viernes, 25 de septiembre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 5


Capítulo V

Control de uno mismo y autoexpresión

La bioenergética, como otras terapias, pretende ayudar a una persona a desarrollar un mejor sentido del yo, esto es, a ser más persona. El yo, sin embargo, no es una cualidad abstracta; por el contrario, es la totalidad de nuestro funcionamiento. El yo no puede ser divorciado de la autoexpresión, pues es en nuestras actividades expresivas que percibimos el yo.
La parte más grande e importante de nuestra autoexpresión es inconsciente. Una gracia en las maneras, la chispa de nuestros ojos, el tono de voz, una viveza y una vibración generales, expresan quiénes somos mejor que las palabras o las acciones. Sin embargo, estas no son cualidades que podamos cultivar deliberadamente. Son manifestaciones de la salud emocional y física.

Si una persona está bloqueada en su capacidad de expresar sentimientos, traerá muerte a su cuerpo y reducirá su vitalidad. Es muy común ver a gente que es incapaz de llorar, que no puede encolerizarse, que tiene miedo de mostrar miedo, que no puede implorar ayuda, que no se atreve a protestar. Algunas personas pueden llorar con facilidad, pero no pueden mostrar ira; en otras, es al revés.
Los ejercicios bioenergéticos proporcionan a le gente una oportunidad para practicar la expresión del sentimiento de un modo organizado, y para familiarizarse con ella.
Pero igual que a una persona se le anima a expresar sus sentimientos en un ejercicio apropiado, también se le ayuda a obtener un control consciente sobre su expresión. El propósito de este control no es el de inhibir o limitar el sentimiento, sino el de hacer de su expresión efectiva, económica y apropiada. Un estallido histérico, por ejemplo, puede ser considerado como una expresión de sentimiento, pero es a menudo un derroche de energía y relativamente poco efectivo. No es realmente una forma de autoexpresión, pues la erupción se produce contra la intención consciente de la persona.

El control de uno mismo denota la capacidad de responder apropiadamente a una situación. El cronometraje es de la misma importancia. Cuándo actuar y cuándo hablar resulta tan crítico como lo que hagamos o digamos.
Todos admiramos a le gente con equilibrio: están listos para la acción y al mando de sí mismos. El equilibrio es por tanto un sinónimo para el control de uno mismo, la buena coordinación de sentimiento y acción, de los movimientos involuntarios o espontáneos y de los movimientos voluntarios o deliberados, del ego y del cuerpo.
El equilibrio se desarrolla aumentando nuestra coordinación en todas las acciones expresivas. Cuando hagamos un movimiento, debería implicar al cuerpo total. Si alguna parte del cuerpo no participa en el movimiento, la persona carece de coordinación. Experimentará, por tanto, una falta de equilibrio.

Sugerimos un ejercicio para ayudarte a confirmar tu grado de autoexpresión. Es el pataleo, que expresa la idea de la protesta. Más aún, implica a la parte inferior del cuerpo, que es pasiva en tanta gente. Si tienes dificultades en identificarte con esta acción, piensa en alguna injusticia que hayas experimentado. Todos, en esta cultura, tenemos algo por lo que patalear.

Ejrcicio 9. Pataleo

Tumbado en una cama, preferiblemente con un edredón y sin tope a los pies. Extiende ambas piernas. Manteniéndolas sueltas, con las rodillas extendidas pero no rígidas, patalea arriba y abajo rítmicamente. Tus tobillos deben estar sueltos, el golpe aterrizar sobre los talones y la pantorrilla. Haz el pataleo fácil al principio, y luego incrementa gradualmente la fuerza y la velocidad de tus movimientos. Finalmente, agarrado de los lados del colchón, patalea con toda tu fuerza y lo más rápido que puedas.
Esta acción es como el restallar de un látigo. Si estás coordinado, tu cabeza irá arriba y abajo con cada patada. Si tienes miedo de soltar tu cabeza, tus movimientos serán mecánicos. (ver figura 17)



¿Te detuviste bruscamente, o dejaste que los movimientos fuesen desapareciendo? Parar bruscamente es como echar los frenos, e indica el temor a permitir que el movimiento continúe hasta su conclusión natural.
¿Se doblaron tus rodillas, de modo que golpeabas sólo con los talones? Este tipo de movimiento resulta de un exceso de tensión en los músculos de la corva.
Por supuesto, te encontraste sin aliento al final. Es un ejercicio bastante violento. ¿te entró pánico ante la pérdida de aliento? ¿ te sentiste mareado al final? Tanto el pánico como el mareo se pasan al respirar de nuevo con facilidad.


