jueves, 28 de febrero de 2013

De la Dictadura a la Democracia, parte 6


Seis
Necesidades de la Planificación Estratégica

Las campañas de desafío político contra las dictaduras pueden empezar de varias maneras. En el pasado, estas luchas casi nunca se planeaban y eran de hecho accidentales. A veces una acción específica de parte de la dictadura ha enfurecido a la población de tal manera que ésta se ha precipitado a la acción, sin tener la menor idea de cómo podía acabar la insurgencia. Otras veces, un individuo valiente, o un pequeño grupo, puede haber iniciado una acción que atrajo apoyo. Un malestar específico puede ser reconocido por otros, que sufren semejantes injusticias en ellos mismos, y éstos también podrán, en consecuencia, sumarse a la lucha. A veces un llamado a la resistencia por parte de un pequeño grupo o de una persona puede encontrar inesperadamente una inmensa acogida.

Aunque la espontaneidad tiene algunas cualidades valiosas, a menudo ha ofrecido desventajas. Con frecuencia los de la resistencia democrática no han previsto las brutalidades de la dictadura. A veces, la falta de planificación por parte de los demócratas ha dejado las decisiones cruciales al azar, con resultados desastrosos. Aun cuando el sistema represivo haya sido derribado, la falta de planificación en cuanto a cómo manejar la transición a un sistema democrático ha facilitado el surgimiento de una nueva dictadura.

Planificación realista
Es posible calcular los modos más efectivos de dar al traste con una dictadura, determinar cuando la situación política y el sentir popular están maduros, y cómo decidir la manera de iniciar una campaña.
 Se requiere un juicio muy cauto, basado en un cálculo realista de la situación y de las capacidades del pueblo, para seleccionar las maneras más efectivas de conquistar la libertad en tales circunstancias.

Si uno desea lograr algo, es de sabios planear cómo hacerlo. La planeación estratégica aumenta la probabilidad de que todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen y empleen de la manera más efectiva.
Adviértase aquí, que el objetivo no es simplemente destruir la dictadura en curso, sino establecer un sistema democrático. Una gran estrategia que limite su objetivo sólo a destruir la dictadura en boga corre un terrible riesgo de producir otro tirano.

Obstáculos para la planificación
Constantemente acosados por la dictadura y agobiados por sus responsabilidades inmediatas, los líderes de la resistencia no tienen ni la seguridad ni el tiempo para desarrollar las destrezas de cómo pensar en base a lo estratégico. El patrón común es simplemente reaccionar a las iniciativas de la dictadura. Así la oposición está siempre a la defensiva, tratando de defender las libertades limitadas o los bastiones de la libertad; en el mejor de los casos, demorando el avance de los controles dictatoriales.

La acción basada en la “idea genial” que alguien haya tenido también es limitada. Lo que se necesita en lugar de eso es la acción basada en un cálculo minucioso de los “siguientes pasos” que hay que dar para derrocar la dictadura. Sin un análisis estratégico, los líderes de la resistencia a menudo no sabrán cuál deberá ser ese “siguiente paso”, porque no han pensado seriamente en los pasos sucesivos que hay que dar para alcanzar la victoria.

El resultado de esa incapacidad de planear estratégicamente suele ser drástico: se dispersan las fuerzas, las acciones son inefectivas, se dilapida la energía en asuntos sin importancia, y los sacrificios no sirven para nada.
Una mezcla de acciones no planeadas ni integradas, no va a llevar adelante ningún esfuerzo de resistencia significativo. En lugar de ello, lo más probable es que le permitan a la dictadura aumentar sus controles y su poder.

Cuatro términos importantes para la planificación estratégica
A fin de ayudarnos a pensar estratégicamente, es importante percibir con claridad que significan cuatro términos básicos.
La gran estrategia : es la concepción que sirve para coordinar y dirigir el uso de todos los recursos apropiados y disponibles (económicos, morales, políticos, organizacionales, etc.) de un grupo que busca alcanzar sus objetivos en un conflicto.
La gran estrategia, escoge entre las técnicas de acción más apropiadas cuál ha de emplearse en la contienda. Más adelante, la gran estrategia tendrá que ocuparse de las decisiones sobre las condiciones y el momento apropiado en que las campañas de resistencia, iniciales y subsecuentes, deben echarse a andar.
La gran estrategia, además, determina a cuáles grupos específicos se les encomendarán tareas generales así como la distribución de los recursos que se han de emplear en la lucha.

Comprende el hábil desplazamiento de los grupos de acción particulares, en operaciones menores. La planeación de una buena estrategia, tiene que considerar que se requiere una técnica de lucha, escogida para el éxito de la operación. La necesidad de claridad y definición se aplica igualmente a la planificación táctica.

Las tácticas y los métodos de acción se usan para llevar a cabo la estrategia. La táctica se refiere al mejor uso de las propias fuerzas, para obtener la máxima ventaja, en una situación limitada. Las victorias tácticas que no refuerzan la consecución de los objetivos estratégicos, pueden, al final, convertirse en energía despilfarrada. Una táctica en particular sólo puede ser comprendida como parte de la estrategia total de una batalla o de una campaña. Las tácticas se aplican por un periodo de tiempo más breve que las  estrategias, en áreas más reducidas, por un número más limitado de personas, o para lograr objetivos más limitados.

Es muy importante, por consiguiente, que aquellos a quienes se ha dado la responsabilidad de planear y ejecutar las operaciones tácticas tengan la habilidad de discernir la problemática de la situación y escoger los procedimientos más adecuados para enfrentarla.

El método o procedimiento se refiere a las armas específicas o medios de acción.
El desarrollo de un plan estratégico responsable y efectivo, para una lucha noviolenta, depende de la selección y formulación minuciosa de la gran estrategia, las estrategias de campaña, las tácticas y los métodos.
Para liberarse de una dictadura, se requiere de un uso calculado de nuestro propio intelecto para planificar cuidadosamente la estrategia. El empleo efectivo de nuestras capacidades intelectuales puede trazar el rumbo de un curso estratégico que juiciosamente utilice nuestros recursos disponibles para impulsar a la sociedad hacia los objetivos de la libertad y la democracia.

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