miércoles, 14 de noviembre de 2012

De la Psicología a la Espiritualidad, parte 5


¿Qué es la autoafirmación?
Solemos confundir la autoestima, que atañe a la interioridad, con la autoafirmación, que es su expresión. La autoafirmación consiste en  exteriorizar el mundo interior: imágenes, diálogo íntimo, sentimientos, pensamientos, necesidades y valores, aspiraciones espirituales, etc.
La autoafirmación forma parte de un intercambio constante con un oyente que reacciona al mensaje. El proceso es continuo. Las reacciones del receptor provocan una nueva reacción del emisor y una nueva afirmación de sí mismo. Al afirmarse, se conoce uno mejor, en primer lugar gracias a las reacciones de los demás, y en segundo, gracias a las propias reacciones.
La dificultad de afirmarse proviene de múltiples causas: falta de modelos, represión de sentimientos desde la infancia, sentimiento de impotencia, timidez exagerada, entorno hostil, incapacidad para expresar los sentimientos, miedo a ser juzgado, etc. No obstante, todo esto puede corregirse mediante un aprendizaje adecuado. Por eso no hay que desanimarse ante las dificultades que se pueden experimentar al afirmarse. La autoafirmación es, en efecto, una especie de arte que se aprende y se desarrolla, al igual que la autoestima.
La autoafirmación exige mostrarse lo más coherente y honesto posible con la propia vivencia, al mismo tiempo que se toma en cuenta el contexto social.

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