lunes, 12 de octubre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 8



Parte II
Los ejercicios


Capítulo VIII
Los ejercicios estándar

Los ejercicios estándar siguen un orden definido, que es el de trabajar con el cuerpo desde el suelo hacia arriba. Ninguna estructura es más fuerte que sus cimientos: en el caso de un adulto, éstos son sus piernas y sus pies. Este trabajo es especialmente importante para gente que vive en una cultura como la nuestra, que nos orienta hacia la cabeza.
Comenzaremos por una serie corta de ejercicios destinados a enfocar la percepción de una persona sobre su cuerpo, y a orientarla hacia un modo de estar de pie que la haga consciente de sus piernas, de sus pies y del suelo que hay bajo ella. Esto será seguido por una serie de ejercicios de calentamiento, cualquiera de los cuales ayudará a preparar el cuerpo para los ejercicios siguientes, de mayor esfuerzo.

Debería emplearse bastante tiempo en los ejercicios de toma de tierra, esto es, en el trabajo con las piernas y con los pies, a causa de su importancia crítica para el trabajo con el cuerpo en general. Conforme nos movemos hacia arriba, la siguiente área que atrae nuestra atención es la de pelvis y caderas. Se ofrecen diversos ejercicios para ayudar a movilizar y aflojar los músculos de esta parte del cuerpo. Luego nos enfocamos en brazos, manos y hombros, y acabamos con una serie de ejercicios destinados a liberar algunas de las tensiones en el área de la cabeza y el cuello.

Conforme trabajamos hacia arriba del cuerpo, es esencial no ignorar la parte inferior del cuerpo. La capacidad de percepción reunida durante los ejercicios de toma de tierra, ha de ser llevado al trabajo con cualquier otra parte del cuerpo. De este modo el cuerpo entero es gradualmente implicado en todo movimiento.

Ejercicios de enfoque y orientación

Estos ejercicios  te orientan hacia una alineación correcta con tu cuerpo, y te ayudan a que te enfoques en algunas áreas del cuerpo que suelen requerir atención. El ejercicio 13 es la posición básica a partir de la cual arrancan todos los ejercicios en la postura de pie, y se hará referencia posteriormente a este ejercicio como el ejercicio básico de orientación.

Ejercicio 13. Posición básica de orientación

Si estás en un grupo, deberían formar un círculo. Cada una de las personas se halla de pie, de cara hacia el interior, con los pies separados unos 20 cm. Y paralelos. Inclínate hacia adelante, de modo que el peso del cuerpo repose sobre las eminencias metatarsianas (“bolas”) de los pies. Las rodillas ligeramente dobladas, la pelvis colgando flojamente y vuelta hacia atrás, la parte superior del cuerpo recta y relajada.

partes del cuerpo. Los hombros caerán, y el pecho se volverá blando. La pelvis colgará floja. Es necesario reconocer que esto no es fácil de hacer. Tenemos un temor inconsciente a “dejarnos caer”, así que nos “sostenemos” por medio de tensiones en numerosas partes del cuerpo. Estas tensiones nos impiden “soltarnos”. Sostenemos nuestros hombros porque no sentimos nuestros pies sobre el suelo, y mantenemos nuestras mandíbulas tensas porque tenemos miedo de llorar. Tenemos miedo de “soltar” en el ano no vayamos a ensuciarnos, así que mantenemos nuestros traseros tensos. Sin embargo, con percepción y práctica podemos llegar a ser capaces de sentir nuestras piernas y pies sosteniéndonos en alto, y el resto del cuerpo suelto y fluyendo.

Ejercicio 14. El estiramiento del “gozo de estar vivo”

Desde la posición arriba descrita, estira los brazos hacia adelante, hacia arriba, hacia los lados, hacia abajo, manteniendo las palmas giradas hacia afuera del cuerpo. Haz esto lentamente, coordinando la respiración con los movimientos de los brazos. Cuando estires los brazos hacia adelante, exhala con un suspiro audible. Exhala de nuevo cuando los brazos se hallen en posición levantada, también cuando estén en posición lateral, y una vez más en la posición descendente. Repite el ejercicio varias veces.

La orientación en bioenergética consiste en tener los pies firmemente plantados sobre el suelo. Al mismo tiempo, deberías ser capaz de estirarte hacia el cielo. Así pues, la dirección es tanto hacia abajo como hacia arriba. Los ejercicios implican dos acciones, la toma de tierra o “dejarse caer”, y el estiramiento o “extensión hacia fuera”. Cuando te extiendas hacia afuera o hacia arriba, tus pies no deberían perder contacto con el suelo. Tus piernas no deben tensarse, y tu pelvis no debería ser empujada hacia adentro o hacia arriba. Extenderse es estirarse, no tensarse.

Ejercicios de calentamiento

Un ejercicio de calentamiento debería en general preceder al trabajo corporal
más dirigido e intenso. Uno o dos de entre los siguientes servirán a este fin.

Este es un ejercicio fuerte, y la mayor parte de la gente que lo hace correctamente se encuentra sin aliento. Respira con facilidad. .



Luego deja caer tu peso sobre la pierna derecha, doblando la rodilla derecha.
Repite de nuevo sobre cada pierna. Luego vuelve a la posición de descanso.

  •  ¿Puedes dejarte caer sobre cada pie, o sientes rigidez en la rodilla?
  •  ¿Contuviste tu aliento?
  •  ¿Vibran tus piernas fuertemente? Una vez que empiezan a vibrar, se libera mucho dolor y tensión.
  • ¿Tienes miedo de que tu rodilla se combe y caigas?

Ese temor, llamado ansiedad de caer, te hará tensar y poner rígida la rodilla, haciendo así recaer un exceso de tensión sobre los ligamentos. La ansiedad de caer puede ser trabajada a través de los ejercicios de caída que se describen más adelante.



























  • Estos ejercicios más fuertes crean más sensaciones en las piernas. Cuando retornes a la posición de orientación (ejercicio 13), deberías encontrar tus piernas vibrando intensamente. ¿Sucede así?


Repite los ejercicios 4 y 1

Vuelve a leer y a practicar el ejercicio 4, el arco. Este ejercicio debería ahora ser seguido por el ejercicio 1, el ejercicio básico vibratorio y de toma de tierra, descrito en el capítulo 1.

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