares de la investigación, representantes del pueblo y algunos participantes de los “círculos de investigación”. Su aporte, al margen de ser un derecho que a ellos cabe, es indispensable en el análisis de los especialistas.

Es así como, tanto sujetos como especialistas, en el tratamiento de estos datos, serán rectificadores y ratificadores de la interpretación de los hallazgos que en la investigación se hagan.
Los participantes del “círculo de investigación temática”, van extroyectando, por la fuerza catártica de la metodología, una serie de sentimientos, de opiniones de sí, del mundo y de los otros que posiblemente no extroyectarían en circunstancias diferentes.

La concienciación no se detiene en el reconocimiento puro, de carácter subjetivo, de la situación, sino que, por el contario, prepara a los hombres, en el plano de la acción, para la lucha contra los obstáculos de su humanización.

Su última etapa se inicia cuando los investigadores, una vez terminadas las descodificaciones en los círculos, dan comienzo al estudio sistemático e interdisciplinario de sus hallazgos.







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