Ejercicio 10. Diciendo “no” mientras se patalea

Para hacer el ejercicio más fuerte, trata de decir “no” mientras pataleas. El “no” ha de ser mantenido el mayor tiempo posible, y repetido varias veces durante el ejercicio. Ahora estás protestando.
  • ¿Era tu voz fuerte y plena, o débil y vacilante?
  • La utilización de la voz requiere una mayor coordinación. ¿te fue más difícil este ejercicio?
  • ¿ Te asustó el sonido de tu voz?
  • ¿Cuándo fue la última vez que pataleaste de este modo.
  • Si un ejercicio así te transforma, no lo repitas inmediatamente. Vete preparando para él, y desarrolla la coordinación y la expresión trabajando de un modo fácil y persistente. El procedimiento que recomendamos es hacer este ejercicio regularmente pero con facilidad, recalcando la ritmicidad y la soltura del movimiento.

Ejercicio 11. Desarrollando tu poder de pataleo.
 
Haz el mismo ejercicio sin el uso de la voz, y con una intensidad moderada. Da a la cama 50 patadas, y mira lo suaves y rítmicas que son tus acciones.
Si tus piernas se cansan o te quedas sin aliento antes de que des cincuenta patadas (contando cada pierna como una patada), comienza con veinticinco o treinta.
Cada día trata de añadir cinco o diez patadas más al ejercicio hasta alcanzar las cien. Cuando te sientas bien con 100 patadas, trata de pasar a 150. Luego intenta 200. Cuando seas capaz de dar 200 patadas de una vez, estarás consiguiendo poder de sostenimiento y coordinación.

Conforme continúes haciendo el ejercicio, encontrarás que cada vez te resulta más fácil, y que estás obteniendo mayor libertad en la parte inferior de tu cuerpo. Estás volviendo a entrar en posesión de partes de tu cuerpo que anteriormente no estaban disponibles.
En próximos capítulos describiremos otras acciones expresivas tales como golpear, estirarse, mirar y demás. Antes de que pases a estas, asegúrate de leer las palabras de advertencia y consejo dadas en el capítulo 7.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 4

Capítulo IV

Sexualidad 


La bioenergética se asienta en el principio de que hay una identidad entre salud física y salud mental, entre salud emocional y salud sexual. La unidad del organismo puede ser dibujada como un círculo. Cada aspecto de su salud se halla relacionado con los otros, y refleja su salud total. (fig. 11)


 Así, las ansiedades y problemas sexuales afectarán seriamente la salud física, emocional y mental de una persona.
La salud física es vista como algo más que la mera ausencia de síntomas de debilitamiento. Se manifiesta en un cuerpo bello y grácil, vibrantemente vivaz. Un cuerpo así indica el funcionamiento de una mente calmada y clara, en la que no hay conflictos reprimidos.
Similarmente, la salud emocional es definida de un modo positivo: consiste en tener plena posesión de nuestras facultades, y la plena gama de nuestros sentimientos. Naturalmente, esta definición incluye la capacidad de sentir y expresar plenamente nuestra sexualidad, y la capacidad de experimentar el gozo de esta expresión. Tal sería nuestra definición de la salud sexual. Básicamente, estar vibrantemente vivo podría ser equivalente a la capacidad para el placer y el gozo en la vida.

Si buscamos estar vibrantemente vivos, la pelvis debe ser liberada y el flujo de sentimiento sexual abierto. El modo en que una persona sostiene su pelvis es pues un tema de estudio tan importante como el modo en que lo hace con su cabeza.
El trastorno pélvico más común es el del trasero encogido. Aquí la pelvis es empujada hacia adelante y el trasero es mantenido tenso como un perro fustigado, con la cola metida entre las patas. Como resultado, la parte inferior de la espalda es bastante recta, con la normal curvatura lumbar eliminada. También se ejerce gran tensión en el área lumbosacra (los lomos). (fig.13)
La mayoría de los casos que he visto de trastornos en la región lumbar, tuvieron lugar en personas con traseros encogidos y lomos rectos.



La figura 12 muestra la alineación de un cuerpo sano. El peso del cuerpo es llevado sobre la mitad delantera de los pies. El cuerpo se halla equilibrado, pues la pelvis es empujada ligeramente hacia atrás, pero se mantiene suelta. Las rodillas se hallan dobladas, lo que les permite funcionar como amortiguadores en cualquier situación de estrés. Dado que las piernas se hallan alineadas con el cuerpo (lo que ocurre cuando los dedos de los pies apuntan rectos y las rodillas están centradas por encima de los pies), el peso del cuerpo, junto con cualquier estrés adicional, pasa a través de las piernas hasta los pies y el suelo. Este traspaso del estrés a las piernas sólo puede tener lugar cuando la pelvis es ladeada hacia atrás.

