viernes, 19 de mayo de 2017

Cuenta Contigo, parte 3

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Cuatro estados: líquido, sólido,
fluido o gaseoso y el modo ON

Locura es hacer siempre lo mismo
y esperar resultados diferentes.

Albert Einstein

Los estados de la materia son sólido, líquido y gaseoso. Las personas somos materia pero también tenemos otros estados. Unos son los relacionados con las emociones: apático, alegre, frustrado, triste, irascible. Otros estados de las personas son los relacionados con la actitud, y pueden concretarse en tres: pasivo, acomodado y proactivo. Luego está el “modo ON”, que cuando se alcanza, sirve para salir del letargo.
Cuando tienes una idea brillante, se conecta tu modo ON, que te motiva. Y si estás en un partido y te sientes fuerte, ágil y muy concentrado, se activa tu modo ON para disputar cada balón. El modo ON es el nivel óptimo de activación que permite a una persona estar en su mejor momento para llevar a cabo la acción que le conduce a la meta.
Si quieres ser feliz, además de definir el trabajo del primer capítulo, necesitas encontrar el estado en el que serás capaz de actuar.

Uno de los estados que anhelamos todas las personas es el de la felicidad. Pero no una felicidad entendida como vivir en un mundo rosa e irreal. Sino como un estado general de paz, de equilibrio, en el que puedas ser tú mismo y sentirte a gusto con la vida. La felicidad no debería ser un momento puntual y pasajero. Ni siquiera el resultado de la ausencia de problemas. Lo ideal es sentirnos felices a pesar de los obstáculos.

El estado que necesitas para generar cambios que te permitan ser feliz se encuentra lejos de la apatía. Permanecer acomodado puede servirte en ocasiones. No debemos rechazar la zona confortable para vivir en ella algunos periodos. Pero hay otros momentos en los que necesitamos estar activos, descubrir, ser creativos, trabajar bajo presión, tomar decisiones y solucionar problemas.

Para ser feliz necesitas ratos en los que decidas no cambiar nada, y otros que requieren proactividad, cambio, poner de tu parte, pensar, fantasear e involucrarte. Lo llamaremos “Estar en ON”. Despertamos los sentidos y nuestra actitud se prepara para actuar.

Te presento a seis enemigos del modo ON: la pereza, la falta de voluntad, la inseguridad, la falta de planificación, la baja autoestima o la procrastinación.
Te propongo algunas soluciones:

Contra la PEREZA. Ante la flojedad, la acción. Deja de utilizar expresiones como “Qué pereza me da…”. Elige un adjetivo que se identifique con tu situación en modo ON, por ejemplo: “Soy capaz”. Y actúa como lo que eres.
Deja de pensar en lo a gusto que te encuentras y piensa que cuando te actives, estarás mejor.  

Contra la FALTA DE VOLUNTAD. La fuerza de voluntad consiste en hacer un sacrificio a corto plazo para obtener una satisfacción a largo plazo. Pero queremos que todo suceda de inmediato; nos cuesta aplazar y autocontrolados.
Te servirá de ayuda visualizar el objetivo final. Ten recuerdos visuales de lo que deseas ser. Puedes hacer un collage con todos los pasos que vas dando.

Contra la INSEGURIDAD. Quizá tengas dudas sobre tus capacidades. Es normal. Ante los cambios, todos tenemos esa inseguridad. Puedes interpretarlo como algo positivo. Te permitirá estar más centrado y alerta. El miedo a fallar hará que controles cada paso. El exceso de seguridad nos lleva, muchas veces, a ser demasiado confiados y nos impide involucrarnos.

Contra la FALTA DE PLANIFICACIÓN. Las personas desorganizadas viven en un caos continuo. Se agobian cuando no logran sus objetivos, y su nivel de estrés y ansiedad son mayores que el que tienen las personas ordenadas.
Llevar una agenda, cumplir con tus metas, no ponerse objetivos irreales, trabajar la concentración y desatender estímulos que restan atención, y poner tiempo a las actividades, pueden ser soluciones que te ayuden a gestionar mejor tu falta de planificación.

Contra la BAJA AUTOESTIMA. ¿No te ves preparado, no crees que vales lo suficiente como para conseguir el cambio?. Que te falte seguridad es comprensible, pero que no te valores y te limites no lo es. Piensa en tus valores, en las veces que te has sobrepuesto, en historias de superación de otras personas. ¿Por qué razón tú no vas a poder conseguirlo?

Contra la PROCRASTINACIÓN. No dejes para mañana lo que podrías hacer hoy. Normalmente la procrastinación se acompaña de excusas del estilo: “Es difícil”; “No tengo ahora tiempo”, “Me falta información”…
La ansiedad que te genera la tarea cada vez que la postergas va en aumento. Mañana se te hará más cuesta arriba. Te propongo cerrar o apagar todo lo que te distraiga: teléfono, televisión, internet; y poner una hora de inicio. Crea un ambiente relajante a tu alrededor, y empieza a hacer lo que tenías pendiente. Haz algo por poco que sea, de tal manera que mañana hayas avanzado y te sientas bien contigo mismo. (43)

Amigos del modo ON son: la flexibilidad, la tolerancia contigo mismo, aprender de los errores en lugar de culpabilizarte, la capacidad de esfuerzo y la perseverancia. Y cuando logres un cambio, piensa en qué compañeros de viaje te asistieron.

