martes, 28 de noviembre de 2017

Psicología del Deporte. Integración Cuerpo - Mente, parte 6


5
Creación de nuestras propias repeticiones instantáneas de la actuación

 Para alcanzar un beneficio máximo, conviene  aprender a controlar la imaginación, en lugar de que divague, ya que los pensamientos entran y salen de nuestra mente como si se tratara de un sueño.
Todos poseemos esa facultad (la imaginación) que nos permite crear y recordar la imagen de cosas  y hechos a través de los ojos de nuestra mente. Pero casi nada se sabe acerca del proceso de imaginación y como desarrollarlo para que se convierta en una estrategia utilizable para mejorar el rendimiento y el bienestar humano. Visualizar a través de los ojos de nuestra mente nos permite también adquirir un mayor control sobre nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra concentración, e integrarlos en forma tan precisa que maximice nuestro potencial. Se piensa con los músculos, por lo que a medida que se aprende a controlar la imaginación a través de los ojos de la mente, nuestros músculos también adquieren mayor control.
Los levantadores de pesos ejecutan su acción mentalmente antes del intento real. O.J. Simpson desarrollaba un juego tras otro en su pensamiento. Fran Tarkenton visualizaba todos los detalles mientras revisaba grupos completos de juegos en su mente. Casi sin excepción, los atletas de carácter superior utilizan sus aptitudes imaginativas para prepararse con vistas a su actuación.

¿QUÉ ES LA IMAGINACIÓN?

La imaginación implica recordar detalles informativos guardados en la memoria y provenientes de todo tipo de experiencias, y convertirlos en una fantasía significativa a través de un proceso mental.

La mayoría de los atletas, cuando piensan en práctica mental, consideran que ello implica contemplar un film de sí mismos poniendo en práctica técnicas de su deporte. Ello se conoce como imaginación externa porque se considera que se haya fuera de la persona. La imaginación interna, en cambio, se encuentra dentro de nosotros y se considera que ensaya lo que de hecho vemos con nuestros propios ojos cuando llevamos a la práctica nuestros conocimientos. Como si existiera una cámara en nuestra cabeza.
Y un tercer tipo de imaginación mental es la que realmente no ve nada a través de los ojos de la mente, salvo percibirlo cinestésicamente. De hecho, en el análisis final no importa cuál de estos tipos se utilice, siempre que funcione a nuestro favor.

Cabe que uno necesite aprender como retener una imagen antes de que el ensayo mental pueda alcanzar su potencial. Obviamente, si no podemos retener una imagen, resultará difícil controlar una serie de ellas. Debemos , pues, comenzar a observar la forma que adopta nuestra imaginación. ¿Es mayormente cinestésica, visual o auditiva?  ¿Vemos las cosa en color o en blanco y negro? ¿vemos y/o percibimos las cosas como partícipe activo, o como si estuviéramos al margen?

Debemos valernos de imágenes en nuestra imaginación, en contraposición con descripciones verbales. La práctica en ver imágenes, en percibir su color y en conseguir controlarlas en nuestra mente constituyen conocimientos importantes que conviene desarrollar.
La imaginación necesita ser individualizada, por cuyo motivo debemos aprender a interpretar nuestros propios indicios y utilizar aquellos que sean efectivos a nuestro fin. Nosotros, y sólo nosotros podemos determinar en que forma percibimos las situaciones y retener indicios que nos permitan experimentar de nuevo cualquier situación. Esto es el elemento básico para la formación de recuerdos, y éstos nos permiten recurrir una y otra vez a los ojos de nuestra mente para revivir situaciones que han quedado grabadas en ella.

VENTAJAS DE LA IMAGINACIÓN

Alcanzar una mayor percepción de todas las dimensiones de nuestra experiencia mientras actuamos resulta esencial y proporciona los indicios  que debemos incluir en nuestro ensayo mental. Debido a que  pensamos con nuestros músculos, necesitamos contar con una percepción de ellos.
Si podemos aprender a pensar en algo, de forma sistemática y detallada, ello se convierte en parte integral nuestra y da lugar a que nuestro cuerpo sepa que ello ha tenido lugar anteriormente. Cuanto más a menudo podamos imaginar lo que hemos hecho y/o deseamos hacer, más familiar resulta.