En la figura 13 el trasero encogido y las rodillas bloqueadas enfocan el estrés sobre la parte inferior de la espalda, creando una predisposición a los trastornos de esta área. Adviértase que el peso del cuerpo se apoya en los talones. El cuerpo se inclina hacia atrás en una persona pasiva.
En la figura 14 el estrés es transportado a la parte superior de la espalda, lo que ocasiona un bulto en esta área. La cabeza se inclina hacia adelante, y los lomos muestran una exagerada curvatura llamada lordosis. De una persona con esta estructura se podría decir que está transportando a alguien en su espalda.

¿Qué tiene que ver con el sexo la inclinación hacia atrás de la pelvis? Cuando la pelvis se halla hacia adelante, está en posición de descarga. Esto significa que cualquier sentimiento sexual de la persona fluirá directamente a los genitales, el órgano de descarga. Cuando la pelvis es mantenida atrás, pero suelta, se halla en posición de carga.
El vientre o abdomen inferior es el reservorio de los sentimientos sexuales. Cuando la pelvis es mantenida hacia adelante y el vientre mantenido adentro, la función de este reservorio se pierde mayormente. Entonces, como la persona no puede ahora “contener” su sentimiento sexual, sus únicas posibilidades son, o bien actuar, es decir, buscar una descarga sexual, o si esto es imposible, cortar el sentimiento. Esto se hace conteniendo la respiración e inmovilizando la pelvis. Como resultado, la persona no está sexualmente viva. Una persona así no se halla asentada en su naturaleza sexual.

Un cuerpo sexualmente vivo se halla caracterizado por una pelvis de balanceo libre. Significa que se mueve espontáneamente, y que no es empujada, golpeada o molida. Dijimos que la pelvis se mueve espontáneamente con cada respiración. También se mueve libre y fácilmente con cada paso que damos. Sólo hay que observar el modo en que caminan las nativas del Caribe o de las Islas de los Mares del Sur. En contraste con esto, las gentes de nuestras sofisticadas culturas caminan rígidas con traseros apretados.
Estos ejercicios no te liberarán de ningún complejo sexual que pudieras tener. Eso es algo que corresponde a una terapia. Los recuerdos sexuales reprimidos de tiempos de la infancia deben ser recuperados, y las sutiles relaciones sexuales existentes entre padres e hijos desveladas. Pero estos ejercicios no sólo ayudan a la terapia, sino que son esenciales para ésta. No es suficiente con liberar a una persona de sus ansiedades sexuales; es también necesario liberar a su cuerpo de la tensión, y restaurar la movilidad de la pelvis. Y esto sólo puede hacerse con un enfoque físico.
Para ser efectivo, el enfoque físico debe implicar al cuerpo entero. Se puede comenzar con alguna actividad vibratoria de las piernas. Tarde o temprano esto se extenderá hacia arriba hasta incluir la pelvis. A continuación, es importante desarrollar  el sentimiento de “estar tomando tierra”, puesto que la sexualidad adulta se haya relacionada con el sentido de independencia y de plantarse sobre sus propios pies. La toma de tierra da a una persona el sentimiento de independencia y madurez que hace de su expresión sexual una actividad responsable de su ser total. Finalmente, la respiración del individua ha de ser abierta y profunda en el vientre, de modo que los movimientos pélvicos estén coordinados con las ondas respiratorias. Esto permite al cuerpo total participar en la respuesta orgásmica.

 Es también importante no poner rígido el trasero. Estas tensiones representan el temor a “abandonarse”. Originadas en el entrenamiento de nuestra más tierna infancia en pos de una limpieza de excrementos, estas tensiones son ahora inconscientes, y bloquean la entrega total a la descarga sexual. En los siguientes ejercicios, te pedimos que trates de dejar caer el fondo de la pelvis y empujes hacia afuera tu ano, como si fueras al retrete. No te harás encima. El esfínter interno del ano permanece cerrado. Éste sólo se abre cuando hay materia fecal que evacuar. Si tienes alguna ansiedad al respecto, evacua primero el intestino.






No queremos decir que si haces este ejercicio con facilidad es que estás libre de cualquier tensión o problema sexual. Lo inverso en cambio, si es cierto. Si no puedes hacer este ejercicio con facilidad, tienes un problema. En este, como en los otros ejercicios, el criterio importante es si la persona “toma tierra”. Si uno no toma tierra, el balanceo de la pelvis carecerá de tono emocional.

