martes, 5 de septiembre de 2017

Cuenta Contigo, parte 18


18
Licencia para ganar

La gloria es ser feliz. La gloria no es ganar aquí o allá.
La gloria es disfrutar practicando, disfrutar cada día, 
disfrutar trabajando duro, intentando ser mejor
jugador que antes.

Rafa Nadal

La voluntad de ganar es importante, pero la voluntad 
de prepararse es vital.

Joe Paterno


Tener licencia para ganar implica ser valedor de la victoria, merecerla.  Muchas personas se esfuerzan, trabajan, pero en los momentos de presión, cuando están a punto de besar la gloria, la idea de verse ganadores les genera tal ansiedad y miedo, que puede suceder que en ese momento se bloqueen, se encojan y pierdan. Por eso es importante saber que te pueden ganar, pero no puedes dejarte vencer. Si es por actitud, que nadie te deje en el camino.

¿Pero, qué significa ganar? Solemos asociar ganar con el resultado. Pero eso puede resultar frustrante, porque depende del fallo de nuestros rivales. Vamos a contemplar la idea de ganar desde estas otras tres alternativas que nos permiten relacionarnos con la victoria a través de nuestra implicación:
 
1. Lograr o adquirir una cosa; como la honra, el favor, la gracia.

2. Avanzar, acercándose a un objeto o a un rumbo determinados.

3. Mejorar, medrar, prosperar.

En los tres casos, no se trata de ganar la prueba, ni de ganar a alguien. La competición no se establece con el rival, sino contigo mismo. Ganar se define por la capacidad de superarte. Ganas cuando superas tus estadísticas, ganas cuando mantienes el humor en la adversidad o cuando te expresas con claridad. El éxito tiene que estar definido en función de lo que depende de ti. Por que el objetivo no es ganar, sino hacer bien las cosas.

Si planteamos la victoria desde la superación, desde lo controlable, tenemos dos ventajas:

  • Bajar el nivel de frustración que genera invertirlo todo en algo, si a la postre no se alcanza el premio final. El premio se convierte en el camino. Lo que aprendes, que es de lo que debemos ir llenando nuestras mochilas.
  • Responsabilizarnos de lo que ocurre. Ganar ya es algo tuyo y esto te da control. Puedes cambiar los planes de entrenamiento, comer de forma saludable y hacer ejercicio para apoyar el tratamiento de tu enfermedad, puedes hacer muchísimas cosas, y en cada una hay una victoria. Disfrutar y hacer las cosas bien son los objetivos, y estos nos acercan al resultado. Este será consecuencia del trabajo bien hecho.


De esta forma, lo que necesitas para ganar es: convicción, pasión, apostar por tu meta, confianza, planificarte, ser disciplinado, perseverancia, y prevenir y anular los obstáculos.

Convicción  para querer ganar

Merezco ganar. Estoy preparado y siento que este es mi momento. La duda debilita, te hace creer que los demás están mejor preparados. La duda te lleva a compararte, y normalmente pierdes. Tú eres tú, tienes encanto y diferencias respecto a todo lo demás. Por eso debes relacionarte contigo mismo en términos convincentes.

Pasión

¿Cómo vas a ganar si no te entusiasma el proyecto? Es muy difícil entregarte si no amas lo que haces. Para sentir la pasión, contempla lo que te atrae y no prestes tanta atención a lo que te desmotiva.
Si puedes elegir en qué ganar, escoge lo que te apasiona.

Apostar por una meta

Debes correr un poco de riesgo. La vida son decisiones. Nada sucede  si no participas. Recuerda que el objetivo no es el resultado, sino estar preparado para que cuando llegue tu momento, saber competir. Debes desearlo. Y saber que apostar también implica renuncias. Estate preparado para asumir un riesgo.

