viernes, 15 de marzo de 2013

De la Dictadura a la Democracia, parte 9


Nueve
Desintegrando la Dictadura    

El efecto acumulativo de estas exitosas campañas de desafío político bien dirigidas sería el fortalecimiento de la resistencia y el establecimiento y expansión de áreas de la sociedad donde la dictadura se encuentra con los límites de su control efectivo. También proporcionan una gran experiencia que será de gran ayuda cuando llegue el momento de una nocooperación y un desafío masivos.

Tal como se discutió en el capítulo Tres, la obediencia, la cooperación y la sumisión son esenciales para que un dictador sea poderoso. Sin acceso a las fuentes del poder político, el poder del dictador se debilita, y finalmente se esfuma.  

Los actos simbólicos de repudio y desafío se encuentran entre los medios disponibles para minar la moral del régimen y su autoridad política, es decir, su legitimidad. Es necesario retirarle la cooperación y la obediencia para negarle al régimen el acceso a las otras fuentes de poder. Las huelgas, el boicot, y la creciente autonomía en algunos sectores de la economía, las comunicaciones y el transporte, debilitarán al régimen.
Si la población está preparada, como en la guerra, para arriesgarse a serias consecuencias como precio del desafío, la efectividad de las sanciones aplicables por la dictadura se verá drásticamente disminuida; es decir, la represión de los dictadores no logrará el sometimiento deseado. En segundo lugar, si la policía y hasta las mismas fuentes militares se manifiestan descontentas, puede ser que individualmente o en grupo evadan o francamente desacaten las órdenes de arrestar, golpear o disparar contra los de la resistencia. Si los dictadores ya no pueden confiar con la policía y las fuerzas militares, la dictadura está seriamente amenazada.

La escalada de la libertad

A medida que las instituciones civiles de la sociedad se fortalecen en relación con la dictadura, entonces, sin importar lo que quieran los dictadores, la población está construyendo de manera creciente una sociedad independiente fuera del control de aquélla. Si la dictadura va a intervenir para frenar este “aumento de la libertad”, cuando lo haga, se puede aplicar la lucha noviolenta en defensa de este espacio recientemente ganado, y la dictadura se verá confrontada por otro “frente” más en la lucha.

Con el tiempo, esta combinación de resistencia y construcción de instituciones puede conducir a una libertad de facto. El derrumbamiento de la dictadura y la instauración formal de un sistema democrático se hará innegable.

Desintegrando la dictadura

Mientras se lleva a cabo la transformación institucional de la sociedad, el movimiento de desafío y nocooperación pueden ir en escalada. Los estrategas de las fuerzas democráticas pueden moverse más allá de la resistencia selectiva y lanzar el desafío masivo.

Con el tiempo, la combinación de un desafío político vigoroso y la construcción de instituciones independientes, es posible que atraiga una amplia atención internacional a favor de las fuerzas democráticas.

Durante el curso de la lucha de liberación, las victorias, aunque sean pequeñas, deben de celebrarse. Los que han ganado una victoria deben ser reconocidos. La celebración, acompañada de la vigilancia, también contribuye a mantener la moral en alto, y esto es muy necesario para las futuras etapas de la lucha.      

Manejando el triunfo responsablemente

Los planificadores de la gran estrategia deben calcular por adelantado los modos posibles y preferibles de cómo una lucha victoriosa puede concluirse de la mejor manera a fin de impedir el surgimiento de una nueva dictadura y de asegurar el establecimiento gradual de un sistema democrático duradero.
Un total vacío de poder podría abrirle el paso al caos y a una nueva dictadura.
Deberá haber planes específicos para la transición a la democracia que deberán ser aplicados cuando la dictadura esté debilitándose o se derrumbe.

Cuando los dictadores tengan que enfrentarse a una población cuyo poder cada vez es mayor y al crecimiento de grupos democráticos e instituciones independientes - a ninguno de los cuales podrá ya controlar la dictadura- los dictadores se encontrarán con que su poder se está desbaratando.

No todos los esfuerzos triunfarán, y en especial, nunca lo harán fácilmente, y sólo rara vez, pronto. Debemos recordar que tantas son las guerras militares ganadas como las perdidas. Sin embargo, el desafío político ofrece una verdadera posibilidad de victoria. Esto puede ser por medio del desarrollo de una gran estrategia, un arduo trabajo y una lucha tanto valiente como disciplinada.        





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