Ejercicio 8. Arqueando la espalda y meciendo la pelvis

Otro ejercicio sexual puede llevar más plenamente a tu conciencia las tensiones de tu pelvis y en la parte inferior de la espalda.
Túmbate en el suelo, con las rodillas dobladas de modo que tus pies estén paralelos y apoyados sobre el suelo. Arquea tus lomos y aprieta tu trasero contra el suelo. Mientras haces esto, inhala, dejando salir el vientre lo más posible. Luego exhala y deja que la pelvis rote hacia adelante, haciendo una ligera presión hacia abajo sobre tus pies para darle un ligero impulso elevador. A continuación inhala de nuevo y deja que la pelvis se balancee hacia atrás, arqueando y presionando el trasero contra el suelo. Haz este ejercicio durante quince o veinte respiraciones. Tu respiración debería ser lenta. (Ver figura 16).






Es muy común que la gente empuje o tire de la pelvis hacia adelante en vez de permitirla oscilar libremente sobre las articulaciones de la cadera. Tirar la pelvis hacia adelante se hace a base de contraer los músculos abdominales y contrayendo el trasero. Ambas acciones reducen la sensación sexual y bloquean el movimiento pélvico involuntario, que debería tener lugar en el clímax del acto sexual.
Si la pelvis comienza a moverse espontáneamente en el curso de este ejercicio, experimentaras ahí algunas sensaciones adorables. Desde luego, no tendrás un orgasmo. Los órganos genitales no se excitarán salvo que deliberadamente te hagas fantasías acerca de un encuentro sexual. Sin embargo, esto no es recomendable, pues enfocará tu atención en los genitales y te distraerá de la percepción de lo que está ocurriendo en tu pelvis. Puedes preguntarte, sin embargo, que hacer en caso de excitarte genitalmente mientras haces este ejercicio en casa. No habrá ninguna objeción válida a que, en la intimidad de tu hogar, desees masturbarte. Es una actividad normal que ayuda a una persona a aceptar y encontrar placer en su propia sexualidad.

En bioenergética creemos que las sensaciones pueden ser conscientemente contenidas o expresadas, dependiendo de las circunstancias de la situación. Las sensaciones no necesitan ser expresadas. Nos interesa conseguir la capacidad de expresar nuestras sensaciones, pero cuándo o lo bien que lo hagamos dependerá de una determinación consciente de lo apropiadas que consideremos nuestras acciones respecto a la situación. El desarrollo del control consciente de tus sensaciones es un factor importante del dominio de ti mismo.
El sentido del yo del individuo se asienta sobre su sexualidad. La ansiedad, sentido de culpa o inseguridad sexual, debilitan este asiento, y minan la fuerza de nuestro ego. Para formar nuestro ego de un modo positivo es necesario trabajar sobre nuestros problemas sexuales. Pero es igualmente necesario trabajar directamente con problemas del ego tales como el dominio de uno mismo y la expresión de uno mismo.








lunes, 14 de septiembre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte3

Capítulo III

Respiración 


Una buena respiración es esencial para la salud vibrante. A través de la respiración obtenemos oxigeno necesario para mantener ardiendo nuestros fuegos metabólicos, los cuales nos proporcionan la energía que necesitamos.
A pesar de su importancia, la bioenergética no se concentra fuertemente en los ejercicios respiratorios. Nuestro foco está en ayudarte a sentir y descargar las tensiones que te impiden respirar de un modo natural. Un animal o un niño respiran correctamente, y no necesitan instrucciones ni ayuda para hacerlo así. Los adultos en cambio, tienden a tener patrones respiratorios perturbados, a causa de tensiones musculares crónicas que distorsionan o limitan su respiración. Estas tensiones son el resultado de conflictos emocionales que se han desarrollado en el curso de su maduración.
Los ejercicios respiratorios ayudan algo, pero no hacen nada por reducir las tensiones y restaurar los patrones respiratorios naturales.

El patrón de la respiración relajada (cuando no estamos en un estado de gran esfuerzo o de fuerte emoción) es hacia abajo y hacia afuera en la inspiración. El diafragma se contrae y desciende, permitiendo que los pulmones se expandan. De esta forma inhalamos la máxima cantidad de aire con el menor esfuerzo.
La respiración saludable es una acción corporal total; todos los músculos del cuerpo se hallan envueltos en algún grado. Especialmente los músculos pélvicos profundos, que rotan la pelvis ligeramente hacia atrás y hacia abajo durante la inspiración para ampliar el vientre. La expiración, sin embargo, es mayormente un proceso pasivo, cuyo mejor ejemplo es un suspiro.