Confianza

Te da confianza tener todo lo controlable bajo control: antes, durante y después. El “antes” tiene que ver con tu preparación. El “durante” depende de cómo gestionas tus emociones en la competición, en la entrevista, negociando, en un examen… Y también de cómo te hables a ti mismo y de dónde focalizas la atención. ¿Estás pendiente del presente, o de los pequeños errores que vas cometiendo?
El “después” hace referencia al momento en el que repasas qué y cómo lo has realizado. Trata solo de extraer información relevante que te ayude para hacerlo mejor la próxima ves, nada más. Una autocrítica despiadada genera solo angustia. Valora todo aquello de lo que te sientes orgulloso, para poder repetirlo. Cuando termines tu competición, hazte esta pregunta: “¿Perdí o me ganaron?”. Y refuérzate o pon soluciones.

Planificarte

La capacidad de organizarte es fundamental a fin de tener tiempo para la preparación. Muchas personas desean hacer mil cosas pero nunca consiguen nada. No puedes ganar si no le haces un hueco a tu vida, si no lo estableces como una prioridad.

Ser disciplinados

La palabra disciplina suena mal, pero ser disciplinado es la clave para tener éxito. Ser disciplinado implica ser ordenado y cumplir con tus responsabilidades. Es tener autocontrol. Me ayuda a disfrutar de todo, con mesura y serenidad.

Para empezar a ser disciplinado, elige una sola actividad en la que quieras ganar y superarte. Empieza por algo que sea sencillo. Inclúyela en tu rutina, sin forzar. Tendrás que hacerle hueco y para ello renunciar a algo. Y una vez que lo tengas decidido, no flaquees ni un solo día hasta que forme parte de tus hábitos.

Perseverancia

No bajes los brazos ni ante las dificultades ni ante el cansancio. Tienes que aprender a manejar la frustración que genera el fracaso.
Es fácil empezar una nueva rutina, pero en el camino atraviesas emociones desagradables, aburrimiento, falta de motivación y desilusión. Hay quien se frustra y en lugar de esperar un poco más rompe la rutina. De esta forma siente culpabilidad. Y un fracaso más alimenta tu desesperanza, y con ello tardas un tiempo enorme en volver a intentarlo.

No te atormentes, no pasa nada. Tienes que fracasar muchas veces para poder ganar. Y más aún si decides seguir creciendo. Recuerda que para ganar no se trata de plantearlo como un “todo o nada”, sino de ir acercándote poco a poco a la meta. Unos días vas a ganar, y otros, aprenderás.

Prevenir y anular los obstáculos

Una buena manera de ganar es anticiparte a lo que pueda suceder.
No podemos anticiparnos a todo. La vida tiene esa parte incontrolable. Esa imprevisibilidad también permite que estemos más atentos para poder resolver lo que surja en el momento presente.

No pretendas anticiparte a todo. Piensa solo en los tres puntos más importantes, que sean claves en tu proyecto. Esto tiene su término medio. Las personas que intentan controlarlo todo se vuelven obsesivas y al final no disfrutan, se vuelven inflexibles y les genera ansiedad el exceso de control.


Momento libreta….
Prueba a conjugar el verbo ganar, contigo, con tus hijos, con tus alumnos o con tu equipo de trabajo.
¿Cómo se conjuga el verbo “ganar”? una opción podría ser conjugarlo con verbos que hagan referencia a valores. Trabaja tu creatividad y observa lo que sucede:

  • Yo trabajo
  • Tú te esfuerzas
  • Él rinde
  • Nosotros nos comprometemos
  • Vosotros sois intensos
  • Ellos luchan

Tener licencia para ganar es ser competitivo. Con pasión, trabajo, dedicación y apoyo. El que tiene licencia para ganar no tiene excusas, y cuando aparecen obstáculos, decide solucionarlos o no atenderlos si no dependen de su intervención.

Si deseas poder ganar, centra tu atención en lo importante: planificar tu objetivo; mantener la ilusión, la emoción y la pasión; entrenarte; tener capacidad para sufrir; levantarte después de cada caída; ser valiente; tomar decisiones y actuar. Nunca se deja de actuar cuando eres el protagonista de tu sueño. Esta es la victoria, la victoria sobre uno mismo. Decía Aristóteles: “Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.






1

No hay comentarios:

Publicar un comentario