viernes, 22 de febrero de 2013

De la Dictadura a la Democracia, parte 5


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Ejerciendo el Poder

En el Capítulo Uno advertimos que la resistencia armada contra la dictadura no las afecta donde son más débiles sino más bien donde son más fuertes. Al escoger competir en el campo de las fuerzas militares, los movimientos de resistencia tienden a situarse donde están en clara desventaja. Hemos también subrayado el peligro de confiar en los poderes extranjeros para la salvación. En el Capítulo Dos examinamos los problemas que conlleva confiar en las negociaciones como un modo de quitarse las dictaduras de encima.

¿Cuáles son los medios disponibles que ofrecerán a la resistencia democrática una clara ventaja y que lograrán agravar las debilidades identificadas de la dictadura? ¿Qué técnica de acción va a aprovechar la teoría del poder político que discutimos en el Capítulo Tres? La alternativa a escoger es el desafío político.
El desafío político tiene las siguientes características:

-No acepta que los resultados sean decididos por los medios de lucha escogidos por la dictadura.

-Es difícil para el régimen combatirlo.

-Puede agravar extraordinariamente las debilidades de la dictadura y negarle acceso a sus fuentes de poder.

-Puede dispersarse ampliamente en cuanto a la acción, pero también puede concentrarse en un objetivo específico.

-Conduce a errores de juicio y de acción por parte de los dictadores.

-Puede utilizar a la población como un todo, y a los grupos e instituciones de la sociedad en la lucha y acabar con el dominio brutal de unos pocos.

-Sirve para acrecentar la distribución del poder efectivo en la sociedad, haciendo que el establecimiento y mantenimiento de una sociedad democrática sea más viable.

La dinámica de la lucha noviolenta  
La dinámica del desafío político es muy diferente a la de la violencia. Aunque ambas técnicas son herramientas para luchar, lo hacen por medios muy distintos y con distintas consecuencias.
La lucha noviolenta es una técnica mucho más variada y compleja que la violencia. Es una lucha que emplea armas políticas, económicas, sociales y sicológicas aplicadas por la población y por las instituciones de la sociedad.
A estas armas se les ha conocido bajo diversos nombres como protestas, huelgas, desobediencia o no cooperación, boicot, descontento y poder popular. El desafío político, a diferencia de la violencia, es el instrumento idóneo para negarle acceso al régimen a sus fuentes de poder.

Las armas y la disciplina noviolentas
Existe una multitud de procedimientos que les permiten a los estrategas de la resistencia tanto concentrar como dispersar la resistencia, según haga falta.
Se han podido identificar hasta cerca de doscientos métodos de acción  noviolenta, y por supuesto, hay muchos más. Estos procedimientos se clasifican en tres grandes categorías: protesta y persuasión, no cooperación e intervención. Los métodos noviolentos de protesta y persuasión son mayormente manifestaciones simbólicas, que incluyen desfiles, marchas y vigilias (54 métodos). La no cooperación se divide en tres sub-categorías: a) de no cooperación social (16 métodos), b) de no cooperación económica: el boicot inclusive (26 métodos) y huelgas (23 métodos), y c) de no cooperación política (38 métodos). La intervención noviolenta, mediante procedimientos psicológicos, sociales, económicos y políticos tales como el ayuno, la ocupación noviolenta y el gobierno paralelo (41 métodos), es el último grupo. Una lista de 198 de estos métodos se incluye en el apéndice de ésta publicación.

Es probable que a cualquier régimen ilegítimo le cause graves problemas el uso de un número considerable de estos métodos -cuidadosamente escogidos, aplicados persistentemente y en gran escala, fundidos en  el contexto de una sabia estrategia y de tácticas apropiadas, por civiles adiestrados. Esto es aplicable a todas las dictaduras.

Por ejemplo: ya que el problema que presenta una dictadura es esencialmente político, sería muy importante aplicar las formas políticas de la lucha noviolenta. Esto incluiría la negación de la legitimidad a los dictadores y la no cooperación con el régimen. A veces, el obstaculizar el trabajo o demorarlo, puede realizarse en silencio, o aun secretamente, mientras que otras veces, la franca desobediencia o las desafiantes manifestaciones públicas y las huelgas, pueden ser vistas por todos.

Por otra parte, si muchos de los agravios del pueblo son económicos, entonces la acción económica, como el boicot o las huelgas, puede ser el comportamiento adecuado para la resistencia. Los esfuerzos del dictador por explotar el sistema económico pueden contrarrestarse mediante huelgas generales limitadas, demoras en el ritmo de trabajo o por la negación de ayuda (o desaparición) por parte de los expertos.