Estos movimientos pélvicos son ilustrados en la figura 7, que acompaña a un ejercicio de respiración. En dicho ejercicio se te pedirá que rotes la pelvis para sentir el efecto de este movimiento sobre la respiración.
Deberíamos considerar los movimientos respiratorios como ondas. La onda inspiratoria comienza en la profundidad de la pelvis y fluye ascendentemente hacia la boca. Conforma pasa hacia arriba, las grandes cavidades del cuerpo se expanden para succionar el aire. Estas cavidades incluyen el abdomen, el tórax, la garganta y la boca. La garganta es especialmente importante: a no ser que se expanda con la inspiración, no podremos hacer una respiración profunda. En demasiadas personas, sin embargo, se halla severamente constreñida para estrangular los sentimientos, especialmente los de grito y llanto.

La onda expiratoria comienza en la boca y fluye hacia abajo. Cando alcanza la pelvis, dicha estructura se mueve ligeramente hacia adelante. La expiración  induce una relajación  de todo el cuerpo. Le gente temerosa de “soltarse” tiene dificultades para expirar plenamente. Incluso después de una expiración forzada su pecho permanece algo inflado.
El pecho inflado es una defensa contra el sentimiento de pánico, que se relaciona con el temor a no ser capaz de obtener suficiente aire. La persona tiene miedo de perder una ilusoria seguridad. Por otro lado, la gente que tiene miedo de acercarse al mundo activamente, tiene dificultades para inhalar. Pueden aterrorizarse si abren sus gargantas ampliamente para acoger una respiración profunda. Es, pues, una buena regla al hacer estos ejercicios, no forzar la respiración. Mira qué es lo que puedes hacer sin someterte a esfuerzo.

Hay otro patrón respiratorio que entra en juego cuando la necesidad de oxígeno se vuelve urgente, por ejemplo en caso de una actividad muy esforzada. Ahora la persona respira abdominal y torácicamente, como resultado de lo cual su respiración es más profunda y más plena.
Estos patrones son perturbados cuando una parte del cuerpo se mueve en oposición a la otra. En algunas personas, cuando el pecho se expande en la inspiración, el vientre es succionado. Esto produce un severo trastorno, pues a pesar del considerable esfuerzo, se obtiene poco aire. Más comúnmente, los movimientos respiratorios están limitados al área del diafragma, con poca participación del abdomen o del pecho. Esta es una típica respiración superficial.

Decíamos que el vientre contenido es atribuible a una inhibición sexual. Pero el vientre también es contraído y contenido para suprimir sentimientos de tristeza. Succionamos el vientre para controlar nuestras lágrimas y sollozos. Si lo soltamos, podremos tener un verdadero llanto de vientre. Pero entonces también abrimos la puerta a la posibilidad de una verdadera risa de vientre.
Tanto si lloramos como si reímos, es en el vientre que experimentamos la vida a nivel instintivo. Aquí es donde la vida es concebida y transportada. Aquí es donde nuestros más profundos deseos tienen su comienzo.
Si pretendes suprimir tus sentimientos, mantén tu vientre tenso. Pero entonces deberás aceptar el hecho de que no serás una persona vibrantemente viva. Y si te quejas de un vacío interior, deberías comprender que estás bloqueando tu propia plenitud de ser.

Las lágrimas son como la lluvia del cielo, y un buen llanto es como una tormenta que aclara el aire. Llorar es el modo básico de descargar la tensión. Nadie tiene porque avergonzarse de llorar, pues en el fondo, todos somos niños. Todos tenemos buenas razones para llorar. Llorar es tan terapéutico, que si una persona deprimida puede llorar, su depresión se irá inmediatamente.