Y cuando todo falle, apela a la responsabilidad. Siempre podrás recordar cuáles son tus valores.
¿Cómo activarte para encontrar tu modo adecuado de activación? Tu puedes lograrlo trabajando tu cuerpo y tus emociones. Hay metas que requieren calma y serenidad, y otras que necesitan un combustible muy potente. Me refiero a tener garra, estrés positivo, fuerza y energía.
Estas son algunas de las acciones que suelen activar a muchas personas:

  • Escuchar música que nos ponga las pilas, que me transmita buena energía.
  • Ponerme un video motivador.
  • Ver películas de historias de superación personal.
  • Ponerme un video de un partido en el que di todo, ver mis goles o una carrera en la que arranqué atrás y fui ganando puestos.
  • Ver como baten récords deportivos.
  • Pensar en el himno de mi país y verme con la medalla de oro.
  • Recordar un éxito profesional y cómo me felicitaron.
  • Traer a la memoria hechos deportivos.
  • Escuchar el discurso de un líder que me remueva las emociones.
  • Ponerme de pie, tensar mis músculos y dar alguna palmada vigorosa. Sentirme fuerte.
  • Hablarme en términos positivos y motivadores: “Venga, venga”.
  • Hablar con alguien que haya conseguido lo que yo mismo deseo hacer.

Si buscas un estado de tranquilidad para entrar en tu modo ON, aquí tienes otros ejemplos:

  • Crear un ambiente laboral que relaje: ordenar, tener luz, poner flores…
  • Realizar el ritual del té o del café.
  • Tener una pizarra en la que anotar disparates, en la que no se me escapen las ideas.
  • Leer.
  • Escribir.
  • Practicar alguna técnica de relajación, antes de tener un momento que pueda generarme tensión.
  • Escuchar buena música.
  • Tener tiempo para hacer lo que necesito.
  • Respirar, cerrar los ojos cinco minutos y desconectar.

Otro obstáculo que bloquea tu estado “emprendedor” puede ser tu pasado. Cuando has intentado algo y no te ha salido bien. No nos gusta fracasar, así que nos cerramos a la oportunidad de intentarlo de nuevo. Si es tu caso, haz el siguiente ejercicio como si no tuvieras memoria, como si no tuvieras un pasado. Lo que buscamos es que malos recuerdos no condicionen tu futuro.


Momento libreta…
Piensa en tu meta. Anota al margen el estado y la actitud que te facilitará alcanzarlo, y elabora una serie de acciones que te ayuden a conseguirlo. Luego emprende tu proyecto, actúa. Puedes guiarte por estos ejemplos:

Ejemplo 1. Atleta olímpico

Mi meta es competir este año en el mundial.
Necesito estar activado durante la temporada, con fuerza para cumplir los exigentes entrenamientos.
¿Qué cambia mi estado?  Verme en otras competiciones me motiva. Entrenar con música. Imaginar mi emoción cuando cruce la meta.


Ejemplo 2. Delegado de laboratorio farmacéutico

Mi meta es salir a correr por las mañanas.
Necesito fuerza de voluntad y que no me dé pereza cuando suene el despertador.
¿Qué cambia mi estado? Poner la música de la película Rocky mientras me lavo los dientes. Imaginarme llegando a casa agotado y satisfecho.
 
El ejercicio consiste en seguir estos consejos para gestionar tu anterior fracaso:

  1. Haz borrón y cuenta nueva. Anota tu fracaso en una hoja y rómpela.
  2. Acepta tu error: “¡Si, me equivoco, I love fracasar!”.
  3. Dejar de interpretar. Un error no dice nada de ti. Solo dice que lo intentaste. Lo que habla de ti en forma positiva es actuar de nuevo.
  4. Dejar de adivinar. No te anticipes a un nuevo fracaso. Limítate a actuar. ¡Eso ya es mucho!
  5. Piensa más en lo que esperas de ti, que en lo que te hizo fracasar anteriormente.
  6. No tengas expectativas negativas. Déjate llevar. Quejarte por lo desgraciado que eres no es construir… es victimizarse.      

Los cambios necesitan movimiento, y éste, energía. La energía la pones tú. Y si no la tienes, la buscas. Está más que demostrado que somos capaces de generar estados emocionales con una rapidez sorprendente. Un comentario gracioso te saca del llanto. Sentirte en peligro te lleva a correr cuando estabas cansado, o un simple elogio permite que creas en ti cuando estabas dudando. Somos capaces de lo que queramos. Pero tienes que responsabilizarte de tu modo ON.


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