martes, 27 de octubre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 10


Repite el Ejercicio 13. Posición básica de orientación

Generalmente, tras el ejercicio anterior, pedimos a la gente que se alce en la posición de orientación. Entonces se les aconseja que respiren con facilidad y profundidad en el vientre, y que enfoquen su atención sobre las piernas y los pies. Por favor, vuelve a leer la descripción de este ejercicio.
  • ¿Se hallan tus piernas vibrando?
  • ¿Puedes sentir el flujo de la excitación en tus piernas y pies?
  • ¿Eres más consciente de tus pies? ¿Los sientes más cálidos? La calidez resulta de un aumento en el flujo de sangre.
  • ¿Puedes sentir que tus pies se hallan más en contacto con el suelo?
Ejercicio 26-A. Variación

Esta variación es muy útil para darle a una persona la sensación de que sus piernas pueden elevarla y sostenerla. La posición y el procedimiento son similares a los del ejercicio 26. Apoyándote hacia delante sobre tu pie izquierdo, con la rodilla doblada, y el peso reposando mayormente en tus manos.
Empuja el cuerpo hacia atrás sobre el talón del pie izquierdo, que ahora descansa sobre el suelo. Aunque tus manos todavía toquen el suelo, no debería recaer ningún peso sobre ellas. Presiona sobre el pie izquierdo, enderezando parcialmente la rodilla hasta que sientas que la pierna izquierda te sostiene y soporta tu peso.

Repite el ejercicio permitiendo que la rodilla izquierda se doble de nuevo, desplazando el peso hacia delante sobre las manos, hasta estar el la posición original. Luego, empuja hacia atrás de nuevo como antes, hasta que todo tu cuerpo se haya transferido al pie izquierdo.

Repite el ejercicio sobre la pierna derecha.
  • ¿Puedes sentir la capacidad de tus piernas para sostenerte?
  • ¿Sientes que tus piernas están “ahí” para ti. 

Ejercicio 26-B. Variación 

En esta versión, la persona se alza completamente sobre cada pierna de la misma manera que antes, levantando las manos del suelo. Una vez se ha alzado, ambos pies deberían hallarse sobre el suelo.

Ejercicio 27. Agitando una pierna suelta

A partir de la posición en pie relajada descrita en el ejercicio 13, extiende una pierna levantándola del suelo, y da golpes de tobillo repetidamente para soltar cualquier tensión por agitación. Haz lo mismo con la otra pierna. Mantén doblada en todo momento la pierna que se apoya en el suelo.

Ejercicio 28. Pataleando con una pierna

Como en el ejercicio anterior, parte en la posición en pie relajada y extiende una pierna hacia delante alzándola del suelo. Da una serie de patadas, impulsando el talón de la pierna extendida, manteniendo doblada la rodilla de la pierna que sostiene. Luego repite cambiando de pierna.

Ahora daremos una serie de ejercicios que apenas necesitan explicación para mostrar la gama de maniobras usadas con piernas y pies a fin de que devengan más vivos. Los ejercicios no deben practicarse con precipitación ni con estrés. Asimismo, hay que dar el suficiente tiempo entre cada uno de los ejercicios para que la persona sienta qué es lo que está pasando en su cuerpo. De acuerdo con la filosofía bioenergética, hacer es menos importante que sentir. Mucha gente hace los ejercicios mecánicamente, como si estuviese en una clase calisténica. Esto destruye nuestra meta: la viveza.

Ejercicio 29. Ejercicio para las plantas de los pies

Casi todas las personas de nuestra cultura pueden ser descritas como “pies tiernos”. A diferencia de los pueblos primitivos, que caminaban descalzos, las plantas de nuestros pies son demasiado sensibles. En parte esto se debe a estar protegidas por zapatos. Pero en mayor parte, es el resultado de espasmos en los músculos de las plantas de los pies. Para descargar estas tensiones recomendamos ponerse de pie sobre un palo de madera de unos 3 cm de diámetro.
Coloca la madera en el suelo, y pon un pie sobre ella. Que el peso de tu cuerpo se apoye sobre el pie lo más posible. A continuación mueve el pie sobre el palo, exponiendo a la presión diferentes partes de la planta. Asegúrate de respirar durante el ejercicio.

Repite el ejercicio con el otro pie.
La mayoría de la gente experimenta dolor al hacer este ejercicio. El dolor se debe a la presión sobre un músculo tenso. Si aguantas con el dolor, el músculo se relaja y el dolor disminuye. Con una práctica continuada verás como el dolor se reduce en gran medida. No es masoquismo someterse al dolor en interés de una mejor salud, un cuerpo más vivo, o un pie más relajado. El masoquismo existe cuando el sometimiento al dolor no conduce a parte alguna.

Ejercicio 29-A. Variación

Un simple ejercicio de evaluación es también útil. De pie, en una posición relajada, el peso hacia delante sobre los metatarsianos de los pies y las rodillas dobladas. Manteniendo las rodillas dobladas, eleva ligeramente los talones del suelo, luego déjalos descender hasta tocar el suelo. Sigue repitiendo el ejercicio.
  •  ¿Puedes sentir los músculos de las plantas de los pies trabajando para elevarte?
Este ejercicio es especialmente útil para los pies planos.

Ejercicio 30. Saltando en cuclillas

A partir de la posición en cuclillas descrita en el ejercicio 20, salta con facilidad arriba y abajo sobre las bolas de los pies.
Este ejercicio te permitirá sentir la presión activa ejercida sobre tus pies contra el suelo.

Ejercicio 31. La coz

Este es un buen ejercicio para soltar la articulación de la cadera y estirar los músculos de la parte de atrás de las piernas. Asume una posición sobre los codos y las rodillas. Alza la pierna izquierda del suelo y dobla la rodilla izquierda, de modo que la pierna quede próxima al cuerpo. Impulsa el talón hacia atrás utilizando el máximo poder de las caderas. Haz la patada tan recta y tan paralela al suelo como puedas. Da una serie de patadas con la pierna izquierda, y repite luego el ejercicio con la pierna derecha.


  •  ¿Hiciste las patadas de seguido, o te apoyabas sobre la rodilla después de cada patada?
  •  ¿Sentiste la patada viniendo de la cadera y el poder de ésta?
  •  ¿Pudiste relajar la parte superior del cuerpo?


Ejercicio 32. Estiramiento de los tendones de la corva

En este momento los tendones de la corva en la parte de atrás de los muslos y las rodillas pueden estar bastante tensos. Si es así, he aquí un ejercicio para estirarlos.

Con los pies paralelos y separados unos 30 cm, inclínate hacia delante, doblando las rodillas hasta que las puntas de los dedos toquen el suelo. Esta posición es idéntica a la del ejercicio 4.
Mueve las manos hacia delante hasta que los talones se alcen del suelo.
Ahora endereza las rodillas de modo que los talones presionen de nuevo contra el suelo.
Mantén la posición durante unos instantes, luego descarga la rodilla y comienza el estiramiento de nuevo.

Ejercicio 33. Andando como oso

Una marcha del oso es un excelente ejercicio para estirar los tendones de la corva, que se hayan muy tensos en mucha gente. Ponte en cuatro patas con tus manos y pies planos sobre el suelo. Camina alrededor de la habitación manteniendo manos y pies planos sobre el suelo.

Si puedes entender los principios de la bioenergética, serás capaz de improvisar muchos ejercicios en la posición erguida, los cuales te ayudarán a entrar más en contacto con tu cuerpo y a aliviar sus tensiones. Lo importante es saber que estás trabajando hacia la consecución de una mayor sensación.


Trabajando con Caderas y Pelvis

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