martes, 24 de noviembre de 2015

Ejercicios de bioenergética, parte 14




Ejercicios en Posición de Sentado 

La posición de sentado es muy útil para ejercicios que involucran a la parte superior del cuerpo. Sin embargo, estos ejercicios sólo serán valiosos si te sientas correctamente: la espalda recta, las piernas cruzadas, el vientre afuera, y sintiéndote en contacto con el suelo a través de las tuberosidades isquiales de las nalgas, tal como lo muestra la figura 35.


  En esta posición deberías sentir tu trasero presionando firmemente contra el suelo con el peso del cuerpo echado hacia delante. Sentarse hacia atrás sobre el coxis, como tanta gente hace, da como resultado un colapso de la espalda, forzando a la pelvis hacia delante y tensando el abdomen. Esto impide la respiración abdominal y bloque el flujo de sensación que los ejercicios están destinados a producir.

La posición de sentados proporciona más seguridad que la postura alzada, permitiendo así “dejar ir” la cabeza con más facilidad. Es por consiguiente la posición a elegir para ejercicios que involucran a los músculos del cuello. Es asimismo una excelente posición para los ejercicios de los ojos, que también serán descritos en esta sección.

Ejercicio 51. Toma de tierra en la posición sentada

Esta es la posición básica a partir de la cual se hacen todos los otros ejercicios en sentado.
Siéntate con las piernas cruzadas sobre una alfombra o sobre una manta doblada. inclínate hacia delante, arqueando hasta que sientas el trasero presionando contra el suelo. Deja salir el vientre. Que tus brazos descansen confortablemente sobre las rodillas o los muslos. Mantén la cabeza en alto con soltura. Respira con facilidad y profundidad durante un minuto o dos, y trata de sentir los movimientos respiratorios en el vientre y el trasero.

  •  ¿Pudiste asumir la posición correcta? ¿Está el pecho blando y moviéndose gentilmente con la respiración?
  •  ¿Puedes sentir los movimientos respiratorios en el vientre?
  •  ¿Te percatas de si tu ano se halla contraído o relajado? ¿Puedes dejarlo salir? ¿Sientes alguna ansiedad haciendo esto?
  •  ¿Sientes alguna tensión en la espalda o en las piernas?
  •  ¿Durante cuánto tiempo puedes permanecer cómodamente en esta posición?

Dado que el cuerpo en posición de pie se halla equilibrado sobre las bolas de los pies, nos referiremos a las tuberosidades isquíales como las bolas del trasero. Estar adecuadamente equilibrado es el primer paso para estar en contacto. Lo siguiente es respirar libre y profundamente.
Es asimismo interesante advertir que esta posición es similar a la posición del loto utilizada en la meditación Yoga y Zen.

Ejercicio 52. Relajando los músculos de la cintura

La cintura, como el cuello, sirve para conectar dos segmentos principales del cuerpo en tal modo que cada segmento puede ser girado algo independientemente del otro. Consiguientemente, la cabeza puede girar a izquierda o derecha a causa de la flexibilidad del cuello. Si el cuello se pone demasiado rígido, este movimiento se ve impedido. Similarmente, el torso puede girar a cada lado porque la cintura es flexible. La rigidez no sólo restringe el movimiento, sino que además interfiere con el flujo a través de los segmentos conectores, ocasionando una disminución de la sensación de estar unificado o integrado.

A partir de la posición sentada,  con piernas cruzadas, coloca la mano derecha sobre la rodilla izquierda.
Gira el cuerpo hacia la izquierda de modo que puedas mirar por encima del hombro izquierdo.
Mantén la posición, haciendo una serie de respiraciones profundas, y luego vuelve lentamente el rostro hacia delante.

Sitúa la mano izquierda sobre la rodilla derecha, gírate hacia la derecha, y mira por encima del hombro derecho. Mantén la posición durante unos momentos, respirando con profundidad. Retorna lentamente a la posición de partida.

  •  ¿Pudiste sentir alguna tensión en hombros, cintura, espalda o caderas?
  •  ¿Te resultó difícil respirar hacia abajo en tu vientre? 


Ejercicio 53. Estiramiento de brazos

Siéntate con la espalda recta y estira ambos brazos hacia fuera y hacia los lados, manteniendo los hombros bajos.
Alza ambas manos con las palmas de cara hacia fuera.
Empuja hacia afuera con los talones de las manos para estirar los músculos de los brazos.
No bloquees los codos.

Ejercicio 53. Cargando las manos

Este ejercicio es uno de los más dramáticos del repertorio bioenergético, dado que suele producir en las manos sensaciones desacostumbradas y vívidas. Se realiza desde la misma posición que el ejercicio anterior.

Coloca las puntas de los dedos juntas. Separa los dedos y presiona unos contra otros, manteniendo las palmas separadas.
Gira las manos hacia adentro, de modo que apunten hacia el pecho.



Manteniendo los dedos en contacto y las palmas separadas, mueve las manos hacia fuera hasta donde sea posible.
Respira con facilidad y profundamente durante un minuto completo antes de relajar las manos.

Relájate colocando las manos de un modo suelto en frente del cuerpo, con los dedos ligeramente extendidos, y contempla las puntas de los dedos durante treinta segundos. Deja caer los hombros y sigue respirando.
A continuación, ahueca las manos sueltamente, y lentamente acerca una a la otra hasta quedar separadas unos 5 cm.

  •  ¿Tuviste la sensación de que había algo entre tus manos cuando las acercabas?
  •  ¿Cuándo tus manos fueron hacia delante relajadas, sentiste algún cosquilleo entre los dedos?
  •  ¿Sentiste alguna tensión en los músculos del pecho mientras hacías el ejercicio?


Este ejercicio hace que sea posible experimentar la carga energética de las manos. Cuando esta carga es fuerte, irradia desde las manos y los dedos, creando un campo energético alrededor de la mano. Conforme las manos se acercan una a la otra en estado cargado, la gente suele sentir algo substancial entre ellas. Creo que este “algo substancial” es el campo de energía que hay entre las manos. Puede ser demostrado por la fotografía Kirlian.  

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