Algunas tácticas de la lucha noviolenta requieren que la gente realice actos que no estás relacionados con su vida normal, tales como volantear,  manejar una imprenta, ponerse en huelga de hambre o sentarse a media calle
Por el contrario, otros métodos de lucha noviolenta requieren que la gente continúe llevando su vida normal, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, pueden ir a trabajar en vez de ponerse en huelga, pero una vez allí, deliberadamente trabajar más lentamente o con menos eficacia que siempre. Se puede proteger a los niños de la propaganda de los atacantes mediante la instrucción en casa. Uno puede negarse a pertenecer a cierta organización “recomendada”. Uno puede asistir a una ceremonia religiosa cuando tal acto expresa no sólo las convicciones religiosas sino también las políticas.

Hasta una violencia limitada sería contraproducente durante una campaña de desafío político, porque desviaría la lucha hacia un campo donde los dictadores tienen una ventaja abrumadora. La disciplina noviolenta es clave del éxito, y debe persistirse en ella a pesar de las provocaciones y brutalidades de los dictadores y sus agentes.
La disciplina noviolenta es también extremadamente importante en el proceso del jiu jitsu político. En éste, la pura brutalidad del régimen contra los activistas claramente noviolentos rebota políticamente contra la posición del dictador, causando disensión en sus propias filas, y fomentando el apoyo a los de la resistencia de parte de la población en general, de los que generalmente defienden al régimen y de terceras personas.

La historia indica que aún cuando se espera que haya víctimas, tanto muertos como heridos, en el desafío político las habrá en número mucho menor que las que se producirían en la contienda armada.  Es más, este tipo de lucha no contribuye al ciclo interminable de matazón y brutalidad.

La lucha noviolenta requiere una pérdida del miedo y un mayor control sobre sí mismo, por una parte, y tiende a producir este efecto frente al gobierno y su represión brutal. Esa pérdida del miedo, o el control sobre sí mismo, es un elemento clave para destruir el poder que los dictadores tienen sobre la población en general.

Franqueza, clandestinidad y comportamiento intachable.
La clandestinidad, el engaño y la conspiración subterránea le plantean problemas muy graves a un movimiento que emplee la acción noviolenta. Al contrario, la franqueza en cuanto a planes e intenciones contribuirá a dar la imagen de que el movimiento de resistencia es en extremo poderoso. Por supuesto, hay aspectos significativos de las actividades de la resistencia que van a requerir el secreto.

En todas las etapas del conflicto es necesario mantener un comportamiento intachable en la acción noviolenta. Factores como el no tener miedo y el mantener la disciplina noviolenta deben estar siempre presentes. Es importante tener en cuenta que va a necesitarse un gran número de gente para efectuar grandes cambios. Esa cantidad de participantes confiables sólo se puede obtener manteniendo el más alto nivel de comportamiento.

Cambios en las relaciones de poder
Los estrategas necesitan recordar que el conflicto donde se aplica el desafío político es un campo de lucha siempre cambiante, con un continuo juego de ataques y contraataques. Nada es estático. Las relaciones de poder están sujetas a cambios rápidos y constantes.
Las acciones específicas de los de la  resistencia, por lo general, tienen consecuencias que van más allá del lugar y el momento en que ocurren.
Además, el grupo noviolento puede, por sus acciones, influir sobre el aumento o disminución de la fuerza relativa del grupo contrario. Por ejemplo, la resistencia noviolenta, disciplinada y valiente, frente a la brutalidad de los dictadores puede producir desazón, descontento o desconfianza, y, en situaciones extremas, hasta el amotinamiento entre los propios soldados y el personal al servicio de la dictadura. Esta resistencia también puede dar lugar a que aumente la condena internacional de la dictadura. Además, el empleo del desafío político disciplinado, persistente y bien adiestrado, puede hacer que más y más gente, que normalmente apoyaría tácitamente a los dictadores o que por lo general permanecerían neutrales en el conflicto, participe en la resistencia.

Cuatro mecanismos de cambio
La lucha noviolenta produce cambios de cuatro maneras. El primer mecanismo es el que se consideraría menos probable, aunque si ha ocurrido. Cuando los miembros del grupo contrario se conmueven emocionalmente por los sufrimientos que la represión ha infringido a los valientes activistas de la resistencia, o racionalmente se persuaden de que la causa de los de la resistencia es justa, llegan  a aceptar los objetivos de los de la resistencia. A este mecanismo se le llama conversión. Los casos son raros, y en la mayor parte de los conflictos esto no ocurre de manera alguna.
Con mucha más frecuencia la lucha noviolenta obra cambiando la situación del conflicto y de la sociedad, de modo que el adversario simplemente no puede hacer lo que le viene en gana. Es este cambio el que produce los otros tres mecanismos: la acomodación, la coerción noviolenta y la desintegración. Cuál de éstos ocurra dependerá del grado en que las relaciones de poder hayan cambiado a favor de los demócratas.