Saber lo que tratamos de hacer y luego  imaginar que lo estamos haciendo es un buen sistema para mejorar nuestro nivel de rendimiento sin que intervenga un ejercicio físico. Algunos atletas , por ejemplo, se han mantenido en forma durante un periodo de recuperación de una lesión, simplemente utilizando la imaginación mental.

Si nos concentramos e imaginamos que estamos practicando nuestros conocimientos deportivos tal como a nosotros nos gusta, no sólo estamos imaginando, sino que estamos preparando el cuerpo para actuar. Nuestros nervios, músculos, corazón, respiración y sistema nervioso se integran todos ellos con la imagen mental inicial para ver y percibir cómo cumplimos con la labor elegida.
El nivel óptimo de estímulo puede generarse asimismo a través de la imaginación, lo cual supone que nos cabe aumentarlo o reducirlo valiéndose de ésta.

Otra ventaja de la imaginación es la de poder concebir situaciones y ensayar todo tipo de opciones que posiblemente no quepa materializar en la práctica. Como ejemplo, si no disponemos de la posibilidad de practicar con otro que sea mejor que nosotros, nos cabe imaginar que competimos contra un oponente que goza de nivel superior.
Muchas veces, cuando la práctica física no parece llevarnos a ninguna parte, la solución es probar con la práctica mental, pues nos brinda la posibilidad de ensayar en nuestro pensamiento todo tipo de situaciones.

La imaginación puede mejorar la coordinación y la precisión de nuestra ejecución elevando el nivel de percepción de la posición corporal, cantidad de fuerza, intensidad de esfuerzo o cualquier otra dimensión de nuestra actuación.
La imaginación también ha sido utilizada para acelerar la recuperación en un estado de fatiga.
También cabe utilizar la imaginación para mentalizarse antes de una competencia y mantener la motivación durante toda la justa. También es útil para reducir la inquietud y la zozobra acerca de nuestra actuación y elevar la satisfacción de actuar bajo cualquier condición. Podemos cambiar creencias, actitudes y recuerdos de actuaciones previas a través de la imaginación y aprender a crear la imaginación positiva necesaria para actuar de un modo uniforme. También es dable generar energía a través de la imaginación. Si nuestra especialidad es el maratón, por ejemplo, y comenzamos a cansarnos, podemos utilizar la imaginación  para recargar  y proseguir. Evidentemente, este enfoque es apto para cualquier deporte que exija resistencia.

Los deportes individuales resultan más idóneos para la práctica de la imaginación. Los deportes en equipo implican muchas dimensiones adicionales, pero ello no impide que también podamos practicarlos en nuestra mente. En resumen, la práctica mental en combinación con la física, supone el mejor método de preparación.

UTILIZACIÓN DE LA IMAGINACIÓN MENTAL

La imaginación mental no supone soñar despierto con el gran atleta que nos gustaría ser. Tampoco significa pensar cómo nos gustaría actuar. Es un conocimiento  cuya adquisición requiere esfuerzo, concentración y disciplina. Las siguientes sugerencias resultarán de ayuda.

ADQUIRIR Y PRACTICAR CONOCIMIENTOS


  •  El conocimiento, la rutina o la secuencia de movimientos deben ensayarse tal como nos gustaría desarrollarlos. Deben ser ensayados mentalmente al mismo ritmo de la ejecución real. Esto es importante porque la estructura neurológica establecida a través de la imaginación debe coincidir con la cadencia de verdad.
  • Utilicemos todas las dimensiones de la actuación y tantos indicios como podamos. Probemos la inclusión de olores y sonidos y la visualización del entorno, así como velocidad, cadencia, etc.
  • El ensayo mental debe ser coronado por el éxito, pero no necesariamente perfecto. Debemos asegurarnos de que nuestro ensayo es realista y se halla a nuestro alcance.
  • Debemos usar la imaginación mental en la preparación de las sesiones de entrenamiento, así como para las competiciones.
  • Es importante valerse del tiempo como pauta al practicar con nuestra imaginación, y utilizar un reloj para comprobar que estamos ensayando al ritmo deseado.