La respiración también está conectada con la voz. Para hacer un sonido debes mover el aire a través de la laringe. Y mientras seas capaz de hacer un sonido podrás estar seguro de respirar. Desgraciadamente, mucha gente se ve inhibida para hacer un sonido fuerte. Algunos son víctimas del adagio de que los niños deberían ser vistos pero no oídos. Otros, suprimieron su llanto y su sollozo porque estas expresiones encontraron una respuesta hostil de parte de sus padres. Suprimir estos sonidos produce una severa constricción en la garganta, lo que limita seriamente la respiración. Por estas razones, las personas que hacen terapia bioenergética, son a menudo animadas a vocalizar o hacer un sonido sostenido mientras llevan a cabo los ejercicios o respiran. Un sonido claro, resonando en el cuerpo, causa una vibración interna similar a las vibraciones que inducimos en la musculatura.
Hay otros dos mandamientos en el trabajo bioenergético. No contengas tu respiración. Permítete respirar. Aunque no queremos que fuerces tu respiración, queremos que te percates cuanto no respiras. Si te percatas de que estás conteniendo tu respiración, da un suspiro.
El otro mandamiento es hacer un sonido. Que se te oiga. Si das un suspiro, hazlo audible. Mucha gente ha llegado a tener problemas porque de niños se les ordenó severamente estar quietos. Esta negación del derecho de usar su voz puede haber conducido a la creencia de que n o tienen voz en sus propios asuntos.
Ahora te pedimos que hagas unos pocos ejercicios respiratorios simples para que conozcas tu propio patrón respiratorio. Permítete gemir o quejarte cuando sientas que son tensos o dolorosos. Hacer un sonido disminuye tanto la tensión como el dolor.



Tal vez encuentres que esta respiración produce sensaciones de hormigueo en algunas partes del cuerpo, conocidas como parestesias. Son signos de una hiperventilación. Si se volviesen fuertes, simplemente detén los ejercicios y desaparecerán.



La hiperventilación es un exceso de respiración. Bioenergéticamente diríamos que tu cuerpo está sobrecargado. Conforme tu cuerpo se haya ido habituando
A un nivel más profundo de respiración, ya no te encontrarás sobrecargado. Las parestesias desaparecerán también si alguna emoción estalla: si empezaste a llorar, el hormigueo se detendrá inmediatamente, pues habrás descargado la emoción.







La importancia de la respiración no puede ser exagerada. La respiración se halla tan estrechamente conectada con la vida que ha sido identificada con el espíritu vital. De acuerdo con la Biblia, Dios, al crear a Adán, tomo un trozo de arcilla y le insufló vida. El discípulo de yoga hace ejercicios especiales para controlar y regular su respiración. “La respiración es vida” dice un viejo proverbio sánscrito, “y si respiras bien tendrás larga vida sobre la tierra”.Sin embargo, nuestro objetivo no es darte une experiencia religiosa o mística, sino ayudarte a sentirte más vivo, y más consciente de ti mismo y de tu entorno. Nuestro foco, por tanto, se halla en la respiración natural, una respiración sencilla, profunda y espontánea. No es cuestión de que te obligues a ti mismo a respirar, sino de que te permitas a ti mismo respirar. Toda perturbación en la respiración natural se debe a patrones inconscientes de contención o a tensiones musculares. Puede que no respires plenamente por el temor a la erupción de un chillido. Si tal es tu problema, busca un lugar privado y déjalo salir. Un coche en una autopista es un excelente lugar para gritar. Chillar es una vieja técnica de descarga que las damas victorianas conocían muy bien. Todavía obra milagros.










jueves, 3 de septiembre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 2

Capítulo II

Tomando tierra


La sensación de contacto entre los pies y el suelo es conocida en bioenergética como toma de tierra. Esto denota un flujo de excitación a través de las piernas hasta los pies y el suelo. Entonces uno se haya conectado con el suelo, no “arriba en el aire” o “colgado”. Hay, por supuesto, diferentes grados de sentir el contacto con el suelo. La gente varía ampliamente a este respecto.
Tomar tierra es otro modo de decir que una persona tiene sus pies sobre el suelo, puede también extenderse a significar que una persona sabe donde se planta, y por lo tanto que sabe quién es. Tomando tierra, una persona tiene una “posición”, es decir, es “alguien”. En un sentido más amplio, la toma de tierra representa el contacto de un individuo con las realidades básicas de su existencia. El (o ella) está enraizado en la tierra, identificado con su cuerpo, consciente de su sexualidad, y orientado hacia el placer. Estas cualidades faltan en una persona que se encuentra “en el aire” o en su cabeza en vez de en sus pies.

La toma de tierra supone que la persona “descienda”, que baje su centro de gravedad, que se sienta más cerca de la tierra. El resultado inmediato es el de aumentar su sentido de la seguridad. Siente el suelo bajo sí, y sus pies descansando sobre él.
Cuando una persona se carga o excita mucho, tiende a ir hacia arriba, a volar o a huir. En esta condición, hay siempre un elemento de ansiedad o peligro, a saber, el peligro  de caer.
La dirección hacia abajo es el camino hacia el placer de la descarga. Es el camino hacia la satisfacción sexual. Las personas que tienen miedo de caer están bloqueadas en su capacidad de someterse plenamente a la descarga sexual, y no experimentan la plena satisfacción orgásmica. Abandonarse significa caer, pues inconscientemente nos estamos manteniendo en alto todo el tiempo. Tenemos miedo de caer, miedo de fallar, y por lo tanto miedo de abandonarnos y entregarnos a nuestros sentimientos.

