martes, 2 de enero de 2018

La Relación de Pareja, parte 1


LA RELACIÓN DE PAREJA
Un camino al desarrollo
Síntesis del libro de Ubando, J.L., Instituto de Estudios de Pareja, México, 1997

Introducción

La relación de pareja cumple una función de desarrollo para las personas, entendiendo el desarrollo como el despliegue de las potencialidades humanas para convertirnos en lo que realmente somos.
La pareja comprende una riqueza, pero para acceder a ella, se necesita de un esfuerzo especial y una particular actitud: la de aprender y de hacer una suma de las características de ambos individuos.

La conciencia colectiva comprende arraigados estereotipos acerca de la vida en pareja y en mayor número del matrimonio. La vida en pareja comprende muchas cosas, unas agradables y otras no tanto. En todo caso, la pareja va a evolucionar con base a sus diferencias.
Para fines del desarrollo, los conflictos son lo más importante. Lo más negativo del conflicto es que queremos evitarlo.

Otro gran problema al que se enfrentan las parejas nace al querer borrar las  diferencias. De ignorar la regla de la polaridad, el principio femenino y masculino, las diferencias entre los cuerpos del hombre y de la mujer, los tipos psicológicos, etc. En la pareja hay dos seres fundamentalmente distintos. De las diferencias se pueden enriquecer, mientras que de la negación de las  diferencias se pueden destruir.
No hay pareja sin conflictos. Queremos erradicar el conflicto, y ese deseo es el principal conflicto. Si la pareja se inicia por una atracción complementaria, entonces la pareja es un conflicto. El conflicto no es algo negativo, es algo inevitable.

Especialmente en las clases acomodadas, estamos en presencia de generaciones muy dependientes. Los padres quieren resolver la vida de los hijos y los hijos quieren empezar con el nivel de los padres, no menos.
La resistencia al compromiso viene de la incapacidad de renuncia. Miedo a perder un sistema de vida, que le da seguridad al ego. Un compromiso conlleva pérdidas y no queremos sufrirlas.
Los medios de comunicación transmiten mensajes acerca de la planeación del matrimonio y de la familia. Entonces se fijan criterios, por ejemplo para los embarazos: el número de hijos que quieren tener, educar y financiar. ¿Y qué hay de las razones psicológicas y espirituales? ¿Nos dicen que hay una etapa en la que los hijos necesitan ante todo de la relación con su madre y otra etapa en la que lo importante es la relación con el padre? Es prácticamente imposible que los medios de comunicación, especialmente aquellos financiados por el gobierno y la iniciativa privada transmitan conceptos acordes con la psicología  profunda puesto que atienden a intereses muy distintos. Unos son los intereses del consumismo y la política y otros son los intereses de la ciencia y del conocimiento.

En un principio, nuestra vida de pareja está poblada de expectativas falsas. Buscamos en nuestra pareja una vida fácil y encontramos dificultades. El crecimiento y la evolución son dolorosos; también la vida en pareja porque facilita ambos. A través de la vida en pareja se va arrancando nuestra falsa identidad, algo parecido a que nos arrancaran una máscara hecha de nuestra misma piel. Dolorosa transformación que nos acerca a la realidad de lo que originalmente somos.

PAREJA Y POLARIDAD

La comprensión de la polaridad es requisito para entender las funciones de la pareja. Nuestro entendimiento nos obliga a diferenciar y dividir. Pero para estar sano hay que estar completo. Un proceso de maduración implica la superación de la polaridad.
La vida requiere del ritmo, es decir, de una continua alternancia entre un polo y otro. Si se destruye el ritmo, se destruye la vida. Es como la respiración, en la que se alternan los movimientos de inhalación y exhalación. Si se suprime uno, se suprime también el otro. Existe una absoluta interdependencia entre los contrarios.

Las polaridades son dos aspectos de una misma realidad que la conciencia ha de contemplar sucesivamente. La polaridad es como una puerta que en un lado tiene la palabra ENTRADA y en el otro SALIDA, pero siempre es la misma. Vemos uno u otro de sus aspectos según el lado en que nos acerquemos a ella.
La ventaja que nos da la polaridad es la facultad de discernimiento.  La conciencia comienza por establecer la polaridad. Pero el afán y la meta de la conciencia es superar su condición incompleta, para volver a la unidad. Todo camino de evolución va de la polaridad a la unidad.