  • Algunos atletas son muy activos físicamente durante un ensayo mental, mientras otros lo son menos, pero es evidente la implicación muscular durante la práctica mental. ¡pensamos con nuestros músculos!
  • Si tenemos acceso a videos o películas, podemos utilizarlas para desarrollar nuestra imaginación. Por ejemplo, si fuimos filmados durante una actuación superior, podemos ver esa filmación varias veces.  Esto nos proporcionará los indicios necesarios para ensayar mentalmente cada detalle.
  • Experimentar de nuevo una actuación afortunada tan pronto como ha tenido lugar es quizá la mejor forma de establecer la asociación corporal. Cuando “programamos” nuestro cuerpo con este punto de referencia, resulta más fácil prepararse para actuaciones futuras.
  • En general, la imaginación mental puede practicarse  casi en cualquier parte y en cualquier momento. De los músicos se sabe que practican mientras viajan, y los atletas puedan utilizar el tiempo de  forma igual.
  • Muchos atletas han comprobado que efectuar la práctica mental poco antes de irse a dormir es una medida efectiva. Si nos hemos adiestrado para relajarnos, éste puede ser un buen momento para practicar. En cualquier instante en que podamos sentarnos tranquilamente y olvidar nuestras preocupaciones, podemos practicar mentalmente. 
  • Practicar imaginación mental cuando estamos sentados e inmóviles, o bien echados o caminando, constituye una cuestión de preferencia y de conveniencia. Podemos determinar cuándo y cómo nuestro deporte nos deja tiempo para incorporar la imaginación y la clase de ella que consideramos de mayor ayuda.


IMAGINACIÓN PARA Y DURANTE LA COMPETICIÓN

  • Cuando practicamos mentalmente, ensayamos toda nuestra actuación bajo las condiciones competitivas que esperamos y el entorno en que debe tener lugar. Si estamos compitiendo en un nuevo entorno, deberíamos tratar de llegar a dicho punto antes de que comience la competición, a objeto de familiarizarnos con él e incorporarlo a nuestra práctica mental. Cuando no podamos hacer eso, las fotos o las películas pueden proporcionar los indicios para poder imaginar que estamos actuando allí.
  • Un ejemplo nos lo ofrece un importante equipo de fútbol profesional. Los jugadores contemplan películas de su próximo oponente y se les dice que presten gran atención a los detalles de cada oponente individual. Se les dice asimismo que se echen, se relajen, y que en su mente vean a sí mismos enfrentados con su próximo oponente y ejecutando con éxito todas las jugadas. Así, no tropiezan con muchas sorpresas en la competición dado que, en cierto sentido, han estado ahí antes. Entonces podemos dedicar nuestros esfuerzos a lo que está ocurriendo   y mostrarnos seguros.
  • Las estrategias, las jugadas y las reacciones específicas también pueden aprenderse a través de la imaginación mental. Todo deporte puede ser fraccionado en partes que cabe ensayar mentalmente. Nada hay que pueda ocurrir en el deporte que no quepa practicarlo mentalmente de forma que venga a mejorar nuestra reacción, cuando tal circunstancia se presente.


  •  Debemos experimentar para descubrir cuál es el sistema que mejores resultados nos da.
  • Con gran frecuencia, nos es dable observar lo que parece ser una reacción contagiosa en cuanto a cometer errores, pero podemos evitarlo utilizando la meditación y preparándonos mentalmente, viéndonos a nosotros mismos actuando como deseamos y excluyendo cualquier imagen de error cometido.
  • Al prepararnos para cualquier cosa que pueda ocurrir durante nuestra actuación, podemos valernos también de nuestra imaginación mental. Según sea nuestro deporte, debemos prepararnos para cualquier incidente eventual, valiéndonos de la imaginación mental, la cuál, en la mayoría de los casos, nos ayudará a conseguir una recuperación ante cualquier situación inesperada. Estaremos preparados para hacer frente a un problema inmediato que pueda surgir. Valernos de un buen planteamiento imaginativo después de cometer un error resultará de gran ayuda.
  • La práctica mental también puede utilizarse cuando nos recuperamos de una lesión o en cualquier momento en que por algún motivo nos veamos imposibilitados para practicar. Muchos atletas, aun cuando se ven impedidos para actuar, acuden a las sesiones de entrenamiento y participan en todo, mentalmente, a medida que van observando. Otra técnica efectiva utilizada para acelerar la recuperación de una lesión, es la de valerse de la visualización para incrementar el riego sanguíneo en el punto lesionado. Mediante esta técnica, podemos practicar aspectos tales como imaginar que nuestro ritmo cardiaco se reduce y verificar nuestro pulso para ver el grado de efectividad conseguido. Para conseguir esto, necesitamos aprender la forma de concentrarnos, así como retener una imagen que se contraponga a la realidad. En el ámbito médico se reconoce ahora el valor de un enfoque holístico. Las enfermedades llamadas terminales, han sido tratadas con este sistema y se han conseguido retrocesos.
  • Cuando practicamos con la imaginación para dominar el dolor o acelerar la recuperación de una enfermedad, debemos tener presente que sólo nos es dable concentrarnos en una cosa cada vez. Debemos establecer un orden en nuestras prioridades. La imaginación y la fijación de objetivos van unidos; por ello procede ordenar las prioridades  y aplicarles nuestro esfuerzo en forma sistemática.