En un sentido amplio, la toma de tierra pretende ayudar a una persona a volverse más plenamente identificada con su naturaleza animal, lo cual, por supuesto incluye su sexualidad. La parte inferior del cuerpo es mucho más de naturaleza animal en sus funciones (locomoción, defecación y sexualidad) que la parte superior (pensamiento, habla y manipulación del entorno). Pero es en nuestra naturaleza animal que residen las cualidades del ritmo y de la gracia. Cuando nos elevamos y alejamos de la mitad inferior del cuerpo, perdemos mucho de nuestro ritmo y gracia naturales.
Este desplazamiento hacia arriba puede ser invertido a través de los ejercicios bioenergéticos de toma de tierra. Conforme el centro de gravedad del cuerpo cae hacia la pelvis, con los pies sirviendo de soporte energético, podemos sentir nuestro ser centrado en el abdomen inferior. La importancia de esto es reconocida por la mayoría de los orientales. Los japoneses, por ejemplo, tienen una palabra, hara, que significa el vientre, así como una persona que se halla centrada en esta región. Si una persona se halla centrada en este punto, se dice que tiene hara, es decir, que está equilibrada tanto psicológica como físicamente. “Cuando un hombre posee un hara plenamente desarrollado, tiene la fuerza y la precisión de realizar acciones que de otro modo nunca podría conseguir, ni siquiera con la técnica más perfecta, la mayor atención o la más grande fuerza de voluntad. Sólo lo hecho con hara tiene éxito completo.”  Las disciplinas Zen del tiro con arco, el arreglo floral y la ceremonia del té, están destinadas a ayudar a la persona a conseguir el hara.

La mayoría de los occidentales están centrados en la parte superior del cuerpo, principalmente en la cabeza. Reconocemos la cabeza como el foco del ego, el centro del comportamiento deliberado. En contraste con esto, el centro inferior o pélvico, donde reside el hara, es el centro para la vida inconsciente o instintiva. Cuando comprendemos que no más del 10% de nuestros movimientos son dirigidos conscientemente, y que el 90% son inconscientes, la importancia de este centro se hace evidente.
Una analogía aclarará esto. Piense en un caballo y su jinete. El jinete, con su control consciente, funciona como el ego; el caballo proporciona el poder, y una patas seguras para conducir al jinete a donde quiera ir. Si el jinete se volviera inconsciente, el caballo le traería de vuelta al hogar sano y salvo. Pero si el caballo se viniese abajo, el jinete estaría virtualmente indefenso.

El vientre es literalmente el asiento de la vida. El cuerpo se asienta sobre el cesto de la pelvis. A través de la pelvis, tenemos contacto con los órganos sexuales y con las piernas. Es también en el vientre que el individuo es concebido, y es del vientre que emerge hacia abajo a la luz del día. La pérdida de contacto con este centro vital desequilibra a una persona y conduce a la ansiedad y la inseguridad.

Hay dos mandamientos que, si los cumples, te ayudarán a tomar tierra y permanecer así. El primero es el de mantener en todo momento tus rodillas ligeramente flexionadas. Bloquear las rodillas al alzarse convierte toda la parte inferior del cuerpo, desde las caderas hacia abajo, en una estructura rígida, que funciona entonces como un soporte mecánico. Eso nos impide fluir hacia la parte inferior del cuerpo e identificarnos con ella.
Las rodillas son los amortiguadores del cuerpo. Si se bloquean, la fuerza es atrapada en la parte inferior de la espalda, produciendo una condición de estrés . Se nos aconseja mantener siempre nuestras rodillas flexionadas mientras levantamos objetos pesados. No caemos en la cuenta de que las presiones psicológicas son el equivalente de los pesos físicos para el cuerpo. Si intentamos soportar estas presiones con rodillas bloqueadas, recibimos esa fuerza en nuestros lomos.

