lunes, 4 de mayo de 2015

Aprendiendo de los mejores, parte 7

Jiddu Krishnamurti (1895-1986)

Conocido escritor y orador indio en temas filosóficos y espirituales como la meditación, las relaciones humanas, la naturaleza de la mente y cómo llevar a cabo un cambio positivo en la sociedad global.

1. La religión de todos los hombres debería ser la de creer en sí mismos.
Creer que se puede realizar algo, moviliza a ir por ello; creer que no se puede paraliza. Dentro de cada persona existe un gran poder, la cuestión es si ese poder esta activado o desactivado. Aprender a creer en uno mismo es el punto de partida para alcanzar objetivos. Por eso, el primer reto de toda persona debería ser el de regar el jardín de la mente a través de la repetición de mensajes positivos que empiecen a interiorizarse y formar parte del inconsciente, que es el que gobierna nuestra vida. (143)

2. La intuición es el susurro del alma.
La intuición es el conocimiento de algo que surge de manera involuntaria o inconsciente. El conocimiento obtenido por la vía de la intuición es tan válido como el obtenido por la vía de la razón. Es sí, la intuición es tanto mejor cuantos mayores son nuestros conocimientos, nuestra experiencia y nuestra capacidad de observar.

3. La sabiduría no ejerce ninguna autoridad, y aquellos que ejercen la autoridad no son sabios.
La sabiduría es inspirar, nunca imponer. Es facilitar que cada persona siga su propio camino. Es sugerir y estimular. “Vivir, -dice Krishnamurti- es descubrir por uno mismo aquello que es verdadero“. No hay dos personas iguales y no hay dos caminos iguales. Lo peor en cualquier proceso de coaching es que el coach se convierta en protagonista.

4. Haced lo que teméis y el temor morirá.
El miedo es una emoción necesaria porque ante una amenaza nos permite reaccionar. El problema surge cuando el miedo nos bloquea y anula. Existe un miedo “estimulante”, que nos moviliza, y otro miedo “tóxico”, que nos paraliza. El miedo se contrarresta haciendo, atreviéndose. Si uno por sí mismo tiene dificultades para “lanzarse”, es bueno apoyarse en terceros que nos animen. La mayoría de los miedos no son sino construcciones mentales. El escritor Jorge Luis Borges apuntaba: “Si naciera de nuevo viviría de manera diferente, porque he dedicado más del 80% del tiempo a prepararme para problemas que nunca se presentaron“.

5. Por inmensa que sea la tormenta, el espíritu ha de permanecer impasible.
La serenidad no consiste en estar a salvo del temporal, sino en encontrar la paz en medio de ella. El hombre se mide en la adversidad. Hay que aprender a fluir en medio de las adversidades. La adversidad es absolutamente imprescindible para la modulación de la personalidad. Una persona que no ha enfrentado adversidades es una persona que no ha madurado. (145)

6. Si preguntas si eres feliz, es que no lo eres.
La felicidad no es una búsqueda, es un estado de serenidad interior que tiene que ver con estar cien por cien en el momento presente, aquí y ahora. La felicidad no es una estación de llegada. La felicidad es el camino. Krishnamurti apunta: “La búsqueda se convierte en otra huída de lo que realmente somos”. Tu ya eres felicidad, sólo tienes que aprender a conectarte contigo mismo.

7. ¿Has notado que la inspiración te llega cuando no la estás buscando? Llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan.
La palabra “inspiración” proviene de inspirativo, es decir, de in (dentro) y spiratio (espíritu); como si el espíritu estuviera dentro de nosotros y nos guiase. Muchos autores así lo han confirmado. Por ejemplo, el artista Rafael decía: “ A veces tengo la impresión de que fuerzas sobrenaturales guían mi pincel”. Y el pensador indio Patanjali señalaba: “Cuando estás inspirado, las fuerzas, las facultades y los talentos latentes cobran vida”.

8. Sembrando trigo una vez, cosecharás una vez. Plantando un árbol, cosecharás diez veces. Instruyendo al pueblo, cosecharás cien veces.
Educar es facilitar que cada persona se busque la vida por sí misma. Nada peor que generar dependencias. Es poner la vida en manos de terceros y quedar expuesto. Educar no es otra cosa que ayudar a que cada persona se responsabilice de ella misma, y promover en ella hábitos que la inspiren a encontrar caminos y soluciones para llegar allí donde desea.

9. Lo decisivo para traer paz al mundo es nuestra conducta diaria.
La realidad es, a cada instante, la suma conjunta de todas las acciones de la humanidad. El poeta Francis Thompson decía: “Todas las cosas están unidas entre sí, de tal modo que no puedes agitar una flor sin trastornar una estrella”. Cada acción está provocando consecuencias en un sentido u otro. Construir un mejor mundo no es complicado si cada persona aspira a convertirse en la mejor versión de sí misma. El mundo no tiene que cambiar, somos los seres humanos los que tenemos que cambiar. El mudo es perfecto, somos los seres humanos los que lo hacemos imperfecto.

10. La sabiduría es la suprema vulnerabilidad a lo verdadero.
Sólo cuando nos sentimos vulnerables estamos abiertos al cambio. La sabiduría está muy relacionada con la humildad. La soberbia, por el contrario, nos hace aferrarnos a nuestros paradigmas, evitando cualquier transformación. La sabiduría no es un estado, es un proceso; un aprendizaje continuo que jamás finaliza, y, para ello, es necesaria una actitud de apertura que sólo se produce cuando uno actúa con humildad. El poeta persa Rumi decía: “Vende inteligencia y compra asombro”. (147)

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