En resumen, la imaginación mental aplicada a la práctica deportiva no es un proceso sencillo y sí un conocimiento que mejora con la práctica.
Los conocimientos relativos a relajamiento, concentración, reflexión y estrategias de fijación de objetivos son asimismo esenciales para el uso provechoso de la imaginación. Cada uno debe adquirirse y practicarse en forma regular.

ETAPAS PARA LLEGAR A SER EXPERTO EN LA IMAGINACIÓN MENTAL

La imaginación mental es un conocimiento que debe practicarse y adquirirse. Estos principios son aplicables a cualquier propósito que deseemos materializar, y, por tanto, podemos valernos de ellos en las situaciones cotidianas más allá del ámbito deportivo.
En cada uno de estos ejercicios, adoptemos una posición cómoda, con los ojos cerrados. Dediquemos unos pocos minutos a cada uno, repitiéndolo varias veces. De este modo, observaremos mejorías en pocas semanas.

Ejercicio 1: Relajamiento y control de nuestra imaginación

  • A medida que nos vayamos tranquilizando y relajando, centremos nuestra atención en nuestra respiración.
  • Prestemos atención a las reacciones y sensaciones corporales, tales como inhalar aire y expulsarlo, y a la percepción de que nuestro cuerpo aumenta de temperatura, se hace más pesado y se muestra más relajado.
  • Observemos cualquier pensamiento que pase por nuestra mente y dejemos que se deslice sin prestar atención. Centrémonos en la respiración.
  • Imaginemos que nos encontramos en nuestro lugar preferido. Este puede ser una playa, una montaña o nuestro refugio privado, al que acudimos para alcanzar paz y tranquilidad.

Ejercicio 2: Percepción de colores; control y cambio de los mismos

  • En nuestra mente visualicemos un punto de color, tal como rojo, y aproximémonoslo hasta que todo nuestro campo visual se halle ocupado por dicho color, y después, alejémonoslo hasta que desaparezca del todo.
  • Cambiemos dicho color por el azul y repitamos la operación. Prosigamos este ejercicio valiéndonos de varios colores.
  • Este ejercicio nos ayudará a visualizar el color y a aprender la forma de controlar a el movimiento.

Ejercicio 3: Control de una imagen; aprender a mantener la mente atenta a ella

  • Visualicemos, por ejemplo, nuestro zapato deportivo preferido.
  • Examinemos cada detalle: los colores, su desgaste, los cordones ,la suela…
  • Tratemos de mantener la imagen en situación estática, es decir, no dejemos que nuestra mente divague. Si fuere así, retrocedamos hasta verlo de nuevo en nuestra s manos mientras lo examinábamos.

Ejercicio 4: Experimentación a través del tacto, el gusto y el olfato mediante la imaginación

  • Imaginemos un limón. Sintamos la textura de su piel y su tacto aceitoso.
  • Olamos el limón, hagámoslo rodar sobre la mesa, mordámoslo en un extremo y probemos su zumo.
  • Imaginemos diversas formas de someter un limón a experimentación.

Ejercicio 5: Experimentación detallada del entorno

  • A través de nuestra imaginación, situémonos en nuestra habitación preferida.
  •  Examinemos cada detalle: mobiliario, color, textura, posición, luz y sombras, ventanas, puertas.

Ejercicio 6: Mejora de un conocimiento

  • Seleccionemos un conocimiento o técnica específicos que estemos tratando de mejorar.
  • Imaginémonos llevando a la práctica este conocimiento, mucho mejor de lo que nos ha sido posible con anterioridad.
  • Repitamos el ensayo mental una y otra vez.
  • Si es posible, después de ensayar mentalmente dicho conocimiento, procedamos a practicarlo físicamente. Si todavía experimentamos alguna dificultad, volvamos a nuestro ensayo mental. Mejoraremos con mayor rapidez combinando la práctica mental con la física en una misma sesión.