Ejercicio 2. Flexionando las rodillas

El segundo mandamiento es el dejar salir el vientre. A mucha gente le resulta difícil hacer esto al principio. Viola su imagen de la postura correcta y las buenas apariencias: “vientre adentro, pecho afuera, hombros arriba”. quizás esto sea adecuado para un soldado que debe funcionar como un autómata, pero es el epítome de la rigidez. Niega la autonomía, espontaneidad y sexualidad en una persona. El vientre chupado hacia adentro hace la respiración abdominal muy difícil, y nos fuerza a sobreinflar el pecho para obtener suficiente aire. El hinchamiento excesivo del pecho, de forma continuada, es uno de los factores responsables del enfisema.
Conteniendo tu vientre adentro y tus hombros arriba, estás utilizando mucha energía para combatir tu naturaleza animal básica. Y no lo conseguirás aunque te quedes exhausto. Supone trabajo asumir una actitud corporal que requiere esfuerzo, trabajo innecesario y perdido, que sólo sirve para crear una imagen.

Permitir que el vientre salga para afuera parece ofender especialmente a las mujeres. Su imagen de la belleza femenina es el conejito de Play boy, con su vientre fuertemente metido y sus pechos protuberantes. Se supone que esto es sexualmente excitante para los hombres. Quizá para algunos hombres, los que se sienten repelidos y temerosos de una mujer con vientre, a la que ven como una figura materna. Sin embargo, un vientre es la indicación de una mujer madura, mientra que la ausencia de vientre lo es de una adolescente. El atractivo sexual de una chica adolescente es para un chico adolescente.

El hecho es que el vientre metido hacia adentro elimina todos los sentimientos sexuales en la pelvis, esas adorables sensaciones de derretimiento que transforman el sexo de una mera ejecución y descarga en una expresión de amor. En los días victorianos las mujeres vestían corsés para contener su sexualidad. Aunque hemos rechazado el corsé físico, hemos adoptado un corsé psicológico que es todavía más efectivo porque no podemos quitárnoslo a voluntad.
También muchos hombres ponen objeciones a dejar que el vientre sobresalga. Tienen miedo de desarrollar una gran “barriga”, lo que hay que reconocer que no es atractivo. Pero cuando se observa a la gente con barriga se puede ver que tampoco entonces se deja que el vientre sobresalga. Se halla tensamente contraído, y los músculos de la pared abdominal se hallan tensos y espásticos. Con el tiempo, los tensos músculos abdominales tienden a colapsar, aumentando la barriga.

Las siguientes figuras muestran cómo se desarrolla la barriga. La figura 3 muestra la postura natural, vientre hacia afuera, de una persona adulta. En la figura 4 se ha desarrollado una barriga, como resultado de represar el flujo descendente de la excitación por medio de la tensión en la pared abdominal inferior. En la figura 5 la barriga se ha convertido en una panza, conforme los músculos abdominales superiores se debilitaban y estiraban bajo la presión de la barriga. Si la presa puede ser destruida, esto es, si la banda de tensión puede ser descargada, la barriga desaparecerá lentamente.    


Lo sorprendente es que la mayoría de la gente no pueda dejar que sus vientres salgan hacia afuera. Contenerlo se ha convertido en parte de su modo de ser, y no es algo que pueda ser fácilmente superado. Lo mismo sucede con las rodillas bloqueadas. Podemos mantenerlas ligeramente dobladas mientras somos conscientes de ellas, pero tienden a loquearse de nuevo cuando dejamos de pensar en ellas. Cuesta mucha práctica acabar con estos malos hábitos.









 

  • ¿Eres capaz de mantener un arco perfecto? ¿hacia donde va tu trasero? ¿hacia atrás o hacia adelante? En cualquiera de ambos casos has roto el arco, y tu energía y tu sentimiento no fluirán plenamente hacia los pies.


Repite el Ejercicio 1. El ejercicio básico vibratorio y de toma de tierra

Todos los ejercicios en los que una persona se arquea hacia atrás, son regularmente seguidos por otro en el que la persona se inclina hacia adelante. Esto no sólo alivia la tensión y aumenta la flexibilidad del cuerpo, sino que además promueve la descarga de la excitación acumulada en el ejercicio precedente. Las vibraciones en las piernas son una descarga de este tipo.

  • ¿Te percatas mejor de tus piernas y pies? ¿Los sientes más “ahí” a tu disposición?

La toma de tierra es la clave del trabajo bioenergético. Si estás bien conectado con la tierra, tu cuerpo estará equilibrado, enderezado y firme de un modo natural. Tu energía fluirá libremente. Puedes incluso advertir que tus ojos se vuelven más claros y que tu visión mejora.
La toma de tierra se halla estrechamente relacionada con la respiración. Cuanto más desciendas dentro de ti, más profunda será tu respiración. Es importante, sin embargo, que te percates de tu patrón respiratorio, y sepas en qué modo estás “conteniendo” la respiración libre y plena. Tal será el tema del siguiente capítulo.