Si las cuestiones a debatir no son fundamentales, las exigencias de la oposición en una campaña limitada no se consideran amenazantes, y la confrontación de fuerzas ha alterado las condiciones de poder en alguna medida, el conflicto inmediato puede terminar por medio de un arreglo al que se llegue cediendo cada parte algo. A este mecanismo se le llama acomodación. Por ejemplo, muchas huelgas se resuelven de esta manera. El gobierno puede percibir que un arreglo semejante trae algunos beneficios positivos, tales como disminuir la tensión, dar una impresión de “equidad”, mejorar la imagen internacional del régimen.

La lucha noviolenta puede ser mucho más poderosa de lo que indican los mecanismos de conversión y acomodación. La no cooperación masiva y el desafío pueden cambiar la situación política o social, especialmente las relaciones de poder, de tal manera que los dictadores pierden la capacidad de controlar los procesos económicos, sociales y políticos del gobierno y la sociedad. Las fuerzas militares del adversario pueden volverse tan poco confiables que ya simplemente no obedezcan las órdenes de reprimir a los de la resistencia. Aunque los dirigentes del gobierno permanezcan en sus posiciones y sigan firmes en cuanto a sus objetivos originales, han perdido la capacidad de actuar con efectividad. A esto se le llama coerción noviolenta.  

En algunas situaciones extremas, las condiciones que ha producido la coerción noviolenta van aún más lejos. La dirigencia adversaria, de hecho, pierde toda su capacidad de actuar, y se viene abajo toda su estructura de poder. La autoconducción, la nocooperación y el desafío de los de la resistencia se hacen tan perfectos que sus adversarios ahora carecen hasta del simulacro de control sobre ellos. La burocracia del adversario se niega a obedecer a su propia dirigencia. Las tropas de los adversarios y su policía se amotinan. Los simpatizantes y colaboradores del poder adverso repudian a sus antiguos dirigentes y les niegan derecho alguno a mandar. A partir de esto, la antigua obediencia y colaboración desaparecen. El cuarto mecanismo de cambio, la desintegración del sistema del adversario, es tan completo que éste no tiene siquiera poder suficiente para rendirse. El régimen se ha desintegrado.

Al planificar las estrategias para la liberación, estos cuatro mecanismos han de tenerse en cuenta. La selección de uno o más mecanismos dependerá de numerosos factores, inclusive del poder absoluto y relativo de los grupos contendientes y de las actitudes y objetivos del grupo noviolento.

Efectos democratizadores del desafío político
El empleo de las técnicas de la lucha noviolenta contribuye a democratizar la sociedad de varias maneras.

Una parte del efecto democratizador es negativo, esto es, en contraste con los medios armados, no hay represión. Los líderes de un movimiento de desafío político pueden presionar a sus seguidores, pero no pueden ni encarcelarlos ni ajusticiarlos si disienten o escogen otros líderes.
Otra parte es positiva, la lucha noviolenta le  da a la población armas para la resistencia, que podrán usar para defender sus libertades tanto contra los dictadores que existe como contra los que puedan existir. A continuación, mencionamos varios de los efectos democratizadores positivos que tiene la lucha noviolenta:

-La experiencia de aplicar la lucha noviolenta puede hacer que la población confíe más en sí misma, en cuanto a desafiar las amenazas del régimen.

-La lucha noviolenta entrega las armas de la no cooperación y el desafío, mediante las cuales la población puede resistirse a los controles no democráticos.

-La lucha noviolenta se puede usar para defender la práctica de las libertades democráticas, tales como la expresión, la prensa libre, las organizaciones independientes y el derecho a reunirse enfrentándose a controles represivos.

-Contribuye a la supervivencia, renacimiento y fortalecimiento de los grupos e instituciones independientes de la sociedad. Estas movilizan la capacidad de poder de la población e imponen límites al poder efectivo de cualquier dictador en potencia.

-La lucha noviolenta suministra armas mediante las cuales la población logra concentrar su poder contra la acción represiva, policiaca o militar, ejercida por un gobierno dictatorial.

-La población y las instituciones independientes pueden, en interés de la democracia, restringirle o negarle los recursos de poder a la minoría gobernante y por lo tanto, amenazar su capacidad de seguir ejerciendo la dominación.

La complejidad de la lucha novilenta
Como puede verse, la lucha noviolenta es una compleja técnica de acción social, que comprende una multitud de métodos, una serie de mecanismos de cambio y unos requisitos conductuales específicos. Para que resulte efectivo, el desafío político requiere preparación y planeación. Los probables participantes tendrán necesidad de comprender qué se espera de ellos. Hace falta que haya recursos disponibles. Los estrategas tendrán que haber analizado cómo se puede aplicar la lucha noviolenta con más efectividad. Ahora dirigiremos nuestra atención hacia ese elemento crucial: la necesidad de una planeación estratégica.  

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