Ejercicio 7: Imaginación dinámica: forma de llevarla a la práctica

  • Seleccionemos algún aspecto de nuestro deporte (si jugamos al tenis, puede ser el servicio). Utilicemos este ejemplo para desarrollar nuestra propia estrategia.
  • Veamos y percibamos en nuestra imaginación la ejecución del servicio tal como deseamos.
  • Desde nuestra posición de preparado, veamos a nuestro oponente y sepamos donde colocar el servicio.
  • Coordinemos el movimiento preparatoria con la raqueta y golpeemos la pelota en el punto deseado.
  • Prosigamos con el juego y comprobemos que el servicio va exactamente al punto previsto. Observemos como nos devuelve la pelota el oponente, y también, como lo hacemos nosotros, aprestándonos para conseguir marcar en la próxima devolución.
  • Durante este ejercicio, asegurémonos de que incluimos toda la secuencia del movimiento hasta su punto de culminación. Es importante ver y percibir
  •   el aspecto practicado desde el principio hasta el fin.

Ejercicio 8: Eliminación de errores

  • Seleccionemos algún aspecto de nuestro deporte en el que hayamos estado cometiendo errores de continuo.
  • En nuestra mente, veamos y percibamos como practicamos sin cometer error alguno, es decir, tal como querríamos hacerlo.
  • Si el error persiste en nuestra mente, imaginemos que estamos observando a alguien que practica en forma correcta.
  • Utilizando esto como modelo en nuestra imaginación, veámonos y percibámonos  practicando dicho conocimiento, igual a la persona a la que estamos visualizando.
  • Sigamos practicando esto hasta que nos sea posible repetirlo una y otra vez en nuestro pensamiento, sin cometer ninguna equivocación. Tratemos de practicar este ejercicio físicamente tan pronto como sea posible.

Ejercicio 9: Llevar un diario de actuaciones

  • Uno de los mejores ejercicios para acentuar nuestra percepción, es el de llevar un diario de actuaciones.
  • Anotemos todos los indicios respecto a cómo nos sentimos, lo que pensamos, y nuestro grado de preparación física y mental.
  • Anotemos con detalle los procedimientos que hemos seguido durante horas e incluso días antes de conseguir nuestra mejor actuación.
  • Procedamos así, tanto para los entrenamiento como para la competencia.
  • ¡Las actuaciones destacadas no ocurren al azar! Ocurren porque muchos factores coinciden en un momento dado. La mejor forma de determinar este aspecto es anotar todo cuanto conduzca a este resultado. Podemos preparar la base para que surja la probabilidad de que ocurra de nuevo.

El ejercicio de llevar un diario también nos brindará la oportunidad de analizar el progreso que hemos conseguido. Podemos retroceder y leer de nuevo nuestras notas y retroalimentarnos para conseguir nuevas metas.
Este ejercicio es de utilidad para la fijación de objetivos. Podemos anotar los objetivos a corto plazo, mediano y largo, e integrarlos en nuestras prácticas de imaginación.
Estos ejercicios son tan sólo unos cuantos ejemplos de cómo podemos estructurar nuestras practicas de imaginación, pues a medida que evolucionemos, descubriremos formas ilimitadas de practicar y prepararnos para cada detalle y aspecto de cualquier deporte que practiquemos.
También podemos experimentar en nuestra mente aspectos que quizá no tengamos oportunidad de encontrar en situaciones reales.

El objetivo de este tipo de preparación es la de alcanzar un nivel tal que no debamos preocuparnos por nada en situaciones de competencia, salvo lo que este ocurriendo o este por ocurrir. Todo lo demás se hallará presente de modo  tal que podemos dejar que ocurra, pues estamos preparados. El estupendo potencial que se deriva de utilizar nuestra imaginación es que permite recordar hechos del pasado, trabajar en cuestiones presentes y proyectarse hacia el futuro en preparación a situaciones que todavía no se han producido. Es, en suma, un conocimiento que cabe adquirir de igual modo que los relativos a nuestra actuación física.


No hay comentarios:

Publicar un comentario