Todo tiene un par de opuestos: luz y sombra, vida y muerte, adentro y afuera. En cada par de opuestos, un polo le da vida al otro polo. La polaridad femenino-masculino engloba a su vez un gran número de otros polos. Este par de opuestos se necesitan, uno al otro. El principio femenino le da vida al principio masculino, y el principio masculino da vida al principio femenino.
En el mundo ilusorio del ego, a veces se pretende erradicar la mitad de la realidad humana. Niega la existencia y la importancia de los polos opuestos. Una consecuencia de ello consiste en que el hombre pierde la dimensión de las cosas y pierde la capacidad para darle el mérito que justamente le corresponde a la perfección, apreciar con emoción la belleza, reconocer el éxito, valorar el apoyo, reconocer las diferencias entre lo masculino y lo femenino, desperar toda la sensibilidad del erotismo.

El proceso de aprendizaje requiere de la creación de la belleza, de la dignidad, del erotismo. Requiere de la separación de los opuestos, de la diferenciación entre masculino y femenino. El proceso de aprendizaje parte de la unidad, prosigue la división y vuelve nuevamente a la unidad.
Una vez que el hombre adquiere cabalmente su identidad masculina (lo cual supone la integración de la sombra), está en mejores condiciones para iniciar el proceso de integración en la conciencia de su parte femenina. La fecundación de lo masculino y lo femenino en el plano psicológico, ocurre sobre todo en la segunda mitad de la vida y da lugar al nacimiento de la experiencia espiritual.

¿Qué función cumplen los conflictos? ¿Qué tienen que aprender los miembros de la pareja, a fin de lograr mayor integración? Las dificultades y los síntomas de la pareja, como hechos reales, pueden ser considerados como hechos simbólicos que, como tales, representan las polaridades, y a la vez, representan el camino hacia la unidad.
La pareja constituye un camino que da la posibilidad, al ser humano, de ir de la polaridad a la unidad. Los conflictos de pareja revelan fielmente la existencia de divisiones internas en el individuo. La polaridad es la división artificial creada por la conciencia. Si la división es profunda, los polos son irreconciliables. Los problemas de pareja informan acerca de las divisiones internas. Si una pareja cae repetitivamente en una discusión acerca del dinero, por ejemplo, podemos pensar que esa pareja crea un problema exagerado, puesto que la carga emocional que le imprime no corresponde con la realidad de su estabilidad económica. Entonces podemos investigar el significado simbólico  del dinero y comprender que lo que se discute no son cantidades sino probablemente una lucha por el poder.

La forma femenina ha de comprenderse como la eternidad y la forma masculina como el tiempo. La unión de los dos engendra el mundo, en el cual todas las cosas son eternas y temporales al mismo tiempo. La mujer encarna la vida y el hombre actúa sobre la vida. La vida brota y se disuelve en una sucesión continua.
Al pasar de la polaridad a la unidad, los valores y las distinciones que en la vida normal parecen de importancia, desaparecen. Entonces las brujas se convierten en diosas y los dragones en guardianes. Al parecer el destino del hombre incluye esfuerzos para enseñar de nuevo, lo que ha sido enseñado correctamente y aprendido incorrectamente mil y mil veces. El hombre tiene que aprender solo y recorrer por sí mismo el camino del héroe, tiene que aprender viviendo.

La conciencia es como una luz sobre un fondo de sombra. Pero la realidad se compone tanto de lo iluminado como de lo sombreado. Cabe decir que aquello que ayer fue sombra, hoy se encuentra iluminado en parte por la conciencia.
El hombre y la mujer en la actualidad, suelen estar condicionados y adaptados a la conciencia colectiva. Son partícipes de las ventajas correspondientes, pero igualmente adolecen de las mismas carencias y limitaciones de tal conciencia
colectiva. El caso contrario corresponde a mujeres y hombres que se apartan totalmente de la conciencia colectiva. Acceden a un conocimiento sobre la naturaleza humana, no solo inaccesible para la sociedad, sino francamente considerado herético por la misma sociedad.

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